Capítulo 35

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—Sobrino —Murmuró Petra abriendo levemente la puerta de la oficina de Gavrel. Él levantó su mirada.

—¿Qué haces todavía en la ciudad?

—Quise pasar a visitar el ABF y ver qué clase de profesor eres —Entró a la oficina y tomó asiento sin que él pelinegro se lo ofreciera.

Gavrel la miró por unos segundos más y volvió a los papeles que estaba completando.

—Me enteré de que el presidente de la escuela ya está buscando un nuevo director o directora...

—Aja, ya me postulé —Declaró sin levantar la vista.

Ella lo observó indignada.

—No estás en condiciones de afrontar un cargo como director en estos momentos. Tampoco lo estarás en un tiempo, aún eres un novato.

—¿Y tú si estás en condiciones?

—Claro que sí.

Gavrel dejó salir unas cuantas carcajadas.

—No lo creo —Volvió a mirarla —No eres más que el fracaso andante. Una aspirante que no llego a ser porque no tiene más que vanidad. Tus aires de grandeza se fueron volando y tuviste que conformarte con ser la sombra de tu hermana. Ella sí pudo ser una bailarina brillante porque carecía de todas esas mierdas que tu llevas con orgullo.

De su boca salió un odio que no sabía dónde lo tenía guardado. Su tía lo escuchaba inmutada.

—No seas así de cruel conmigo —Dijo y tragó saliva.

—Te estoy haciendo un favor —Explicó convencido —No fuiste lo suficientemente buena en su momento, ¿Qué te hace creer que lo serás ahora?

—¿Cómo te atreves? —Inquirió furiosa —Me presentaré con el presidente, me postularé y seré la nueva directora.

—Suerte con eso.

Sin decir más, Petra se retiró sin despedirse.

No contenta con ver a Gavrel, Petra fue a visitar a Borja en su departamento

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No contenta con ver a Gavrel, Petra fue a visitar a Borja en su departamento.

—Borja, mi sobrino preferido —Sonrió con cierta falsedad.

—Petra —Él pelinegro sonrió de la misma forma y la dejó pasar.

Caminaron hasta la sala de estar. Mientras se sentaba en el sofá y colocaba una pierna encima de la otra, ella notó unos cuantos documentos sobre la mesa pequeña, a simple vista se notaba por el formato de estos que se trataba de un contrato.

—¿Interrumpo algo? —Preguntó sin quitar la vista de los papeles.

—No —Borja quitó todo de la mesa con rapidez y los guardó en un cajón de un mueble.

—¿Tienes algún licor frutal?

—Obvio que no —Frunció el ceño —¿Qué clase de porquerías tomas?

Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora