Piano Concerto No. 22
El trío de bailarinas concurrió temprano a la fiesta, pero en el salón principal ya estaba la mayoría de los invitados. Se quedaron en la entrada, observando a las personas que disfrutaban de los aperitivos que les entregaban los mozos. Todos vestían trajes y vestidos distinguidos y finos. Una música clásica sonaba de fondo y era bastante acorde a la situación. Las mesas redondas tenían decorados florales y todo se veía muy delicado y armonioso. Podía verse la esencia de Stella plasmada en cada detalle.
Ninguna de las tres asistió antes a una celebración como esa. Estaban a punto de entrar en un mundo totalmente diferente al que conocían y por suerte estaban vestidas perfectamente para la ocasión.
—Este lugar es increíble —Susurró Zoe alzando la mirada para obtener una mejor vista.
En el segundo piso había un balcón y desde el podías ver todo el salón principal.
—Lo sé —dijo Lìa, igual de asombrada —Esto debe estar repleto de personas importantes.
Efectivamente la castaña estaba en lo correcto, Stella conocía a personas de todos los países y no solo del ambiente de la danza. Si ella hacía una "pequeña" fiesta por el comienzo de clases en la escuela que dirigía, todos asistían porque se trataba de la reconocida bailarina Stella Novak y todos adoraban las fiestas que organizaba.
—¿Saben cuántas veces soñé con esto? —Admitió Jane.
Finalmente entraron y en el camino se encontraron con la directora.
—¡Queridas! ¡Qué alegría verlas aquí! —Exclamó feliz y saludó a cada una con un ligero abrazo.
—Señora Novak, gracias por invitarnos —Murmuró Jane sonriendo.
—Gracias a ustedes por venir, es un placer —Les dedicó una sonrisa y se alejó para saludar a otros invitados.
Un mozo les ofreció una copa de champagne y todas tomaron una.
—Miren, por allí está Gavrel con su hermano —Jane señaló a los hermanos Novak y ambas voltearon en esa dirección —Por Dios, que buenos que están los dos.
Gavrel y Borja podían verse a lo lejos hablando con un hombre mayor que los mantenía entretenidos con su historia de cómo sobrevivió dos semanas en el Amazonas. Desde niños les gustaba escuchar las aventuras de los amigos adinerados de sus padres. Les parecía una locura como la gente arriesgaba su vida por un poco de adrenalina, sólo porque el dinero ya no los llenaba.
Los dos eran muy parecidos, a pesar de que Borja le llevaba dos años a Gavrel. Tenían ojos color celeste, el pelo negro y prácticamente la misma altura. No podían negar que compartían la misma sangre y que eran el calco exacto de su padre.
Ante el comentario de Jane, Zoe la miró y trató de disimular lo que solo ella sabía. Como si decir algo sobre alguno de los dos la delatará.
Giró su rostro una vez más.
Sintió como algo electrizaba su cuerpo al contemplar a Borja totalmente relajado y distraído. Llevaba puesto un traje gris azulado con una camisa blanca y reía a carcajadas con una mano dentro del bolsillo de su pantalón. Le encantaba verlo vestido con traje, pero eso la trasladaba a la noche en la que estuvo con él, y eso... le recordaba su cuerpo totalmente desnudo sobre el suyo.
Lìa también miró a Jane y bebió de un solo trago su copa.
—Que desagradable eres —Expresó asqueada.
El comentario de Lìa la apartó de sus pensamientos.
Odiaba que su hermana se refiriera de esa manera hacia a los hombres, en cierto punto, parecía que lo hacía a propósito porque sabía que a ella no le gustaba.
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Me quedaré contigo una noche más ©
Romance¿Qué pasaría si un día te das cuenta que lo que te han contado, no es la verdadera historia? Zoe se crio entre secretos y ahora que ya es una joven adulta, ha creado los suyos propios. Así es como llega a la ciudad de Nueva York para entrar a la Aca...