Nuestras miradas se cruzan durante unos segundos que pasan lentamente, la imagen de Adam de frente me hace sentir como si no estuviera en la realidad, por un momento cruza por mi mente el hecho de estar dormida, pero las palabras que escucho a mi alrededor me confirman que no se trata de un sueño.
Puedo verle sonriendo, su postura, tan tranquilo y relajado, me hacen pensar en que todo éste tiempo la única que lo ha pasado mal solo con pensar en el otro he sido yo.
Cuando empiezo a dudar si él se acercará o no escucho que alguien me llama.
-Emma, ¿estás bien? - dice Viktor a mi lado.
Desconcertada, mis ojos parpadean y giro la cabeza en su dirección para asentir, él me mira sorprendido y con una risa nerviosa vuelve a preguntar.
-¿Segura? Parece que viste un fantasma.
Sin responderle giro nuevamente hasta donde ví a Adam, pero ésta vez el ya no estaba en el mismo lugar.
Caminando hacia mi, con su mirada fija, sentía mi corazón latir un poco más rápido cada vez, a cada paso que daba, los nervios en mi interior crecían al igual que las preguntas en mi cabeza.
¿Qué hacía aquí? ¿Había venido a verme?
Parecía que me habían salido raíces en las plantas de los pies, me sentía incapaz de mover mis piernas, como si mi cuerpo no respondiera más a mi cerebro.
Su semblante era distinto a la última vez que nos habíamos visto, seguía sin tener brillo en la mirada, pero al rededor de sus ojos se marcaban unos pequeños círculos oscuros, se veía más delgado y tenía las quijadas apretadas.
Me descubrí a mi misma con las manos ligeramente temblorosas, pero al darme cuenta de ello, las apegue a mi cuerpo para tranquilizarme.
Tras de mi espalda pude sentir un brazo que me rodeaba, giré mi cabeza en dirección a Viktor desconcertada, éste me devolvió la mirada preocupado mientras hablaba nuevamente.
-Estás temblando, ¿qué ocurre?
Niego de nuevo con la cabeza, pero antes de decir algo escucho frente a mi esa voz...
-Emma. - dice Adam.
Al escucharlo, un nudo se forma en mi garganta, pero antes de responder, él continúa hablando.
-¿Puedo hablar contigo un segundo? - pregunta mirándome fijamente, no parecía enojado, creo que la frustración podría describir mejor la expresión en su cara.
Asiento y él me invita a caminar con un gesto con la mano, sin pensarlo dos veces comienzo a andar, dejando tras de mí a mi amigo y mi familia expectantes ante la situación.
Caminamos en silencio hasta salir del pasillo que conducía al escenario, por la parte posterior del edificio de la universidad, nos refugiamos del sol en la entrada de éste, alejados de la concurrencia levanto la mirada para observarlo a los ojos.
El hace lo mismo, abre la boca para hablar y después la cierra nuevamente, aprieta sus labios, pasa saliva y parpadea un par de veces.
-Te ves muy hermosa. - dice levantando las cejas sin romper el contacto visual.
Puedo sentir el calor en mis mejillas y le respondo con un simple gracias acompañado de una pequeña sonrisa.
El me imita y agacha la mirada, levanta los hombros y me observa nuevamente.
-Creí ser capaz de alejarme de ti.
Escucho sus palabras pero pareciera que éstas hacen eco dentro de mi, como si la voz de Adam estuviera en una cueva que dificulta comprender lo que dice.
-Quería ser lo mejor para ti.
Nuevamente habla y ésta vez un sabor agrio se cuela en mi boca, llevándome a los recuerdos del día que se marchó de la cafetería en Nueva York.
Instintivamente doy un paso hacia atrás, cruzando los brazos en un vago intento de protegerme ante lo que viví con anterioridad.
-¿Qué es lo que está ocurriendo Adam?.
Dentro de mi una valentía que pensé que no tendría sale a la luz para tomar el control de la situación, los nervios y mi corazón a mil por hora siguen allí, pero se ven opacados por mi orgullo que toma las riendas de mis emociones.
Él me mira sorprendido, pareciera que levanta su mano por un momento hacia mi, como quien quiere acercarse a un niño pequeño para que éste te de su confianza, pero se detiene y me mira con un esbozo de sonrisa, de nuevo baja la mirada y lanza un suspiro al suelo.
-Me lo merezco. Emma, no quiero molestar, no vine aquí para arruinar tu gran día, solamente estoy aquí para... - hace una pequeña pausa mirándome a los ojos y después desviando la vista continúa -Bueno, quería darte tu regalo de graduación.
Al terminar de hablar, saca un sobre angosto y largo de su abrigo y me lo entrega con los labios apretados.
Lo tomo de entre sus manos y por un momento nuestros dedos se rozan, haciéndome sentir una pequeña corriente de electricidad que desaparece apenas retiro mi mano.
Abro con cuidado el papel y de éste extraigo el contenido, un boleto de avión a mi nombre y un folleto turístico de Portugal es lo que saco de ahí.
-Recuerdo que una vez me contaste que querías conocer el país, no pude resistirme y esa noche compré los boletos, sé que no es mucho, pero espero....
Miro los papeles con asombro y estoy segura de que mi cara habla por mi cuendo el deja de hablar.
Cual niña pequeña lo miro sonriente y mordiéndome el labio inferior no puedo evitar soltar una risita de emoción.
Su expresión cambia completamente, me mira y los ojos recuperan un poco de brillo a la par que en su rostro se dibuja una sonrisa que deja entrever sus dientes un poco, ambos reímos y yo doy un paso al frente para abrazarlo, lo tomo entre mis brazos sin pensar y le agradezco por el detalle.El se sorprende pero no duda por un segundo al regresarme el gesto, sus brazos se sienten tal como los recordaba, cálidos y como si estuviera protegida de cualquier cosa.
-Gracias Adam, de verdad.
Digo nuevamente al separarnos y el me mira feliz asintiendo.
Cuando observo con más detalles el contenido, me percato que dentro hay otro ticket de vuelo, pero éste no tiene mi nombre, éste está en una siento conjunto y a nombre de Adam Blake.
Él me mira leyendo el segundo boleto y se apresura a hablar.
-No, no te preocupes, lo puedo cambiar, yo, bueno, lo compré cuando, tu sabes, pero, veo que, pues tú, es tuyo, quiero decir, lo puedes poner a nombre de quien quieras que vaya contigo.
Al escuchar sus palabras entrecortadas y ver cómo niega con las manos nervioso, una pequeña risa se escapa de mi boca, pero se descance al mirar nuevamente el nombre de él ahí, me quedo pensando mientras sostengo el pasaje y las palabras salen de mi boca antes de meditarlas.
-Ven conmigo.
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Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]
RomanceSegunda temporada de "Solo llámame Adam" "¿Crees poder perdonarme?" "No lo sé." "Lo siento." -Con una trayectoria casi impecable y una carrera traída de la tumba, llega una vez más al cuadrilátero para probar suerte. Con 1.88 metros, 83 kilogramos y...