Capítulo 9: James y Lily

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El Ejército de Dumbledor se había configurado como grupo, varios alumnos de diferentes cursos se habían apuntado, incluso alumnos de otras casas. Todos buscábamos un lugar donde poder dar las clases, tenía que ser un lugar discreto, pero lo suficientemente amplio para realizar los hechizos.

Me sentía animado y a la vez responsable de esta locura que habíamos montado. Me levanté de la cama y bajé a la sala común, allí me encontré a Hermione.

- Así que tú tenías el mapa - Me acerque por detrás poniendo mi cabeza sobre su hombro - Pensé que lo tenía Ron.

- Perdona - Tartamudeo nerviosa. ¿Por qué se ponía tan nerviosa? - Estaba buscando algún lugar en el mapa, sabes que sé puede ver todo el castillo.

- ¡Buena idea!, déjame mirar. - Me senté peligrosamente cerca, y noté como se estremecía a mi lado. Me gustaba esta sensación. No sabía de qué manera, pero me gustaba causar en ella esas reacciones.

Repasábamos el mapa en silencio, queriendo que ese momento no acabara nunca. A esta distancia me llegaba la sutil fragancia de Hermione, era entre fresco y un ligero toque a vainilla. Sin pensarlo acaricié un pequeño mechón.

- ¿Harry? ¿Estás bien?- Dios mío, quería morirme, de verdad le había tocado el pelo, ¿Pensaría que era raro?

- Si Hermione, creo que deberíamos ir a dormir - Estaba roja, y acalorada, no quería incomodarla, así que dejé que se fuera.

Antes de subir las escalares de el dormitorio de las chicas se acercó a mí y me cogió la mano. - Harry, tú y yo, estamos bien ¿verdad?

- Siempre - Le sonreí de manera tranquilizadora.

Se acercó y me beso en la mejilla. Éramos amigos, pero no estaba acostumbrado a este tipo de muestras de cariño, porque era eso, cariño, ¿no?.

- Buenas Noches, Harry.

***

Pasamos las navidades en casa de los Black, Sirius pensaba que era la mejor manera de darle un buen uso, como nuevo cuartel de la Orden. Me encontraba en una de las habitaciones del segundo piso, en la pared había un extraño tapiz, parecía un árbol familiar.

- Es el árbol de los Black. Aquí puedes ver a todos los miembros de la familia. Mi madre me echó de casa cuando tenía 16 años, solo era un crío. Después se dedicó a eliminarme del árbol, me consideraba una deshonra.

- ¿y dónde fuiste? - No me podía imaginar que clase de familia debían ser los Black.

- Con los Potter. Ellos siempre tenían lugar para mí. Eran la familia que siempre quise. Te pareces tanto a él Harry, y también a tu madre.

- ¿Cómo eran ellos? - Pregunte con un nudo en la garganta.

- Tu padre era el mejor amigo que uno pueda tener. Y tu madre. Tu madre era la maga más extraordinaria. Ella ejerció muy buena influencia en James. - 

En ese momento la puerta se abrió dando paso a la figura de su mejor amiga, por un momento sintió que el aliento le faltaba y un vacío crecía en la base de su estómago, sentía como las emociones revoloteaban. 

- ¡Sirius! Molly quiere que bajemos a comer - Al vernos a los dos nos dedicó una sonrisa - Perdón por interrumpir, os esperamos abajo.- Y así se fue, directa y discretamente. Y yo me quedé mirando el vacío que había dejado en la puerta. 

- De hecho Harry- Dijo captando mi atención- me recordáis a James y Lily. Tú y Hermione me refiero. Tenéis ese respeto, esa complicidad y ese vínculo. Daríais cualquier cosa por vuestros amigos. Tú tienes el talento para meterte en líos y ese nido de ratas, y ella, la mejor maga de su edad.

- ¿de verdad piensas eso?

- Sí. Sois como imanes, cuando estáis juntos se nota. Donde va uno va el otro.

- La quiero padrino. Me ha costado entenderlo, pero creo que cada vez tengo menos dudas. - Se sentía bien, Sirius era como un padre para mí. Su apoyo era reconfortante.

- ¡Canta sinceridad! - rio - Me gusta Hermione, te hace bien. No la pierdas.

¡Cien centellas! Eres Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora