Y ahí estaba, con el teléfono en el oído, tumbada sobre el sofá de mi habitación dejando que las lágrimas y mis sentimientos fueran libres, dejando caer la mentira que me repetía día a día desde aquella separación con mi ex novio para dar paso a la verdad que me comía por dentro, ansiosa de salir y expresarse en voz alta.
-Le extraño.
Lo admito y sé que no tengo remedio.
-Lo sé amiga.
Replica la pelinegra del otro lado de la línea escuchándome llorar desaforadamente sin decir más.
-Le amo Grace, sé que lo amo, pero no sé que hacer, ¿Cómo voy a confiar en el otra vez? ¿Tendré que pasar la vida ignorando lo que me hizo?. No quiero perderle nuevamente pero, ¿En dónde quedan mis sentimientos?.
Mis palabras comienzan a elevarse en tonalidad conforme suelto más y más inquietudes, como si tuviera a mi amiga frente a mi clavo la mirada cargada de dolor e inseguridad en un punto vacío de la habitación, mis respiraciones desesperadas se regularizan poco a poco hasta calmarme lentamente, es entonces cuando Grace habla nuevamente.
-Díselo Emma, no puedes lamentarte por callarte algo que necesitas sacar, tienen que ser sinceros entre ustedes y averiguar que es lo que harán a partir de ahí, la vida es demasiado corta para pasarla preguntándote "¿Qué hubiera sido si...?".
Poco a poco me calmo pensando en sus palabras, y tras casi dos horas hablando con mi mejor amiga entre lágrimas, ánimos y una que otra risa ambas logramos actualizarnos mutuamente de las situaciones que nos rodean, llegando por fin a una de esas conversaciones habituales que solíamos tener normalmente.
-¡Cierto! Casi lo olvido. - dice Grace en medio de la despedida para cortar la llamada. -Christian me pidió que te diera las gracias.
Sus palabras me confunden y me toman por sorpresa, ¿Qué tramaban estos dos ahora?
-¿Cómo que las gracias? ¿Por qué?
-Si, me dijo que el proyecto le hacia mucha ilusión.
-¿Proyecto?.
-El gimnasio, dijo que Todd compró el antiguo lugar donde solían boxear, quiere renovarlo y convertirlo en una academia gratuita para los chicos de escasos recursos, tu hermano le envío un mail ofreciéndole trabajo como entrenador, el está muy agradecido Emma, le hace mucha ilusión. Todd dijo que tú lo recomendaste e insististe en hacerlo parte de los accionistas del lugar, gracias por tomarlo en cuenta.
Escucho lo que mi amiga dice con una mirada de confusión, hasta donde sabía, Adam era el que había comprado el lugar, o al menos eso es lo que el me había contado.
¿Me había mentido? ¿Era una señal más de la vida para darme cuenta de cómo es mi ex novio realmente?
La situación me confunde más de lo que quisiera, me limito a decirle que no sabía mucho acerca del proyecto pero que no dudaba en las capacidades del novio de mi amiga, esto para no dejar en mal a mi hermano con lo que seguro era una buena acción por su parte, le doy vueltas al asunto y la incógnita del por qué no me contó nada en estos días surge en medio de todos mis pensamientos.
Decido dejarlo pasar hasta despedirme de mi mejor amiga y terminar la llamada.
El día se oscureció y las vistas desde el lugar se convierten en todo un escenario hipnotizante para observar, en el cielo tenues luces brillan permitiendo que las olas las reflejen en sus aguas dando un espectáculo hermoso, las mismas rompen en la orilla creando la ilusión de que el firmamento arrebata contra la arena para formar uno solo, como si el cielo quisiera añadir más y más puntitos a su lienzo, la arena no lucha contra ello, ni si quiera hace un intento de detener aquello contra el océano, pareciera que al contrario, está ahí quieta esperando a que el oleaje de estrellas se la lleven con ella, esperando a ser parte uno del otro, como si la arena esperara cada noche anhelando poder ver a las estrellas para intentar hacer cada pequeño grano parte de el.
La tranquilidad de la escena comienza a ser asfixiante para mi, con un millón de ideas rondando en la mente aquella reflexión me sobrepasa dejando un sabor agridulce en mi interior, sintiéndome con la necesidad de tranquilizar mi mente y con un sorprendente brote de motivación por terminar con aquello de una vez por todas mi valentía me encamina a la salida de la habitación con el móvil aun en mano, informando a mi hermano de mis planes tomo el ascensor hasta la planta de Adam, llena de valentía tomo aire apenas se abren las puertas encontrándome de frente con una imagen que no esperaba ver.
Adam está de pie en camino al mismo sitio en el que yo estoy, conectamos miradas apenas las puertas se abren y ambos nos quedamos sorprendidos por aquella coincidencia, la adrenalina que había tenido momentos antes comienza a disminuir de manera notable, dando paso a un creciente fuego que se abre paso en mi pecho, siento las manos cosquillear y mis respiraciones delatan el repentino nerviosismo que me invade.
Le veo aprisionar sus labios entre sí a la par que su rostro se comienza a encender con un tono rojizo haciéndome pensar que el siente lo mismo en tan surrealista situación.
-Emma.
Dice terminando con el silencio formado.
-Adam, yo... vengo a hablar contigo, quiero decir, necesito hablar contigo.
Respondo enderezando la espalda y saliendo del ascensor para ponerme frente a el en un intento de convencerme de que aun conservo mi decisión.
-Yo iba justo ahora a buscarte para ello. ¿Quieres que hablemos dentro?.
Pregunta señalando con el pulgar detrás de el, entiendo a la perfección que se refiere a ir a su habitación y charlar en privado, asiento con la cabeza mientras me felicito mentalmente por anunciar previamente a Todd de mi paradero, no quiero dudar del bienestar de mi integridad con mi ex novio, pero uno nunca sabe realmente.
Caminamos cerca uno del otro hasta llegar a la puerta de su habitación donde mi acompañante pasa la tarjeta y el código de acceso haciendo que se abra la puerta, se hace a un lado y me invita a entrar primero, le imito e insisto en que el sea el primero en pasar para darme la oportunidad de asegurarme que la puerta no se cierre con el seguro manual.
El simplemente pasa saliva y se adentra encendiendo las luces a su paso, una escena parecida a la habitación que yo tengo en el piso de arriba, el acomodo de los muebles es como si estuviese viendo mi cuarto en el reflejo de un espejo, exactamente los mismos solo que en posiciones invertidas.
Sigo a mi ex novio con una distancia prudente hasta que toma asiento en el sofá frente a la pantalla de la mini sala de estar.
-¿Todd sabe que estás aquí?
Pregunta sacándome de mi mente.
Asiento mirándole con algo de culpa por ser tan obvia al demostrar la poca confianza que me generaba en estos momentos, el se limita a sonreír ligeramente soltando un suspiro, levanta la vista hacia mi y dice.
-Bien, entonces hablemos.
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Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]
RomanceSegunda temporada de "Solo llámame Adam" "¿Crees poder perdonarme?" "No lo sé." "Lo siento." -Con una trayectoria casi impecable y una carrera traída de la tumba, llega una vez más al cuadrilátero para probar suerte. Con 1.88 metros, 83 kilogramos y...