Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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Dyanna se limpió las lágrimas mientras seguía las voces de sus amigos por el pasillo. Ser rechazada dolía y necesitaba el consuelo del vino, aguamiel y una buena conversación.
"Milady." Brienne se levantó de su asiento tan pronto como Dyanna entró en la habitación. Se detuvo cuando vio que el grupo se giraba para mirarla - su padre, su tío, Brienne y otro chico que no conocía.
"Lo siento." Dyanna sorbió mientras se componía. "No quise interrumpir, buscaba una buena conversación y mucho vino."
"Podemos ofrecerte el vino, al menos." Tyrion le hizo un gesto para que se uniera a ellos, entregándole la jarra de vino para que llenara una de las copas que había en la chimenea. Tomó un asiento libre para unirse al grupo en silencio.
"Estás bien?" Jaime le preguntó a su hija - desconcertado por su generalmente sonriente yo siendo reemplazado por una chica afligida.
"Si esta es tu oferta de una buena conversación, me temo que tendré que ir a conversar con los dragones en su lugar."
El grupo se rió a carcajadas con su vino, y Jaime arqueó las cejas, entendiendo que ella no estaba lista para hablar con él sobre su dolor.
"Dónde están mis modales?" Brienne se enderezó. "Dyanna, este es Podrick, Podrick - Dyanna."
Los dos se sonrieron el uno al otro, confundidos por la presencia del otro.
"Debo ir a dormir pronto." Brienne se reclinó en su silla, pero Jaime se inclinó hacia adelante.
"Realmente crees que alguno de nosotros va a dormir esta noche?"
Brienne se puso de pie. "Necesito más vino entonces."
"Qué tenemos aquí?" Gendry entró, siendo seguido lentamente por Tormund que miró alrededor del grupo, sus ojos se posaron en Brienne. "Dyanna, pensé que ibas a recoger la armadura esta noche?"
"Cambio de planes." Se encogió de hombros. "Podemos ir a recogerla ahora si quieres? Mencionaste que querías conocer a Rhaenyra."
"Estoy aquí por el vino." Guiñó. "Podemos ir después?"
Dyanna asintió en respuesta mientras Tormund se paraba frente a Brienne. "Esta podría ser nuestra última noche en este mundo, sabes?"
"Sí, bueno, me alegra que estén aquí." Se obligó a decir, y Jaime se encontró mirando al Salvaje mientras bebía de su copa. "Aquí, luchando con nosotros, me alegro que sobrevivieran Guardaoriente."
"Quieres un trago?" Tyrion le ofreció al hombre grande, pero se giró para mostrarle al enano un cuerno. "Traje el mío."
Los ojos de Tormund revolotearon por el grupo antes de que sus ojos se estrecharan en Jaime. "Te llaman Asesino de Reyes."
"Seguro alguien lo hace." Jaime comentó.
"Me llaman Matagigantes." Le dio a Jaime una sonrisa enfermiza. "Quieres saber por qué?"
