Ocho años antes.
—¿Señora Novak? —Dijo alguien en el teléfono.
—¿Emily? ¿Dónde estás? —Preguntó Stella, hace unos días, la joven se había retirado de su hogar sin previo aviso.
—He vuelto a Denver —Respondió apenada —Discúlpeme por irme de esa forma tan repentina, sin despedirme de usted.
—¿Por qué te has ido?
—Porque mi madre me necesita en casa —Reveló —Quiero agradecerle todo lo que hizo por mí, por su ayuda y cariño.
—Esta bien, no te preocupes. Solo no desperdicies tu talento para la danza.
Se despidieron y esa fue la última vez que hablaron. A Stella le parecía extraño, la joven estaba tan entusiasmada con el ballet que podía jurar que no lo dejaría por nada.
Luego de seis meses, Stella intentó comunicarse con Emily, pero ella no respondía sus llamadas, así que fue hasta Denver porque necesitaba saber de ella.
Al tocar la puerta de su hogar, Emily fue la que le abrió sin antes mirar quien había tocado el timbre. Para su sorpresa, Stella estaba allí con una sonrisa inmensa por volver a verla.
Hasta que bajó la mirada, encontrándose con un embarazo bastante avanzado.
—Señora Novak, que sorpresa... —Habló por lo bajo, intentando mostrarse feliz, pero su cuerpo se encontraba tenso.
—¡Emily! —Exclamó dejando de lado sus ganas de saber sobre su embarazo.
Se abrazaron y la muchacha la invitó a pasar, le ofreció un café y se sentaron en el sofá para conversar mejor.
—Felicidades por el embarazo —Dijo con una sonrisa. Ella le agradeció mientras bajaba la mirada y acariciaba su vientre —¿De cuántos meses estás?
—Siete —Decirlo, la incómodo.
Stella no tardó mucho en sospechar sobre el padre de esa criatura. Si estaba de siete meses y ella había vuelto a Denver hace seis, eso quería decir que lo había concebido en Nueva York.
Y ella sabía perfectamente con quién se acostaba.
—Emily... Sé sincera conmigo —Rogó con su voz tenue e hizo una pausa —¿Ese bebé es de mi hijo? ¿De Borja?
—No.
—Yo sabía de la relación de ustedes. Lo veía entrar a tu habitación todas las noches y eso que se lo advertí, que no se te acercara.
—Lo siento mucho por fallarle, usted me abrió las puertas de su hogar y yo le pagué de esta forma —Musitó antes de largarse a llorar —Tenía miedo de como usted iba a reaccionar.
—Tranquila, Em —Se sentó a su lado y la rodeó con sus brazos —¿Es un niño o una niña?
—Una niña.
—¿Y ya tiene nombre?
—Aún no. Se lo pondré cuando nazca.
—Está perfecto —Las dos sonrieron —Quiero ser parte de la vida de esta pequeña, de mi nieta, si tú me lo permites.
—Claro que sí, sería muy despreciable de mi parte si no se lo permito.
—Gracias, Emily. Borja no puede saber de ella, en breve comenzará la universidad y no quiero que se distraiga o tome malas decisiones.
Emily asintió, todo lo que dijera Stella le parecía correcto. Tenía dieciocho años, era muy joven para atreverse a decírselo a Borja, si ya con la ayuda de la señora Novak le bastaba.
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Me quedaré contigo una noche más ©
Romantik¿Qué pasaría si un día te das cuenta que lo que te han contado, no es la verdadera historia? Zoe se crio entre secretos y ahora que ya es una joven adulta, ha creado los suyos propios. Así es como llega a la ciudad de Nueva York para entrar a la Aca...