Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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Habían pasado semanas desde que Dyanna había enviado las dos cartas- una a su padre y la otra al Rey en el Norte. Aunque no había recibido una carta de Jaime, ya que nunca le dijo donde estaba, Jon Snow había respondido en el momento dado.
La mañana en que él y su compañía llegaron a las costas de Rocadragón, las olas se estrellaban y los viento se habían enfriado.
Un escalofrío había caído sobre Poniente en las últimas semanas, y Dyanna nunca había sentido tanto frío.
Tyrion había llegado a Dyanna cuando el sol había empezado a brillar por las rendijas de sus ventanas para informarle de que un barco había sido visto acercándose a las costas con estandartes Stark. Dyanna se cambió rápidamente y acompañó a su tío a la orilla mientras el pequeño barco de pasajeros llevaba al grupo a tierra.
Acompañados por un grupo de guerreros Dothraki que querían darle a Jon Snow una cálida bienvenida, el grupo se paró en la gruesa costa y esperó a que los hombres desembarcaran sus barcos.
"El bastardo de Invernalia." Dyanna saludó a Jon con una sonrisa.
Había crecido desde la última vez que ella lo vio en Invernalia. No sólo en altura, sino también en poder y postura. Su largo y rebelde cabello había sido peinado hacia atrás fuera de su rostro, y una larga y delgada cicatriz se abría paso sobre su ojo izquierdo. En lugar de la pechera de cuero que Dyanna había visto antes, ahora llevaba una de acero, con dos lobos huargos gruñendo el uno al otro.
Dyanna también había cambiado, Jon notó. La chica guapa que había conocido y respetado se había convertido en una visión de poder y belleza. El cabello dorado que una vez estuvo suelto y libre ahora estaba cuidadosamente trenzado en trenzas del este, descansando en la parte pequeña de su espalda. Sus ojos esmeralda se habían endurecido - donde una vez hubo inocencia y anhelo, ahora había pérdida y arrepentimiento.
"La bastarda de Desembarco del Rey." Él saludó de vuelta - con una sonrisa ladeada en sus labios, que le recordó a Dyanna su inocencia de la última vez que se habían cruzado.
Dyanna dio el primer paso hacia adelante, pero Jon cruzó una distancia mucho mayor mientras sus cuerpos chocaban entre sí - delante de los amigos de Jon y los aliados de Dyanna.
"Es bueno ver una cara familiar." Dyanna comentó mientras apretaba fuertemente a Jon Snow.
Él sonrió. "Creo que la última vez que te vi, querías ver el Muro. Estabas enfadada porque una mujer no podía visitar la Guardia de la Noche."
"Crees que puedas detenerme ahora?" Dyanna preguntó con una sonrisa mientras se alejaba.
"Ni en lo más mínimo." Asintió con ojos cálidos.
Dyanna se giró y le mostró una sonrisa al hombre mayor que estaba junto al Rey en el Norte. "Mi nombre es Dyanna Targaryen."
