Capitulo 6

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Despierto sobresaltada y me siento de golpe, tengo mis manos hechas puño sosteniendo algo suave y fresco, algo que parece ser una sábana blanca que se extiende por todo mi cuerpo, me doy cuenta que no estoy más en el sofá, estoy en una cama suave y mullida, la luz entra por la ventana y una voz se escucha en otra habitación.

-Buenos días Emma! ¿Dormiste bien?

Viktor, estoy en casa de Viktor.

Un suspiro sale de mi boca al saber que todo fue un mal sueño y mientras busco las palabras para contestar entra por la puerta de la habitación el dueño del departamento sosteniendo una bandeja con comida en ella, una enorme sonrisa y su cabello suelto toman asiento frente a mi en la cama.

Un suspiro sale de mi boca al saber que todo fue un mal sueño y mientras busco las palabras para contestar entra por la puerta de la habitación el dueño del departamento sosteniendo una bandeja con comida en ella, una enorme sonrisa y su cabello s...

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-Buenos días, ¿dormiste bien?.

Pregunta mirándome sonriente.

Asiento con la cabeza mientras asimilo la escena que tengo frente a mis ojos.

-Me alegro. Ten, te preparé algo. - responde acercando a mí lo que parece ser un pedazo de pan de chocolate.

-¿Qué es? - pregunto a la par que mi barriga hace un extraño ruido.

El ríe un poco y contesta.

-Desayuno de chocolate, es algo que acostumbraba hacer mi madre, algo sencillo, espero que te guste.

Lo observo y debo admitir que tienen una pinta espectacular, realmente parece que fuera comprado en algún lugar de panadería gourmet.

Tomo en mis manos el plato y comienzo a engullir el desayuno, ante ésto Viktor sonríe y toma asiento frente a mi.

-¿Tu no comerás? - pregunto con las mejillas llenas de comida.

-Descuida, ya me adelanté, llegué demasiado temprano, tu come tranquila.

Me descubro disfrutando la comida y decido preguntar.

-¿Tu cocinaste?.

-Si, ¿está bueno?.

Asiento sonriéndole.

-Bastante bueno, no debiste molestarte, pero está exquisito.

A la vez que el plato se vacía me pongo a observar el lugar y caigo en cuenta de que no estoy en el mismo sitio que anoche, ante ésto abro los ojos y él se acerca a mi notoriamente intrigado.

-¿Sucede algo? ¿Está crudo? - pregunta enmarcando una ceja.

¿-Por qué desperté en una cama?.

Mi pregunta pareciera hacerle gracia debido a una sonrisa que se escapa de la comisura de su boca.

-Estabas dando vueltas en mi sillón y temí que terminarás en el suelo a la mitad de la sala, decidí traerte a la cama para que descansaras como se debe tan siquiera un poco rato.

-Tu... ¿Me cargaste en brazos hasta aquí?.

El asiente mirándome como si fuera un niño al que había que explicarle las obviedades de la vida.

Puedo sentir el calor que sube por mis mejillas al imaginarme la escena de mi cuerpo inconsciente siendo levantado por el chico que tenía frente a mi, la vergüenza me inunda y me hace pensar en lo mal que debió haberla pasado por llevar todo mi peso de un punto A a un punto B.

-Lo siento mucho, no era mi intención incomodarte, solamente me parecía que no estabas muy cómoda.

Se excusa con los ojos muy abiertos y bate levemente sus manos a manera de negar mientras continúa hablando.

-No te toqué de alguna manera indecente ni mucho menos, fue como cargar a un bebé, lamento mucho si me sobrepasé.

Mientras habla se pone de pie y puedo ver el rubor extenderse por sus mejillas, está genuinamente avergonzado por ello.

-No había pensado nada de eso - interrumpo sus palabras y puedo sentir el rubor que se extiende por mis mejillas mientras intento dejarle en claro que no era ese el motivo de mi preocupación. -Más bien me apena ser una carga.

-Oh. - dice más tranquilo. -¿Por qué piensas eso? Si fueras una molestia no me habría preocupado por tu comodidad. Una vez que te dejé en mi cama te veías mucho más relajada, tenías una expresión bastante dulce. - habla sonriéndome y mirándome fijamente mientras volvía a tomar asiento.

El hilo de la conversación poco a poco se convertía en algo que no quería tener en mi mente, el pensar en la posibilidad de que un chico como Viktor me tocara me descolocó más de lo que habría imaginado, en mi mente se formaron imágenes que no me siento orgullosa de que estén ahí.

-Cambiemos de tema. - pido a la par que bajo la mirada para romper el contacto visual.

-Está bien... Ah, por poco lo olvido. - dice poniéndose de pie para alcanzar algo en la mesa de noche conjunta a mi. -Tu móvil estuvo sonando bastante.

Al observar la pantalla que sostiene frente a mi la comida en mi boca hace que casi me atragante al leer el nombre de las llamadas y los mensajes perdidos.

Adam.

Tomo de sus manos el aparato y me pongo a leer los textos uno a uno.

"Mi vuelo aterrizó, voy a buscarte a casa."

"Estoy de camino, llevo mi llave."

"Emma, podrías responder mis llamadas?"

"Llegué."

"Emma, por favor."

"Emma, ¿en dónde estás? Por qué tu departamento está clausurado?"

"Voy para allá."

El tiempo entre el penúltimo y el último mensaje es de apenas 5 minutos, marcado como las 9:28 am hacía ya una media hora.

-No pude despertarte, te veías tan tranquila durmiendo que no fui capaz de hacerte despertar para responder las llamadas, apenas entré tu móvil no dejaba de sonar, así que en una de esas llamadas contesté.

Al escuchar a Viktor decir eso quedo completamente helada, lo miro sin dar crédito y espero a que diga que es solo una broma, pero no lo hace, me mira serio y pareciera que no comprende la gravedad de lo que hizo.

-¿Le dijiste que estaba aquí... contigo? - pregunto apenas en un susurro.

-Si, bueno, el me dijo que era tu novio, yo le dije que era tu amigo, le expliqué lo que ocurrió con tu casa y le dí mi dirección para que pudiera venir a buscarte, ¿hice mal?.

Mi cara debió de expresarse por mi cuando el chico frente a mi tragó saliva y siguió hablando con un tono de voz más serio.

-¿Emma, le tienes miedo a tu novio? ¿No quieres irte con el?. 

Sus palabras me sacan de mi mente y niego con la cabeza a la par que parpadeo para intentar decir las palabras que mejor expresen mi situación.

-Para nada! lo amo, es solo que no sé si estoy lista para enfrentar lo que creo que ocurrió.

Mi acompañante suspira aliviado de saber que no estoy en peligro como tal vez lo hice pensar, pero yo siento un creciente nudo en la garganta mientras mis pensamientos van a mil por hora. La situación no es para nada como pensaba que sería, en un mundo ideal podía evitar a Adam más tiempo para intentar convencerme de que lo que vi no es real, o por lo menos hasta que estuviera lista para que me partiera el corazón.

Un sonido que retumba en el departamento me saca de mi mente y hace que Viktor se ponga de pie para llegar hasta una pequeña caja que cuelga de la pared.

-¿Quién es? - escucho que pregunta el ojiazul. -Bajamos en un momento.

Habla y regresa al cuarto conmigo.

-Tu novio está aquí.

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora