Capítulo 26

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—¿Por qué llevas pendientes? —Jane indagó a su hermana, que estaba por salir.

—Desde hace unos días tengo ganas de usar unos y dije, ¿Por qué no? Así que me compré estos —Respondió Lìa pacíficamente mientras se colocaba su calzado.

—¿Por qué de pronto quieres usar pendientes? —Su hermana sospechaba algo, pero todavía no sabía qué.

—Por nada... ¿Tan raro es verme así?

Jane hizo una mueca con sus labios.

—¿Tú que crees? ¡Si en tu vida has usado pendientes!

—Nunca es tarde —Disimuló.

—Espera, también te maquillaste —Entrecerró los ojos, prestándole más atención y rio con sarcasmo —No puedo creerlo, ¿Esto es por Gavrel? Que ni se te pase por la cabeza mentirme. Soy tu hermana, te conozco más de lo que quisiera.

Lía bufó. Nunca podía ocultarle nada.

—Me invitó a cenar a su departamento —Reveló con un tono tranquilo.

—¿Y por qué fingirás ser alguien que no eres?

—Mierda Jane. Eres un grano en el culo —Estaba cansada de escuchar sus reproches.

—Mierda tú —Replicó —Deberías amarte a ti misma antes de intentar amar a alguien más.

—Ya debo irme.

—¡No recurras a mí cuando te expulsen de la escuela por follarte a tu profesor! —Jane exclamó molesta a la vez que su hermana salía del departamento.

Lìa levantó su dedo medio inútilmente, ya que Jane no podía verla. Bajó su mano y respiro profundo.

Ella siempre le diría la verdad, sin importar cuanto doliera.

Quitó los aretes de sus orejas, los dejó caer al suelo con frialdad y siguió su camino.

Quitó los aretes de sus orejas, los dejó caer al suelo con frialdad y siguió su camino

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—Lìa —Musitó Gavrel con cierto asombro apenas la vio en su puerta.

—¿Qué tengo? —Preguntó insegura.

—El maquillaje que llevas... te queda precioso —La elogió, con total sinceridad. La castaña le agradeció con una sonrisa.

Era raro para él verla tan producida. Por supuesto que le encantaba, de hecho, Lìa le encantaba en todas sus facetas.

Observaron sus atuendos. Gavrel vestía igual que siempre, una camisa beige con un pantalón gris. Lìa tenía puesto una blusa negra y unos jeans también negros. Trato de vestirse lo más "elegante" que su armario le permitiera.

Por primera vez, se preocupaba por su aspecto. Por primera vez, quería causar una buena impresión.

—Pasa, bienvenida —Dijo gentil.

Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora