Capitulo 5

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-Grace. - respondo para mi sorpresa algo desilucionada.

-¿Qué son todos éstos datos que me enviaste acerca de un tal Viktor Connor?.

Ante ésto me dispongo a contarle a mi mejor amiga los acontecimientos de las últimas horas que involucran al chico.

-Eres una despistada de cuidado - dice y la escucho reír. -Pero hablando en serio, estás bien? ¿Realmente no hubo ninguna pérdida?.

-Todo está bien. - respondo tranquilizándola. -Quizás solo el hecho de que no podré entrar a casa hasta mañana.

-Hiciste bien en dejarme toda la información de tu nuevo amigo y del lugar donde te quedarás, pero ¿por qué no se la enviaste a Adam?

Su pregunta suena como si ella supiera de antemano que algo anda mal, creo que puede intuir que la primera persona en mi mente cuando hablamos de mi seguridad tendría que ser mi prometido.

-Grace... -  digo soltando un largo suspiro.

No había notado lo nerviosa que me puse apenas escuché su nombre, mi pie se movía de arriba a abajo golpeando el suelo y las yemas de los dedos de mi mano libre se frotaban entre sí.

-Emma, ¿Qué ocurre?.

La voz de Grace se sentía tan preocupada al respecto que no pude evitar pensar en lo mucho que agobio a los demás con mis problemas personales y la falta de cuidado en mis acciones.

Sin ir más lejos, a un desconocido lo orillé a pasar la noche fuera de su propia casa para que yo tuviera un lugar donde dormir.

Así que decido que lo mejor será no involucrar más personas en algo que tengo que resolver entre mi novio y yo misma.

-Tranquila, no ocurre nada, simplemente él está de camino a casa y no puede mantenerse al tanto del móvil, por eso es que te pedí que me llamaras.

Miento intentando sonar lo más relajada posible.

-¿Regresa mañana eh? - dice ella notablemente más calmada.

-Si. - mi respuesta podría ser tomada como alguna señal de alerta debido a lo pésimo que se me da mentir, pero para mí fortuna, Grace es distraída por una voz del otro lado de la línea.

-Si, está bien, ahora te cuento... Christian dice que iremos en unos días a visitarlos, Emma, no vas a creer ésto, pero él y papá fueron a jugar tennis hace unas horas.

De un momento a otro mi amiga me narra las interacciones de su novio y su familia, contándome el cómo su madre estaba encantada con los modales de éste e insistía bastante a menudo a su esposo a darle una oportunidad al retirado boxeador, mi interior se alegra de sobremanera al escucharla así de feliz, no puedo evitar sonreír ante la plenitud de sus palabras y desearle lo mejor para después despedirnos con la promesa de vernos pronto.

El silencio de la línea me hace ser conciente de lo mucho que había estado extrañando su voz, la nostalgia de casa me inunda y me hace desear estar de nuevo en aquellos felices momentos de años atrás, cuando salíamos a divertirnos junto con nuestros novios y con planes tan sencillos pasábamos momentos que se quedarían guardados en mi corazón como una bonita juventud con las personas que me hacían sentir plena y feliz.

Desde que comenzamos nuestras prácticas ella decidió quedarse en casa para realizarlas en la universidad, palabras de ella, mientras más cerca de Christian estuviera, más rápido acabaría esa tortura.

Ante la quietud del lugar mis intestinos se quejan debido al hambre que brota de ellos. Me levanto del sofá para mirar el refrigerador y descubrir que éste cuenta con una variedad colorida de alimentos no hace más que despertar aún más el deseo de algo para comer, hay un poco de todo, vegetales, lácteos y algunos embutidos pero para no abusar del lugar y pertenencias del dueño me decido por un simple yogurt y hago una nota mental de comprarle uno de vuelta para reponerlo mañana.

La noche pasa tranquila y decido ir a dormir, no me atrevo a hacerlo en la cama, por más cómoda que parezca soy una invitada aquí.

Cierro todos los seguros de la puerta y reviso las ventanas del lugar, me tumbo en el sofá frente al televisor apagado y con la luz de la luna que atraviesa las puertas en el balcón parece que el cansancio mental cobra el costo y concilio quedarme dormida sin problema alguno unos minutos después.

***

Estoy en una clase de fiesta, todo se ve tan elegante y ostentoso, desde mi propio vestuario hasta los cubiertos que tengo frente a mí.
A mí alrededor hay personas que reconozco de inmediato, está mi mejor amiga, Christian y Todd, a mi lado hay un asiento vacío, tal parece que es el único lugar que no tiene a nadie en él pues el resto está completamente lleno por más personas.

Busco con la mirada a Adam, pero no logro encontrarlo en ésta mesa o alguna otra.

De repente las luces bajan de tono y una música hermosa suena por los altavoces, hay alguien que nos anuncia la llegada de la pareja por la cual estamos reunidos, todo ésto parece ser una boda.

Todos los asistentes se ponen de pie a la par que sonríen y aplauden felices, los imito y al estar completamente de pie veo llegar a Adam con un traje azul impoluto y una sonrisa de orea a oreja de la mano con una chica rubia que luce un vestido increíblemente hermoso, el blanco más puro que había visto en mi vida y toda ella luciendo extremadamente perfecta.

-Adam?

Pregunto en voz alta, comienzo a abrirme paso entre la gente para llegar hasta él y preguntarle qué está ocurriendo. Mientras hago a un lado a las personas voy aumentando mi tono de voz llamando a mi novio, pero pareciera que éste no si quiera me escucha, está absorto mirando y saludando a los demás a la par que camina cada vez más lejos de mi.

-ADAM!

Grito intentando seguirles el paso, pero no me escucha, el simplemente sigue caminando con la chica a la cual mira extasiado.

-ADAM!

Grito y grito en vano, mi voz no es escuchada por él ni por nadie de los presentes, la gente me impide llegar hasta ellos pues cada vez hay más y más personas, no permiten que continúe con mi cometido y mientras ésto ocurre él y la rubia se alejan felices mientras se despiden de todos.

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora