Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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"Quédate quieta!" Dyanna luchó para envolver el pedazo de cuero alrededor del cuello de su dragón mientras Rhaenyra se azotaba. "No puedo ayudarte si te sigues-"
"Puedo preguntar qué estás haciendo?" Tyrion preguntó mientras veía a su sobrina aferrarse al cuello del dragón - esperando desesperadamente que el dragón no decidiera sacudírsela de encima en el aire.
"Estoy tratando de obtener sus medidas." Dyanna explicó brevemente, finalmente obteniendo una buena lectura de la correa de cuero antes de saltar y hacer una nota de ella en un pedazo de pergamino que había sujetado con una roca.
"Parece exitoso." Tyrion comentó con una sonrisa. "Pero por qué la haces pasar por esta tortura?"
Rhaenyra soltó un pequeña quejido como si estuviera de acuerdo con el pequeño hombre, pero Dyanna estaba decidida mientras se arrastraba para obtener una medida facial. "Gendry ha accedido a hacerle una armadura." Dyanna hizo una mueca cuando las escamas del cuello de Rhaenyra se clavaban en sus piernas. "Si te atreves a respirar fuego sobre mí cuando estoy junto a tu boca, tendrás que pagar un infierno."
"No creo que el fuego te haga daño." Tyrion notó con una sonrisa.
"Es la premisa de que ella estaría tratando de quemarme." Dyanna frunció el ceño mientras Rhaenyra intentaba quedarse quieta, permitiendo a la extraña humana envolver el cuero alrededor de su nariz para obtener una buena lectura. "Por fin, gracias!" Dyanna siseó - aliviada pero enfadada porque la criatura la había sometido a tanto estrés. Ambas habían pasado la noche volviendo de Desembarco del Rey, y Dyanna ni siquiera podía fingir que estaba de buen humor.
"Iba a ver a Daenerys, te gustaría acompañarme?" Tyrion preguntó mientras Dyanna terminaba sus notas, metiéndolas en el bolsillo de su pantalón.
"No creo que ella aprecie mi compañía." Dyanna admitió.
"Ah, pero esa es la razón por la que tienes que ir, piensa en ello como un vínculo familiar." Tyrion comentó mientras comenzaban a caminar de regreso a la fortaleza, uno al lado del otro, dejando que Rhaenyra volara para unirse a sus primos en el aire.
"Se sentirá más como una tortura." Dyanna bromeó, y Tyrion puso los ojos en blanco.
"Hazlo por la corona."
Y así Dyanna siguió a Tyrion a la habitación de Daenerys. Ni siquiera la miró mientras les permitía entrar en su habitación. "Vino?"
"Me conoces demasiado bien." Tyrion sonrió mientras se sentaba frente a la chimenea ardiente.
Daenerys hizo una pausa, antes de levantar una ceja a su hermana.
"No gracias, estoy bien."
Daenerys asintió, sirviéndose un vaso de vino para ella y otro para Tyrion mientras se unía al trío de asientos ante el fuego.
