LIONHEART ✔

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Después de arrinconar a Jon después de la reunión, Sansa y Arya lo llevaron al Bosque de los Dioses, donde nadie más que los Dioses oiría lo que tenían que decir. Estaba claro que él no quería estar allí, pero ellas pensaron que era necesario. Querían saber - necesitaban saber dónde estaba en esta guerra.

"Hasta dónde estás dispuesto a llegar por ella?" Arya le preguntó mientras lo acorralaba. "Cuántos hombres estás dispuesto a sacrificar?"

"Entienden que todos estaríamos muertos si no fuera por ella? Seríamos cadáveres marchando hacia Desembarco del Rey." Jon se mantuvo firme, un poco incómodo por cómo sus hermanas lo estaban mirando.

"Pero Dyanna es quien mató al Rey de la Noche. Sólo queremos saber por qué estás siguiendo a una Reina con la que no estás de acuerdo para apoyar a una Princesa que no tiene voz en esta lucha." Sansa respondió en voz baja.

"Sus hombres - los hombres de Daenerys dieron sus vidas defendiendo a Invernalia."

"Y nunca lo olvidaremos. Eso no significa que quiera arrodillarme ante una reina que amenaza-"

"Me juré a mí mismo y al Norte que apoyaría la guerra en el Sur." Jon sacudió la cabeza. "Soy un hombre honesto que está tratando de hacer lo mejor para nosotros - para ustedes. Daenerys no será la mejor Reina, pero Dyanna ha sacrificado su derecho al trono ahora y  todavía les debo a ambas por los hombres que perdieron aquí."

"Lo respeto." Arya lo miró, haciendo una pausa.

"Lo respetas?" Sansa miró a su hermana. 

"La necesitábamos." Arya asintió. "Necesitábamos su ejército, los dragones. Hiciste lo correcto. También estamos haciendo lo correcto al decirte que no confiamos en tu Reina. Confiamos en Dyanna."

"Lo sé." Jon suspiró. "Siento lo mismo, pero hasta que Dyanna no separe su causa de la de Daenerys, no podemos apoyarla de la misma manera."

"Entonces haz que se separe." Arya dijo con firmeza. "Muéstrale el orgullo de tener su propia Casa y muéstrale los aliados que tendría si se rebelara. Déjale claro que el Norte está con ella, no con su hermana."

Jon asintió con tristeza. "Ella nunca se rebelaría para liderar sus propios ejércitos, no cuando sabe-"

Jon había dicho demasiado. Desvió la mirada cuando las lágrimas comenzaron a brotar en sus ojos, exponiéndolo a las mentiras que le había dicho a sus hermanas.

"Cuando ella sabe qué?" Sansa preguntó en voz baja mientras avanzaba. "Puedes confiar en nosotras."

"Somos tu familia, Jon - los últimos de los Stark. Si no puedes decírnoslo entonces."

"Nunca he sido un Stark." Jon miró hacia abajo.

"Lo eres." Sansa desestimó su declaración. "Eres tan hijo de Ned Stark como cualquiera de nosotras."

"Eres mi hermano." Arya se acercó a él. "No mi medio hermano o mi hermano bastardo, sino mi hermano."

Jon negó con la cabeza mientras miraba la nieve. "Si les digo algo, tienen que jurar que nunca se lo dirán a nadie."

Sansa y Arya se miraron la una a la otra. "Qué es?"

"No." Jon negó con la cabeza. "Tienen que jurarlo antes de que se los diga."

"Lo juro." Arya asintió.

Sansa sabía que si era importante, no podía ocultárselo a las personas que se preocupaban por ellos. "Lo juro."

"Mi madre es Lyanna Stark y mi padre es Rhaegar Targaryen. No soy el producto de un príncipe loco y su cautiva, sino el hijo del príncipe coronado y su esposa. Se casaron poco antes de que yo naciera. Daenerys no es la siguiente en la línea de sucesión al trono - yo lo soy."

Sansa y Arya se miraron antes de que Sansa hablara. "Y Dyanna sabe esto?"

"Sí."

"Estás dispuesto a tomar el trono?"

"Haré lo que debo, no lo que quiero."

"Permanece con ella, Jon." Arya dijo. "Apoya a Dyanna cuando Daenerys amenace vidas. Nunca te perdonarás si dejas que Desembarco del Rey caiga en manos de una loca."

"Lo sé." Jon suspiró. "Lo sé."

Dyanna estaba ensillando su caballo cuando vio a Sansa entrar al patio - buscando a alguien. Estaban a punto de salir, así que Dyanna quería asegurarse de despedirse de su anfitriona.

"Milady." Dyanna se inclinó ante Sansa mientras se acercaba.

"No necesitas inclinarte ante mí." Sansa sonrió ante el gesto. "Te vas tan pronto?"

"Sí." Dyanna miró alrededor del patio a los rostros cansados de los hombres. "Aunque no creo que estemos listos. Tenías razón cuando dijiste que el ejército estaba agotado y necesitaban descansar. Lamento no haber hablado."

"Está bien." Sansa le aseguró. "Las dos sabemos que tu Reina solo se escucha a sí misma, tus palabras habrían caído en oídos sordos."

"Ese puede ser el caso, pero quería disculparme por ello de cualquier manera. Me aseguraré de que los carros de grano viajen al Norte - algunos cuando lleguemos a Rocadragón y más cuando tomemos Desembarco del Rey. Sé que estabas preocupada por los suministros que estábamos consumiendo, así que es lo menos que puedo hacer para pagarte."

"Gracias por tu amabilidad." Sansa sonrió. "Supongo que fue tu gesto y no el de tu Reina."

"Es mi gesto." Dyanna confirmó. "Sin embargo, sin duda llevará su nombre."

Sansa estudió a la rubia. "Eres mucho más amable y justa de lo que ella parece ser."

Dyanna quería argumentarle - su primer instinto fue defender a su hermana que la acogió hace todos esos años, pero ahora ya sabía más. Parecía casi como si la Daenerys que una vez conoció se hubiera perdido para todos ellos. "Haré todo lo posible para guiarla por el camino del bien."

"Qué pasa si no queda nada bueno en ella?"

"Entonces haré lo necesario para garantizar la seguridad de la gente en la ciudad en la que crecí." Dyanna le dio a Sansa una sonrisa triste mientras sus ojos recorrían el patio. Gendry estaba ensillando el caballo junto al suyo.

"Se han hecho cercanos." Señaló, siguiendo los ojos de Dyanna.

"Sí." Dyanna se sonrojó. "Él está viajando con nosotros para hacer modificaciones a la armadura de Rhaenyra. Puede que no la haya necesitado en la Batalla de Invernalia, pero no me quedaré al margen para la próxima pelea, no cuando tantas vidas están en riesgo."

Sansa no pudo evitar admirar a Dyanna. Sería una gran Reina si eso fuera lo que se requería de ella. Esa era la diferencia entre Dyanna y Daenerys - Daenerys sentía que era suyo por derecho, donde Dyanna sólo lo tomaría si era por necesidad."

"Mantente a salvo en el Sur." Sansa la atrajo a un abrazo inesperado.

"Mantente a salvo en el Norte también." Dyanna susurró en su cabello. "Los hombres muertos pueden haberse ido, pero sus fantasmas permanecen a través de estas paredes. No te encierres."

Sansa le sonrió a Dyanna con ojos vidriosos mientras parpadeaba para contener las lágrimas que se negaba a dejar caer. Dyanna podía ver a través de ella como si fuera de cristal.

Mientras las dos chicas se abrazaban por última vez, Arya ensillaba su propio caballo junto a Sandor. Iban a matar a una Reina.