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Dyanna había conseguido que Daenerys le permitiera a Jon minar el vidriagón que residía en las cuevas bajo la fortaleza

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Dyanna había conseguido que Daenerys le permitiera a Jon minar el vidriagón que residía en las cuevas bajo la fortaleza. No había sido tan fácil como ella esperaba, sin embargo, parecía que había atrapado a Daenerys en un buen momento.

La Reina observaba como los dragones volaban sobre las tierras de Poniente - con alas deslizándose sin esfuerzo por los fuertes vientos costeros.

"Es una vista hermosa." Jon dijo mientras se acercaba a las hermanas y Dyanna sonrió - haciéndole señas para que se uniera a ellas.

"Los nombré por mis hermanos, Viserys y Rhaegar, ambos están muertos." Daenerys ni siquiera se giró para mirarlo.

"Cuál es el tuyo?" Le preguntó a Dyanna mientras se ponía a su lado. Ella sonrió, señalando al dragón azul que volaba cerca de Drogon. "Rhaenyra."

"Es hermosa." Comentó, admirando como sus escamas azules brillaban en la luz mientras movía su cuerpo.

Daenerys finalmente se giró para ver a su potencial aliado. "Escuché que también perdiste a dos hermanos."

Dyanna lo miró mientras su cara mostraba su dolor. Sabía lo de Robb y de su muerte durante la Guerra de los Cinco Reyes, pero no sabía nada de los otros que habían muerto. Los otros dos eran tan jóvenes - tan inocentes la última vez que los vio.

"Sabes que no voy a permitir que Cersei se quede en el Trono de Hierro?" Daenerys miró a Jon, avanzando la conversación.

"Nunca esperé que lo permitieras."

"Y no he cambiado de opinión sobre qué reinos le pertenecen al trono."

"Yo tampoco."

"Te permitiré minar el vidriagón y hacer armas. Cualquier recurso u hombres que necesites, te lo proporcionaré." Daenerys dijo como si le diera a Jon una victoria. Él simplemente asintió, volteándose.

"Gracias. Entonces, me crees sobre el Rey de la Noche y el Ejército de los muertos?"

Daenerys regresó su atención a los dragones. "Será mejor que empieces a trabajar, Jon Snow."

Y se puso a trabajar - Dyanna apenas había visto a Jon en todo el día después de la conversación. mientras trabajaba para preparar a los hombres para la minería. Sólo cuando Dyanna tomó la iniciativa y bajó a las cuevas para asegurarse de que no había huido, se dio cuenta de que lo había extrañado en el poco tiempo que llevaba fuera.

Realmente no tenía un amigo en Rocadragón ahora - Tyrion era su tío prepotente y Daenerys su Reina - estaba obligada al deber y el honor a servirla. Alys estaba en Essos con Daario, y Jon Snow estaba ante ella con una mirada sorprendida en su rostro.

"Estaba a punto de mandar a buscarte, qué te trae por aquí al atardecer?" Preguntó, sosteniendo una antorcha encendida en su mano.

"Me sentía sola." Admitió. "Vine a ver cómo se veía la minería."

"Empezaremos con la primera luz del día de mañana."

"Entonces, por qué habrías mandado a llamarme?" Ella reflexionó mientras se acercaba a él.

"Quería que vieras su belleza antes de que lo empecemos a picar."

Dyanna sonrió pero permaneció silencio mientras él la conducía al interior - inmediatamente quedó claro que la piedra con la que fue hecha el trono dentro de la fortaleza provenía de la piedra de estas cuevas. La afilada, irregular y negra piedra estaba inclinada hacia los intrusos de la cueva, y tanto Dyanna como Jon tuvieron que pasar a través de la roca para abrirse camino a la oscuridad.

Las paredes de la cueva se abrieron ligeramente - facilitando el caminar, antes de abrirse a una gran y hermosa caverna.

Dyanna se detuvo - con la boca abierta al ver el tamaño del lugar en el que estaban - debe llegar a la cima de la montaña en la que se encontraba la fortaleza.

"Es hermoso." Ella sonrió.

"Lo es." Jon respondió - mirando el asombro en su rostro. "Pero hay algo más que quiero mostrarte."

El dúo continuó, adentrándose más en la cueva hasta que llegaron a una caverna más pequeña y menos imponente. Había marcas en la pared donde Jon se detuvo.

"Los Hijos del Bosque hicieron esto." Jon explicó mientras Dyanna las rozaba con sus manos.

"Cuándo?"

"Hace mucho tiempo."

"Estuvieron aquí - parados donde estamos nosotros antes de que hubieran Targaryen o Stark o Lannister. Tal vez incluso antes de que hubieran hombres."

"No." Jon susurró, llevando su atención a otro panel de marcas. "Estuvieron aquí juntos, los Hijos y los Primeros Hombres."

"Luchando entre ellos?" Preguntó Dyanna al ver las armas con las que fueron retratados.

Jon sacudió su cabeza, haciendo brillar la luz sobre el panel que acababan de mirar juntos - donde se mostraba otra facción de personas.

"Luchaban contra un enemigo común, a pesar de sus diferencias y desconfianza, juntos."

Dyanna estaba más cerca de Jon de lo que se dio cuenta, y se alejó un poco mientras él continuaba.

"Tenemos que hacer lo mismo si queremos sobrevivir. El enemigo es real, y siempre ha sido real."

"Y dices que no los puedes derrotar sin nuestros ejércitos y los dragones?" Dyanna preguntó, y sus dedos volvieron a trazar las formas de la pared.

"No, no creo que pueda." Jon admitió.

"Lucharé por ti, Jon, lucharé por el Norte." Dyanna susurró.

"No puedo pedirte que hagas eso." Sacudió su cabeza.

"Tomaré mi dragón y defenderé tu hogar, sin importar lo que diga mi hermana." 

"No podemos hacer esto solos." Urgió.

"Nunca aceptará ayudarte a menos que te arrodilles." Dyanna sacudió su cabeza.

"No puedo. Mi gente nunca aceptará a un gobernante sureño."

"Lo sé." Dyanna habló, sintiendo el temor de la tormenta que se avecina. "Lo sé."

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