Lose Control - MEDUZA
Las luces de colores acompañaban la escena. Zoe y Jane bailaban al ritmo de la música, disfrutando de la noche que acababa de comenzar.
La rubia iba por el tercer Sex on the Beach y estos ya hacían efecto en su cuerpo. Quería desquitarse de todas las emociones que sentía hace días embriagándose con cualquier trago fuerte.
—¡Un brindis por los hombres! —Exclamó eufórica y chocó su copa con la de su amiga.
Esperaron con ansias toda la semana para que el sábado llegará y por fin poder salir de fiesta. Era una noche solo de chicas. Jane se la prometió y Zoe sin duda la necesitaba.
La situación por la que atravesaba la tenía confundida y a la vez, dichosa. Se había acostado con Hunter y estaba claro el peligro que eso implicaba, pero no se arrepentía en lo absoluto. También, por otro lado, comenzaba a notar que le daba muchísima más importancia a Borja de la que debía.
—Esto es horrible —Manifestó la castaña, luego de saborear su mojito.
—Como tu pavo.
—¿Cómo mi pato? —La música no le permitía escuchar con claridad.
—¡Como tu pavo, sorda! —Repitió en un grito y la abrazó por encima del hombro.
Las dos se echaron a reír.
No pasó mucho tiempo antes de que dos muchachos se acercaran a las bailarinas. Se presentaron ante ellas, ambos eran boxeadores profesionales y grandes amigos que estaban de vacaciones en Manhattan. Sus cuerpos fuertes y definidos confirmaban aún más lo que decían.
Las invitaron a tomar unos tragos en su reservado privado y ellas rápidamente aceptaron. Eran muy atractivos, no podían negarse. Luego de un rato, solo con una mirada entendieron cuál era el que le gustaba a la otra. Jane no le quitaba los ojos de encima a Anthony, él chico con tatuajes que había revelado minutos antes que era latino. Y Zoe, por su parte, no paraba de hablar disparates con Caleb, él muchacho de cabello rapado y rubio. Tenía una sonrisa de lado que lo hacía ver muy seguro de sí mismo.
Anthony relató una anécdota graciosa que le ocurrió con su amigo, pero en sí, la historia vergonzosa perjudicaba más a Caleb. Los tres rieron a carcajadas y él solo negaba con su cabeza sin dejar de sonreír.
Zoe apoyó una mano sobre su pierna en el ataque de risa que tuvo y Caleb le clavó la mirada, haciendo que ella se percatara de esta. Cuando las risas cesaron y recuperó el aliento, se alejó de él y se levantó del sofá.
—Iré al baño —Avisó con lentitud.
—¿Quieres que te acompañe? —Se paró velozmente después de ella —Tú amiga no querrá que te pierdas —Volteó a ver a Jane y Zoe lo imitó.
La castaña estaba sentada encima de Anthony, muy interesada en lo que sus labios podían ofrecerle.
—Claro —Sonrió, siguiéndole el juego.
Cuando llegaron a la puerta del baño de las mujeres, Caleb la sujetó del brazo e hizo que entrara al baño de los hombres con él. Como era de esperarse, estaba vacío.
La música pasó a un segundo plano, solo se oían los tacos de la rubia. Entró a un baño, él entró detrás de ella.
—Aquí hay más privacidad —Manifestó Zoe chocando su pierna contra el retrete.
Caleb la atrajo a él pasando una mano detrás de su cuello. Posó la otra sobre su trasero y lo apretó con descaro. Besó sus labios mientras su mano se paseaba por su cuerpo.
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Me quedaré contigo una noche más ©
Romance¿Qué pasaría si un día te das cuenta que lo que te han contado, no es la verdadera historia? Zoe se crio entre secretos y ahora que ya es una joven adulta, ha creado los suyos propios. Así es como llega a la ciudad de Nueva York para entrar a la Aca...