Capitulo 4

24K 1.4K 274
                                    

-¿Qué ocurre señor? - pregunto temerosa de la respuesta.

-¿Vives aquí? - responde el con una de sus camisas cejas arriba.

Le indico el número del piso y departamento, ante ésto el hace un gesto que hace que tenga la sangre en los talones.

-Entonces tú dime lo que ocurre, ¿Dejaste algo en el horno antes de salir de casa?

Yo siento avergonzada.

Su suspiro y la mirada de desaprobación me hacen sentir una niña pequeña nuevamente.

-Tienes mucha suerte que no pasará a mayores, ¿tienes una idea de cuántos incendios son provocados por gente como tú? Pudiste perder toda tu casa, o peor aún, pusiste en riesgo a todo el piso, a todo el edificio! ¿En qué estabas pensando?

-Lo siento, fue un accidente. - digo cabizbaja y verdaderamente avergonzada de mi estupidez. -¿Están todos bien?

-Si, como dije, tuviste mucha suerte, uno de tus vecinos reportó un olor extraño y humo negro, tu departamento está repleto de humo y gas, faltó muy poco para que iniciará un incendio, pero solo perdiste tu horno, está descompuesto y gracias a ello se apagó, éste dejó escapar el gas y me temo que no podrás pasar la noche aquí.

Termina de hablar y se gira para recibir a sus compañeros que van saliendo de mi edificio, pero antes de dirigirse al camión rojo me mira nuevamente y dice.

-Por cierto, tienes que pagar la multa en el ayuntamiento, mañana estaremos aquí para asegurarnos de que sea habitable, por ahora ten un buen día.

Se monta dentro y parten rumbo a la estación, dejándome con los vecinos entre quejas y preocupación colectiva, al final me disculpo con todos y vuelven de a poco a sus casas.

-¿Te sientes bien? - pregunta Viktor con una mano en mi espalda.

Ante el contacto no puedo soportar más la presión y una lágrima se escapa por mi mejilla, el se limita a tomarme en sus brazos y hacer círculos en mi espalda con su mano, dándome espacio para dar rienda suelta a sacar el estrés a manera de llanto tendido.

Dentro de su abrazo siento calidez y protección, es como si estuviera siendo protegida por Todd, un abrazo que reconforta y tiene un matiz de casa.

-Siento hacerte pasar por ésto. - digo separándome y secando mis lágrimas restantes.

-No te preocupes, yo me ofrecí a ayudar, no hay nada que disculpar, el hecho de que estés bien es más que suficiente para mí. Si puedo ayudar en eso, lo haré.

-Siempre sabes que decir, cierto? - pregunto sonriéndole.

-Lo intento, a decir verdad, me incomodan los momentos silenciosos.

Habla y ambos reímos, internamente agradezco haberme topado con éste chico, está ayudando bastante a qué no enloquezca o me de un ataque al corazón.

-¿Ya sabes en dónde pasarás la noche?

-No realmente, creo que rentaré alguna habitación de hotel.

Contesto sentándome en la acera, mi acompañante me imita y nos quedamos un momento en reflexión.

-Puedes quedarte en mi casa. - responde él al cabo de un rato.

Lo miro con una sonrisa en mi rostro y antes de que hable el toma la palabra nuevamente.

-Sé que es extraño, pero no te preocupes, no dormiré ahí, puedo quedarme en el hospital ésta noche y tú puedes dormir tranquila.

Sus palabras me ponen a reflexionar, a decir verdad no tengo muchas opciones, es eso o preocupar a mis padres y pedirles dinero.

-Te pagaré por usar tu casa.

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora