Capitulo 21

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Al contemplar la escena de mi hermano llevándose a Adam casi a rastras no hago más que preguntarme si estoy dentro de algún sueño, todo es tan rápido y tan confuso que empiezo a creer en que estar dormida puede ser una opción muy viable.

-Emma.

Escucho a mi lado, Viktor me llama y dirijo mi mirada hacia el de cabellos largos.

-¿Nos vamos? - pregunta con una sonrisa que apenas llega a levantarse en su rostro.

Asiento y me dedico a seguirle el paso de camino al parking hasta llegar a un bonito Audi.

Mi amigo abre la puerta del copiloto y la mantiene así hasta que me monto dentro, lo veo cerrar con cuidado y caminar tranquilamente hasta llegar al asiento del conductor y subir junto a mi.

Dentro, yo mantengo mi cara de frente al cristal, intentando procesar los sucesos de hace un momento.

Adam me pidió perdón por haberse alejado.
Mi madre lo detesta.
Todd lo secuestró.
Tengo un viaje a Portugal con él.

El recuerdo del viaje me hace abrir los ojos y mirar mis manos, dónde inconscientemente sostenía el sobre que mi ex novio me había entregado minutos atrás, es entonces cuando pregunto junto a mi.

-Viktor, ¿quieres venir a Portugal? - cuestiono sin pensar aún observando los tickets de viaje.

-¿Portugal? - responde extrañado.

-Si, ¿Podrías venir conmigo?. - formulo sin mirarlo a los ojos, pues mi atención se queda sobre el nombre plasmado en uno de los boletos.

Blake.

Pero un suspiro pesado es lo único que recibo como respuesta.

-Necesito decirte que no me rendiré tan fácil Emma.

Dice mi acompañante y entonces me giro para poder observarlo, éste tiene sus ojos puestos en mi, su cabeza de lado y sus labios imperceptiblemente apretados uno con el otro.

-Me importas mucho, creo que eres hermosa e inteligente, me tienes hechizado completamente y estoy dispuesto a darte todo lo que tengo para asegurarme de que eres feliz, pero necesito saber que no he estado imaginándome cosas, necesito que ambos nos aclaremos.

Sus palabras me dejan muda, poco a poco el desconcierto comienza a inundar mi interior, yo sabía que él estaba interesado en mi, jamás había tenido problema con ello, él lo sabía, estoy segura que era consciente, pero ambos pensamos de la misma manera cuando escuchamos que Adam decía querer regresar a mi vida, los dos sabíamos que yo aún sentía algo por el, los dos sabíamos que lo que fuera que construimos éstos últimos meses sería fácilmente opacado por el retorno de Adam.

Y aquello, por más que lo quisiera ocultarlo, me dolía bastante, dolía a la par que me hacía un lío mental, ¿Qué significaba todo esto para ambos?

El trayecto transcurrió en silencio, no hubo ni una réplica de mi parte después de las palabras de Viktor, nuestra interacción a palabras no fue más allá de preguntas acerca de la orientación indicada por el GPS, me dediqué a esquivar su mirada y buscar un punto fuera del vehículo para fijar mi vista, el camino hasta casa fue amenizado gracias a la estación de radio local con canciones de ritmos pegajosos pero no lo suficientemente interesantes para prestarles mucha atención a la letra, hasta que a unos metros de la reja, mi acompañante estaciona y se gira para mirarme de frente.

-Portugal.

Dice castamente.

-Portugal.

Reitero asintiendo con la cabeza con los ojos en mi regazo.

Suspira nuevamente y le miro de reojo intentando ser discreta, hasta que él decide retomar las riendas de la conversación.

-¿Cuándo quieres ir? - pregunta en un tono casi divertido, lo cual me da la suficiente confianza como para girar mi mirada hacia él.

-Estaba pensando en aprovechar las vacaciones de verano, en un par de semanas. - respondo sin poder evitar un matiz de emoción en mi voz.

-Me da suficiente tiempo para pedir un permiso en el hospital... supongo que está bien, puedo ir contigo, si eso es lo que tú quieres.

La risa que sale de sus labios después de pronunciar esas palabras delatan la sopresa que se debió dibujar en mi cara.

-¿Hablas en serio? - pregunto ilusionada.

-No tengo necesidad de mentir. A demás, puedo aprovechar la oportunidad para tomarme un descanso y demostrarte que voy en serio contigo.

Y de nuevo un mar de emociones llena mi interior, cuestionandome sobre la dinámica que hasta ahora, parecía funcionar para los dos.

Asiento aún sonriente hasta que mi tacto me recuerda un pequeño detalle que creo conveniente mencionar, poco a poco la sonrisa se va borrando de mi cara para dar paso a un nerviosismo que llena mi interior.

-Bueno, en realidad... no iremos solos. - digo casi en un susurro.

Sin entender muy bien como tomarme el hecho de que algo dentro de mi se sienta extraño por el hecho de no compartir solo con uno o con otro la experiencia, levanto la mirada una vez más y ahora él es quien parece confundido ante lo que digo.

Cuando parece comprender gracias a mi silencio, su ceja se enmarca y su ceño se frunce para preguntar.

-¿Él también vendrá, cierto?

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora