Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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El viaje a Meereen había sido largo para todos los involucrados, pero cuando vieron que la tierra se acercaba cada vez más, supieron que lo habían logrado.
Mientras el barco se acercaba a la orilla, Dyanna y Alys se pararon al frente - con el cabello suelto a su alrededor mientras se acercaban a los muelles.
Rhaenyra estaba sentada frente a ellas - disfrutando la forma en que sus escamas se sentían en los fuertes vientos.
Había crecido mucho desde que salieron por primera vez - cuando viajaban por tierra, había tenido que hurgar en los roedores que había por ahí, pero tan pronto como el barco se encontró con los mares tenía una abundante dieta de pescado para darse un festín. Ahora tenía al menos el tamaño de un caballo grande.
Se escuchó un gran chillido desde el puerto de Meereen, y un dragón verde apareció en el aire delante de ellos, causando que Rhaenyra soltara un gruñido bajo. Una vez que este nuevo dragón había dimensionado apropiadamente la nueva amenaza, aterrizó de nuevo en el suelo con un ruido sordo que se pudo escuchar desde el barco.
Los ojos de Dyanna siguieron al dragón mientras se movía- finalmente se detuvo junto a la figura de una mujer de cabello largo y blanco.
Daenerys Targaryen.
Todo parecía ir en cámara lenta hasta que el barco finalmente había atracado.
Daenerys se movió hacia las tablas de madera para saludar a los recién llegados, al igual que otro dragón - este de color crema - se movió para ver el desarrollo de la escena con el verde anterior.
"He oído hablar mucho de ti." Daenerys llamó desde los muelles mientras Dyanna bajaba - ayudando a Alys a bajar después. "La Reina Dragón del Oeste."
"No soy una reina, su Majestad." Dyanna sonrió mientras se inclinaba ante Daenerys Targaryen. "Pero tenían razón sobre el dragón."
Los ojos de Daenerys siguieron a Dyanna hasta que se posaron sobre el curioso dragón zafiro que permanecía sentado en el barco - vigilando cuidadosamente a los otros dos dragones de la costa.
"Hermoso." Daenerys comentó, mientras el dragón se acercaba al borde. "Puedo preguntar su nombre?"
"Su nombre es Rhaenyra." Dyanna sonrió al ver que los ojos de Daenerys se abrían ligeramente.
"Un nombre valyrio?"
"Tal vez una historia para otro momento, su Majestad." Dyanna sonrió - quería soltarlo todo, cómo estaban relacionadas, pero sabía que no podía. No en un entorno tan público como este.
"Lo entiendo." Daenerys sonrió, haciendo señas a las dos chicas para que la siguieran. "Por favor, vengan conmigo."
Rhaenyra subió a los cielos una vez que vio a su madre alejarse - muy a pesar de los dos dragones desconfiados que la miraban desde el suelo.
Cuando Daenerys se acercó a sus dos dragones, parecieron calmarse, sin embargo, Dyanna aún así mantuvo su distancia. Sólo porque le agradara a un dragón, no significaba que todos lo hicieran.
"Son impresionantes." Dyanna dijo con sinceridad mientras miraba a los dos hermanos. Se veían tan similar a la suya, y sin embargo tan diferentes.
"Rhaegal." Daenerys hizo un gesto hacia el dragón verde que estaba decorado con marcas de color bronce. "Y Viserion." Señaló al más pequeño - el de color crema que estaba adornado con dorado.
"Perdóneme, su Majestad, pero he oído que tenía tres?" Dyanna le preguntó a la Reina con curiosidad, y Daenerys sólo sonrió.
"Si, también tengo a Drogon."
A sus palabras, una sombra cubrió al grupo mientras otro dragón volaba por encima - este era tan oscuro que parecía negro desde donde estaba Dyanna, sin embargo las vibrantes alas rojas y las marcas le hacían parecer el arma perfecta para la guerra.
El dragón bajó bruscamente dando giros hasta que llegó al suelo para aterrizar frente al grupo, dejando escapar un chillido que hizo que Alys se girara para cubrirse las orejas.
Dyanna no se acobardó, sin embargo, y Daenerys observó cuidadosamente mientras extendía la palma de su mano para saludar al dragón dominante - vencida por el instinto.
"Rytsas, Drōgon." Hola, Drogon.
Drogon cerró sus ojos y presiono su hocico en la mano de la bastarda Targaryen, y sus dos hermanos parecieron inclinar ligeramente sus cabezas ante la vista - sometiéndose a ella también.
Rhaenyra aterrizó al lado del grupo a este punto, más cerca de Rhaegal y Viserion. Sin embargo, no los saludó y se dirigió directamente hacia Daenerys, quien no pudo evitar reírse mientras el dragón la empujaba curiosamente.
"Me disculpo, su Majestad." Dyanna sonrió. "Me temo que socializar no es nuestro fuerte."
"No hay de que preocuparse - espero que el tiempo que pasen en Meereen pueda ser beneficioso para todos ustedes."
"Nos alojarás?" Alys habló por primera vez, y Daenerys le dio una sonrisa amistosa.
"Por supuesto." Se dio la vuelta para buscar a uno de sus consejeros. "Ser Jorah les mostrará sus habitaciones. Haré que lleven ganado a Rhaenyra para alimentarla - supongo que el viaje ha sido duro para todos ustedes."
"Gracias, su Majestad." Dyanna sonrió y le dio a la Reina otra reverencia.
