Capitulo 3

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-¿Qué haces aquí?. - preguntó Viktor mientras me veía con una sonrisa de lado.

-Tenemos los incorrectos. - dije mientras sacaba el teléfono de mi vaquero y se lo mostraba.

-¿De verdad? - su rostro reflejaba sorpresa genuina, a caso no lo había notado en éste tiempo?

El se giró de perfil para rebuscar algo en su casillero, hasta éste momento me percaté que él estaba vestido únicamente de la cintura para a abajo.

Mientras él estaba inmerso en sus cosas yo le lancé un par de miradas furtivas, me fue imposible ignorar su torso descubierto, es bastante atractivo, me parece surreal que alguien que parece modelo esté en un hospital tratando la varicela.

El se da cuenta de lo que pasa y veo que suelta una pequeña sonrisita, mientras sus orejas se tornan de un color rojo pálido.

-Aquí tienes. - sacó del locker un móvil casi idéntico al que yo estaba sosteniendo en mi mano. -Siento mucho la confusión, fue sin querer, lo lamento.

Habla a la par que estira su mano avergonzado.

-Está bien - digo intercambiando los equipos y dedicándole una sonrisa. -Fue un error de ambos.

Mientras respondo puedo verlo sonreír un poco más aliviado, por mi parte no se me ocurre otra cosa que verificar mi bandeja de entrada, justo como me temía un simple mensaje de texto yace en medio de la barra de notificaciones.

"Puedo explicarlo, estoy en el avión, nos vemos en casa."

¿A qué se refiere Adam con que lo puede explicar?

Mis pensamientos comienzan a meditar la posibilidad de sus palabras, puede explicar la fotografía, quiere decir que es real?

-¿Me engañó?

Hablo en voz alta inconscientemente.

-¿Estás bien Emma? - pregunta Viktor mirándome atento.

Mi cara debe ser un total poema, siento mis mejillas enrojecerse de la vergüenza por tener mi boca tan suelta y comienzo a asentir y negar con la cabeza, confundida por no saber responder a la pregunta.

-Lo lamento, no te preocupes, disculpa por quitarte tiempo, ya me voy.

Doy media vuelta y me dispongo a caminar, pero una mano toma suavemente la mía y me detiene gentil.

-¿Qué ocurre? Es evidente que no estás bien, déjame ayudarte.

La voz de Viktor hace que pierda la poca estabilidad que había logrado obtener en éste tiempo, giro para tenerlo de frente nuevamente y me recibe con la mirada más cálida que había visto nunca, sus azules ojos me abrazan reconfortante y me ayudan a no caer en llanto en medio de la sala.

Me siento extrañamente reconfortada cuando me lleva de la mano hasta una banca que se extiende por el lugar, con los casilleros que nos rodean tomamos asiento y me sonríe un poco animándome a contar lo que ocurre.

-¿Es por el chico, cierto?

Yo asiento cabizbaja.

-¿Es tu novio? - pregunta él tranquilo.

Yo siento nuevamente.

-¿Hizo algo que te hace sentir mal?

Muevo mi cabeza en afirmación y me detengo a mirarlo.

-En realidad no sé si lo hizo o no, es complicado.

-Quizás sea más simple de lo que crees, no somos tan misteriosos como parece, solo no te comas mucho la cabeza.

-Eso complicado porque ni siquiera yo sé si es real o no.

-¿Qué dices si te invito a cenar algo y me cuentas qué ocurre? Así no sientes presión y puedo intentar ayudarte a tener otra perspectiva de tu problema.

-No nos conocemos nada. - respondo con media sonrisa y la mirada en el suelo.

-Tu nombre es Emma Parks, trabajas como becaria en WeWork y vienes de la universidad de Tufts en Boston, tienes un problema con tu novio que te hace corto circuito en la mente y al parecer ésto no lo habías hablado con nadie más, si puedo ayudarte lo haré Emma, no me gusta ser indiferente a los problemas de los demás.

Lo miro con sorpresa, el memorizó todos los datos que le proporcioné con una facilidad increíble.

-¿Cómo... - no termino de hablar ya que el responde sonriendo a mi pregunta mental.

-He leído y memorizado textos de extensiones gigantes, los detalles son importantes para mí y mi trabajo, sobre todo si implican a una bella chica pelirroja.

Sus palabras me hacen sonreír y sonrojarme un poco, pero él se encarga de volverme a la realidad.

-Siento si fui muy directo, tienes novio y eso me hace no intentar nada, descuida, mi interés a tu bienestar es genuino, no haré nada para hacer algún movimiento extraño.

Asiento agradeciendo su sinceridad.

-Entonces, ¿quieres cenar algo? Solo una mano amiga para que no te vuelvas loca con teorías.

Ambos reímos y yo digo.

-En realidad tenía pensado unos simples macarrones para hoy... - dejo de hablar para hacer memoria y el me mira confundido. -Los macarrones... DEJÉ EL HORNO ENCENDIDO EN CASA!.

Me levanto como loca y salgo por la puerta para correr por todo el hospital a la par que Viktor me sigue poniéndose algo de ropa y pidiéndome que me calme.

Al llegar a las puertas principales del hospital él me alcanza y me toma de la mano para mirarme y preguntar.

-¿Vives lejos de aquí?

-Del otro lado del parque.

-No vamos a llegar corriendo, ven conmigo.

Habla y me lleva afuera por el lateral del edificio, sus pasos son mucho más grandes que los míos así que yo voy prácticamente corriendo tras él.

Llegamos hasta un estacionamiento y en medio de los vehículos el nos encamina hasta una motocicleta, saca un casco del asiento y me lo da a la par que se monta en el vehículo de dos ruedas.

No lo pienso dos veces y me subo junto con él, me pide mi dirección exacta y ambos nos dirigimos a mi departamento.

Se mueve por las calles con una rapidez que no había experimentado en Nueva York, las calles pasan rápidamente a través del visor del casco y la velocidad hace que lo sujete de la ropa fuertemente.

No tardamos más de diez minutos en llegar cuando al girar por mi calle veo un camión de bomberos en la entrada de mi edificio.

-Mierda. - digo apenas apaga el motor.

Bajo de la motocicleta entregándole el casco sin verlo para correr con uno de los bomberos que expectantes miran hacia arriba.

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora