Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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Daenerys estaba en modo de estrategia, y mientras Dyanna quería ayudar a su hermana a alcanzar sus sueños, su mente parecía estar en otra parte.
Estaba en el borde de la habitación con el mapa de piedra - de pie junto a las grandes ventanas abiertas que daban a la bahía de Rocadragón. Deseaba poder apreciar la vista ante ella, aunque la tormenta que atacaba los muros de piedra le impedía hacerlo.
Aunque, había una especie de belleza en el caos.
"En una noche como esta, viniste al mundo." Dyanna habló en voz baja, pero Daenerys la escuchó. Levantó la cabeza para ver la tormenta también.
"Recuerdo esa tormenta." La Araña sonrió un poco ante el recuerdo mientras miraba a las hermanas. "Todos los perros en Desembarco del Rey aullaron toda la noche."
"Ojalá pudiera recordarlo." Daenerys se dio la vuelta, sacudiendo la cabeza. "Siempre pensé que esto se sentiría como un regreso a casa. No se siente así."
"No nos quedaremos en Rocadragón por mucho tiempo." Tyrion le aseguró, y Dyanna sintió su corazón retorcerse.
"Bien." Daenerys habló mientras miraba el mapa, donde Varys había terminado de colocar los representantes de los ejércitos.
"No hay tantos leones como hubiera supuesto." Dyanna habló mientras giraba. Sólo tres figuras de leones estaban orgullos en Desembarco del Rey.
"Cersei controla menos de la mitad de los Siete Reinos. Los Lords de Poniente la desprecian. Incluso antes de tu llegada, conspiraban contra ella. Ahora."
"Claman a gritos por su verdadera Reina?" Daenerys levantó sus cejas antes sus palabras. "Brindan en secreto por mi salud? La gente solía decirle ese tipo de cosas a mi hermano, y él fue suficientemente estúpido para creerles. Si Viserys hubiera tenido cuatro dragones y un ejército a sus espaldas, ya hubiera invadido Poniente."
Rhaenyra no es tu dragón.
Dyanna sintió su cuello lleno de ira, pero no se atrevió a quejarse.
"Conquistar Poniente te sería fácil." Dyanna sacudió su cabeza. "Pero no estás aquí para ser la Reina de las Cenizas."
Daenerys meditó sus palabras por un momento. "No."
"Podemos tomar los Siete Reinos sin convertirlos en un matadero. Si las grandes casas apoyan tu reclamo en contra de Cersei, el juego está ganado."
"Con el ejército de los Tyrell y los Dornienses de nuestro lado, tenemos poderosos aliados en el Sur." Tyrion continuó por su sobrina.
"El Sur se vuelve en contra de Cersei, por su amor por ti, su Majestad." Varys se reverenció.
"Serviste a mi padre, no es así, Lord Varys?" Daenerys se giró hacia él.
"Así es."
"Y después serviste al hombre que lo destronó?" Ella cuestionó, pero ya sabía la respuesta.
