Capítulo 27

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Gavrel vio que en efecto era Zoe quien bajaba del auto junto a Borja.

Los observó caminar, seguía sin creerlo.

Esperó a que subieran al departamento para subir también minutos después.

Zoe y Borja oyeron el timbre y él con tranquilidad le dijo que fuera ella a abrir, creyendo que se trataba de Hendrick o de Naoki, que siempre olvidaba algo.

—Gavrel —Intentó decir, estupefacta. Su estómago se retorció.

Los nervios tomaron posesión de su cuerpo al ver quien en realidad estaba en la puerta. Sus miradas chocaron sorpresivamente, Zoe nunca pensó encontrarlo allí.

Borja la escuchó decir el nombre de su hermano, corrió de inmediato hacia ellos y los miró perplejo.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó él.

Sabía que venía a confirmar la sospecha que días antes había mostrado.

—¿Así que tú eres él que la está distrayendo de sus clases? —Gavrel lo señaló indignado, con cada palabra alzaba más la voz.

—Te equivocas, Borja no me está distrayendo, al contrario, me ayudó muchísimo —Aclaró ella, como si eso solucionará todo, pero en realidad lo empeoraba.

Gavrel volteó a ver a la rubia, que lo veía preocupada.

—¿Ayudando? ¿Te miras al espejo cada mañana y ves tu rostro demacrado? ¿Quieres tirar todos tus sueños a la basura por este idiota?

—Si no fuera por él, no podría pagar la academia.

—¡Borja no es tu única opción, Zoe!

Borja avanzó y se colocó en medio, arrimándose a su hermano con ímpetu e ira.

—¿Cuál es tu maldito problema? ¿Por qué te preocupas tanto por ella?

—Porque es mi alumna y si no lo hago yo, ¿Quién más lo hará?

—Es raro que te intereses demasiado en lo que le ocurra.

—¿Crees que estoy enamorado de Zoe? ¡No! —Negó con la cabeza —No importa si eres tú u otro tipo, hubiera hecho lo mismo.

—No deberías preocuparte por mí —Dijo ella con sequedad —Sé cuidarme sola.

—Si sigues así, perderás el papel principal de la obra.

Desde su punto de vista, ambos estaban muy errados. Actuaron irracionalmente al momento de tomar decisiones y no fueron buenos ocultando su relación.

—¿Lo conociste en la escuela?

—No le respondas —Indicó Borja. Zoe no le hizo caso.

—No.

Regresó al pelinegro.

—¿Sabes cómo llegó el otro día a la clase? Como un zombie y eso fue tu culpa.

—Estás exagerando.

—Esfuerza su cuerpo el triple de lo que debería para poder darlo todo porque tú la estas consumiendo como si fuera de tu propiedad.

—Se terminó, Gavrel —Lo interrumpió abruptamente —No tienes derecho a irrumpir en mi hogar para hablarnos así. Tú no eres el dueño de nuestras vidas.

—Para nada me sorprende que hagas esto —Murmuró decepcionado, antes de retirarse.

Zoe y Borja se quedaron en silencio hasta que se fue.

—¿Qué piensas que hará? —Preguntó ella.

Tenía miedo de lo que era capaz.

—No lo sé —Él respondió sincero.

Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora