Capítulo 24

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To Build A Home – The Cinematic Orchestra / So Cold – Ben Cocks

Allí estaba, aparcada frente a la casa de sus padres.

El aeropuerto de Virginia estaba a solo diez kilómetros de su casa y cuando Zoe le preguntó a Borja si podían pasar por allí antes de volver a Nueva York, él rápidamente accedió.

Durante todo el camino, él pelinegro no paró de preguntarle a Zoe si estaba segura de lo que haría y la respuesta de ella siempre era la misma.

Un tembloroso e inseguro: Sí.

—¿Puedes esperar aquí? —Necesitaba enfrentar a sus padres sola.

—Claro —Se acercó —Todo estará bien.

La abrazó y depositó un dulce beso en su frente.

Le hacía ilusión que su familia alguna vez conociera a Borja, claramente no era la situación más adecuada para que sucediera.

Respiró profundo por última vez antes de bajar del auto y se llenó de valor para confrontarlos.

Caminó hasta la puerta y en el trayecto, se percató de que sería difícil fingir que se encontraba de maravilla cuando en realidad estaba hecha añicos.

Con cada golpe que daba en la puerta, su corazón se aceleraba más.

—¡Zoe! —Gritó su madre al verla —¡Creí que pasaría más tiempo hasta que te volviéramos a ver!

—Bueno, por eso mismo estoy aquí. Ya los extrañaba y no creía aguantar unas semanas más —Sonrió forzadamente. Mentía como si la verdadera razón de su presencia repentina no saldría luego a la luz.

Tenía planeado ir a visitarlos en año nuevo, pero este asunto no podía esperar.

—¡Geofrey, baja! ¡Tu hermana está aquí! —Anunció su padre emocionado —Hija mía, ven —Le dio un abrazo que calmó sus nervios.

Se veían muy contentos de tenerla nuevamente allí. Zoe también lo estaba disfrutando. El aroma de su hogar se impregnó en su nariz y no pudo evitar volver a sentirse como en casa.

—¡Gruby! —Exclamó al ver a su gato bajar las escaleras, lo alzó en sus brazos y le dio unos cuantos besos.

No tardaron mucho en llamar a Finn, que vivía a solo unas calles de distancia.

Zoe había llegado para la cena, era perfecto, desenmascararía a sus padres con sus hermanos presentes.

—Mamá, ¿De qué murió Lucy? —Soltó de repente. Todos dejaron de masticar.

La atmosfera de la sala cambió. Hacía demasiado tiempo no hablaban de ella y de su muerte.

Volver a hacerlo se sentía raro.

—¿No lo recuerdas? —Contestó confusa —Tenía un tumor cerebral, mi pobre niña.

—Cuando nos enteramos ya era tarde... —Agregó su padre, mirando fijo su plato. Posó su mano sobre la de su esposa y la apretó suavemente.

—Mi pequeña... Su vida duró un pestañeo y en un pestañeo también se fue.

Zoe no pudo evitar juzgarlos con la mirada y su hermano menor, que estaba sentado a su izquierda, se percató.

—¿Por qué lo preguntas? —Habló bajo, para que sus padres no lo oyeran.

—Nos están mintiendo —Zoe hizo lo contrario, para que todos la oyeran.

Ellos voltearon con desconcierto.

—¡Pero Zoe! ¡¿Qué dices?! —Protestó su padre.

Con suma tranquilidad sacó de su bolso los papeles de defunción y los puso sobre la mesa.

Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora