Capítulo 31

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El sol que aún asomaba del horizonte donde el cielo y el agua se unían, anunciando que la tarde comenzaba a caer para dar paso a una joven noche que nos recibía mientras caminábamos al hotel aún con los cabellos algo mojados gracias a la natación realizada momentos atrás, después de todo, tal y como predije Todd me arrastró junto a el al océano entre risas y competencias que se fueron junto con el resto de la tarde.

-Deberíamos aprovechar la noche, hay un club en el centro de la ciudad que no está nada mal, ¿vamos a echar un vistazo?.

Pregunta mi hermano mientras atravesamos las puertas de la recepción.

-Seguro. - responde el médico a Todd.

-¿Qué dices Emma, quieres ir?.

Me pregunta Adam mientras me sonríe y se agacha un poco para quedar a la misma altura haciendo que nuestras miradas se crucen y cause un pequeño salto dentro de mi pecho, dicha acción provoca en Viktor una evidente molestia que se ve reflejada cuando pone los brazos en jarras y suspira desviando su vista hacia sus propios pies.

-Me parece bien, vamos, ¿Tu qué dices?.

-De acuerdo. - responde con una sonrisa de oreja a oreja.

La actitud hostil del pelilargo hacia mi ex comenzaba a salir a flote cuando Adam tenía ese tipo de atenciones hacia mi, por una parte quería comprender aquello, después de todo el mismo había sido claro con sus sentimientos hacia mi, pero sabía que esta no era una justificación para sus visibles inconformidades, para mi fortuna había decidido antes de llegar al país que este tipo de comportamientos no me detendrían de gozar con ellos de igual manera.

Un lindo vestido negro corto, discreto y casual en conjunto con unas sandalias fueron los seleccionados de entre mi equipaje para salir a divertirme sin correr el riesgo de sufrir por el calor de las temperaturas cálidas, de camino al local propuesto por mi hermano el mismo se encargó de contarnos lo poco de historia del lugar que aún quedaba en sus recuerdos, las anécdotas y muy probablemente exagerados mitos que salín de su boca eran hilarantes hasta viniendo de alguien como el.

-¿De verdad esperas que creamos que el Nobel Saramago tuvo una revelación en esta fuente justo al lado del bar más antiguo del lugar?

Decía Viktor contendiendo apenas la risa tras la fábula contada por mi hermano.

-Bueno, quizás era algo diferente, pero estoy seguro que uno de los dos líquidos de este lugar, el agua o la cerveza le inspiraron para escribir algo religioso.

Continuamos riendo el resto del camino gracias a los ocurrentes comentarios de Todd hasta que llegamos a nuestro destino.

Una fachada que aparenta ser un complejo de edificios de estilo retro se levanta en medio de un par de estructuras de aspecto similar, pero a la orilla del curioso lugar señalado por mi hermano un pequeño cúmulo de gente de pie charlando y fumando tranquilos nos hacen darnos cuenta de que el lugar cuenta con un acceso decorado como un sitio de los años 80, un pequeño domo negro cubre la puerta de entrada, sobre este se alza un letrero del local con el nombre "Black Tie", avanzamos hasta entrar tras una breve charla con el seguridad que se yergue dispuesto a desearnos diversión pero a la vez advertirnos de no causar problemas, aquello ultimo me deja desconcertada pero decido ignorar el comentario al notar que repite lo mismo a un grupo de chicos que se disponen a entrar tras nosotros.

Un amplio salón se abre ante nuestros ojos una vez que atravesamos el umbral, sillones con estampados tropicales y pequeñas mesas altas a juego se dejan ver entre la iluminación de colores violetas y azules, dichos asientos están colocados a manera de secciones entre el lugar, varias pantallas decoran las paredes que componen el local, el bullicio comienza a hacernos avanzar hasta recorrer las orillas del club que conducen a una larga barra rodeada por una serie de asientos en binomio con aspecto más reservado gracias a una pequeña valla que les separa de la pista, el lugar tiene un ambiente meramente animado, las personas en la barra ordenan tragos y los llevan a los reservados mientras otros bailan en la extensión que no está decorada por ningún mueble y es iluminada por luces estroboscópicas que siguen el beat de la música.

-Iré a buscarnos un asiento. - habla mi hermano casi gritando para asegurarse de que le escuchamos sobre el bullicio.

Los tres asentimos mientras continuamos mirando todo a nuestro alrededor, pareciera que hasta este punto a los tres nos resulta curioso el ambiente tan animado que se esconde de aquellos que miran el edificio desde fuera.

Después de un rato y luego de obtener un pequeño sofá en la parte superior en el bordillo del local comenzamos a beber los preparados que el mismo Todd se empeñó en que probáramos, la música era alta, las personas que se mantenían en su sitio charlaban animadamente y el resto se mecía al ritmo que marcaba el dj del lugar, una situación que no me había permitido presenciar en mucho tiempo, no faltó mucho para que el alcohol y las canciones se combinaran con el calor del lugar animándome a ponerme de pie y disfrutar de la noche, y eso fue justo lo que hice, anunciar que me uniría a la pista para bailar junto a los desconocidos que desprendían felicidad y sentían el ritmo de la música como si la vida se basara únicamente en aquello.

Las distintas bolas disco que adornaban la pista por encima del mar de cabezas en conjunto con una mezcla con Don't start now encajaban de una manera asombrosa para brindar el espacio perfecto que no sabía que necesitaba, los movimientos de mi cuerpo comenzaron a sincronizarse con la melodía, sentía cada meneo que mis caderas dejaban salir mientras sonreía y me dejaba llevar por el momento, las personas a mi alrededor sonreían hacia mi y no paraban de moverse al compás de las canciones, el estar rodeada de desconocidos no causó en mi un conflicto que probablemente mi yo de hace unos años hubiera convertido en una montaña de inseguridades, en ese momento frente a completos extraños me sentía feliz, libre y con un ánimo que deseaba durara para siempre.

Pero un firme toque en mi hombro me hizo regresar a la realidad, al girarme para seguir la fuente de dicha acción me encuentro con unos profundos ojos azules que aún con la oscuridad del club logran sobresalir de entre la ambientación, el chico me sonríe tranquilo mientras se mueve ligeramente siguiendo el ritmo que inconscientemente continúo marcando.

-Emma.

Dice el aún desconocido rubio, haciendo que mis sentidos vuelvan a concentrarse gracias a mi sentido de alerta tras reconocer que se trataba del mismo chico de hace unas horas en el hotel.

-Perdón, ¿Te conozco?.

-Nos conocimos hace tiempo, soy Vladimir Ivánovk, el hermano de Viktor.

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora