Capítulo 32

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La sorpresa en mi rostro debe ser más que evidente, el chico que se presenta como familiar del médico que conocí en Nueva York alza sus cejas y mantiene la sonrisa dándome a entender que debería decir algo para continuar la conversación, pero lo único que atino a hacer es dejar de moverme para mirarle mejor.

Los ojos, el cabello y las facciones faciales tan marcadas, el parecido era algo notorio una vez que te fijabas en ello, pero eso no me fue suficiente para aclarar lo que ocurría.

-Lo siento, creo que que te confundes de persona.

Digo moviéndome con la intención de darle la espalda nuevamente hasta que sus palabras logran hacer que mi mirada se pose sobre aquel chico de curioso acento.

-Tu salías con Adam Blake, el chico que boxeaba en el gimnasio cerca de una carretera en Boston, él fue quien nos presentó, soy el chico al que casi le desfigura la cara una noche que tu le acompañaste.

Me quedo perpleja ante el detalle de la historia que el ojiazul relata, mi mente se transporta a aquel día, el día que ví pelear a Adam como alguien fuera de si, aquel día que me tomaron por sorpresa sus acciones, de verdad estaba frente al mismo chico que yacía medio muerto sobre la lona del ring a manos de mi ex novio años atrás?.

-Emma Parks, ¿No es así?

Pregunta acercándose de a poco mientras me dedica una sonrisa tranquilizadora.

-Nos encontramos en el aeropuerto, en mi hotel... y tú eres el mismo que hace tiempo llegó a mi hogar exigiendo verme, ¿Eres tu, no es así? ¿Me mentiste en el elevador y eras tu, cierto?.

Mi voz comienza a elevarse un poco a la par que le miro con los ojos entrecerrados y me acerco acusatoria hacia el, mientras tanto el parece complacido de que le recuerde y una las piezas acerca de el, pero levanta las manos en señal de rendición y yo dejo de apretar mis puños que inconscientemente mantenía apegados a mis muslos, preparándome para golpearle si mi integridad corría riesgo en medio del ambiente del lugar.

-Si, soy yo. Y si, te mentí, pero tenía que hacerlo, no había tenido oportunidad de presentarme y hablar contigo, pero tienes que saber que estás en peligro.

Sus palabras se ven interrumpidas por el mismo mirando a los alrededores hasta que vuelve a concentrar su vista en mi y continúa hablando esta vez más cerca de mi oído y en un tono más bajo.

-Tengo que contarte la verdad acerca de Adam Blake. No confíes en el.

Lo que dice me deja aun más confundida que al principio de la conversación, levanto la mirada más allá del rubio frente a mi para buscar a mis acompañantes, sentados bebiendo de sus tragos están tranquilos charlando, hasta que Adam conecta miradas conmigo y me dedica una sonrisa, en medio de mi confusión atino a responder la sonrisa y continuar con mis movimientos ligeros para no levantar sospechas, soy consciente que en el momento en el que los necesite los tres no dudarán en acercarse únicamente con una llamada de auxilio silenciosa a través de mi mirada.

-Emma, no estoy jugando, tienes que creerme, Blake no es quien dice ser.

-¿Por qué lo dices? Explícate.

Exijo al chico frente a mi.

-¿Podemos acercarnos a la barra para no incomodar a las personas por lo menos?

Con los labios apretados miro nuevamente a los chicos en los sofás de los reservados y les anuncio con señas que iré al baño para no alarmarlos, dos de ellos asienten y a la par que comienzo a caminar le digo al rubio.

-Sígueme.

Nos guio entre la gente hasta llegar a uno de los reservados en binomio frente a la barra, donde las personas aún pueden vernos pero es más cómodo e intimo para charlar, tomo lugar en el asiento de manera en que continúe observando a mis acompañantes y soltando un suspiro hablo nuevamente.

-Tienes 5 minutos, ¿A qué demonios te refieres con lo de Adam y por qué me has estado asechando?.

El asiente complacido pero se mantiene con un semblante serio.

-Primero, quiero aclarar que no he estado asechandote, he estado protegiéndote pero creo que es tiempo de que te digan la verdad. Bien, empecemos con lo de Blake, ¿Algúna vez te habló de Ivanna? ¿Ivvana Milena?

Niego con la cabeza mientras me acomodo en el asiento, echando un vistazo a los chicos que continúan tranquilos en los sillones.

-Era una chica preciosa, llena de vitalidad y bondad, era mi prima, llegó a Estados Unidos cuando teníamos 18 años, en ese entonces nosotros éramos buenos amigos, Adam y ella comenzaron a salir, todo iba perfectamente entre ambos, hasta que un día Ivanna llegó llorando con un ojo morado a casa, me suplicó que no le hiciera nada a Adam, pero no pude resistirme y le intenté dar una lección, lo que había hecho a mi prima no estaba bien y alguien tenía que dejárselo claro... pensé que todo quedaría ahí, yo... creí que había hecho bien.

La pausa que realizó en el relato logró helarme la espalda, por un motivo que desconocía un escalofrío recorrió mi columna vertebral mientras esperaba que continuara con la historia.

-Pero ella... Desapareció, mi familia y yo la buscamos un largo tiempo, lo único que había dejado tras de sí era una carta, la policía se negó a cooperar más gracias a ella, en la carta decía que quería regresar a Rusia, decía que sentía que en América no conseguiría nada, decía que tenía miedo de lo que pudiera pasarle y prefería alejarse, pero ella jamás regresó a casa. Mi familia en Rusia no la volvió a ver jamás, llenaron el estado de carteles anunciando su desaparición, la policía se involucró y se determinó que era altamente probable que ella... que ella estuviera muerta.

En ese momento pude sentir mi respiración detenerse, mis músculos se tensaron y mis manos formaron un puño sobre la mesa, dicha reacción no fue pasada por alto por mi acompañante.

-¿Pero eso qué tiene que ver con Adam?. - pregunté sin realmente saber si quería conocer la respuesta.

-La investigación tuvo una serie de inconsistencias al rededor de el, verás, el fue el último en verla con vida, sus cosas desaparecieron de su departamento, no existía prueba alguna de la vida de mi prima en la suya, era como si jamás se hubiesen conocido, pero por suerte Ivanna desde donde esté ayudó con la evidencia de su teléfono móvil, ella había mantenido las fotografías de ambos.

-La chica rubia, besando a Adam en ese restaurante, ¿Ella era Ivanna? ¿Tu me enviaste esas fotografías?

Su respuesta se ve reflejada con un asentimiento de cabeza.

-Tenía que hacerlo, dejé pasar mucho tiempo y me atormentaba la idea de que no supieras la verdad tras ese monstruo, no podía permitir que ocurriera de nuevo, mi prima no tuvo una segunda oportunidad, tu aún puedes salvarte Emma, el no es lo que crees.

Vuelve a mí, Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora