Capítulo 45: Mudblood

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-Hermione ha desaparecido.

Nos encontramos en la Madriguera, un auror del ministerio habla con los Weasley, Ron le hace preguntas mientras el mago me mira de reojo preocupado. Las paredes empiezan a vibrar, así como el suelo, una niebla oscura cubre la casa y el ambiente se vuelve más y más pesado. Los cristales sufren ante la vibración y antes de que nos demos cuenta pequeños fragmentos de cristal empiezan a revolotear por todas partes.

-Harry cielo...-Dice la señora Weasley, tienes que calmarte hijo

En ese momento me doy cuenta de que me encuentro elevado, a centímetros del suelo. Al darme cuenta aterrizo de nuevo, relajo las manos y todos los cristales se estrellan contra el suelo. La niebla desaparece aunque la tensión sigue.

Recuerdo cuando era pequeño, cuando iba a la escuela Muggle, alguna vez, cuando me enfadaba mucho había pasado algo parecido. Los Dursley tenían miedo de que volviera a pasar de nuevo, tenían miedo de que expusiera mi "rareza" al resto de muggels. Des de entonces nunca había vuelto a pasar.

-¿Cómo pueden no saber dónde está? Se supone que dos aurores la seguían a todas partes. - El joven auror se estremece ante mi mirada.

-Encontraron a los dos aurores muertos, nadie sabe lo que pasó. - Dice el señor Weasley - alguien debía saber que estaría allí, quizás pensaban que irías tú también.

- Debería haber ido, así me tendrían a mí y no a ella... - Enfadado golpeo la mesa con frustración.

-Creo que todo era parte del plan... has estado solo en muchas ocasiones, tenían oportunidad. Te habrías resistido y ningún mortífago, por estúpido que sea, se enfrentaría a ti a solas. - Dice Ron sentado en la butaca.

-Lo tenían pensado - Digo dejándome caer en una silla - Es evidente, ¿No? Hermione es la manera perfecta de llegar a mí, saben que iré dónde sea para que esté bien.

-Es demasiado fácil - Dice Arthur - No puedes ir, les pondrías en bandeja...

-¡Lo sé! ¡Joder! Pero no me queda alternativa...¡Dios! Hermione y el bebe... Necesitan la magia. ¡Os dije que no podíamos separarnos! ¡Sabía que esto pasaría!

Siento como mis manos empiezan a temblar, un escalofrío inunda mi cuerpo mientras el miedo se va apoderando de mi. Siento el corazón palpitar en mis oídos, los dedos me sudan y siento que me falta el aire. Me tapo las orejas con las manos mientras me balanceo para conseguir más aire. Todo está quieto, no hay niebla, no hay más cristales que romper.

- Harry tienes que relajarte - Dice Luna dulcemente - Estás teniendo un ataque de pánico. Necesitas descansar.

Al levantar la cara lo último que veo son los ojos azules de Luna y su varita apuntándome directamente.

***

Pov Hermione

Me despierto con un fuerte dolor de cabeza, parpadeo varias veces para poder enfocar mi vista, y lo primero que veo es a una mujer vestida de negro. Parece preocupada y a la vez irritada.

-Ya pensábamos que no te ibas a despertar - Dice con voz ladina - Empezábamos a preocuparnos.

-¿Quién eres? -Digo intentando ponerme en pie -Quiero irme, por favor

-No supliques... Te ves patética así, la heroína del mundo mágico lloriqueando.

-Harry sabrá que estamos aquí, vendrá a salvarnos.

-Cuento con ello Granger - En ese momento reconzco su voz

-Eres Pansy Parkinson...- En este momento ella asiente, no la había reconocido hasta ahora. Pansy era una chica de pelo corto y negro, de Slytherin, tímida y maliciosa, siempre pegada a Draco y a su séquito.

-¡Suéltame! Pansy...tú no eres así. ¿Alguien te está manipulando?

-¡Cállate! ¡No me conoces! Odio a los Gryffindor, odio tu estúpida nobleza. Siempre tan altivos, creyendo que todo el mundo quiere que los salvéis. - Me apunta con la varita, obligándome a sentarme sobre la pequeña cama - En los mortífagos encontré mi lugar. Siempre me sentí desplazada, en la sombra, insignificante... Hogwarts fué horrible, no todos teníamos amigos, siempre sola, siempre rota. Aquí soy alguien, les importo, són mi familia y tengo un propósito más grande.

-¿Qué propósito Pansy? ¿En serio vas a hacerle algo a una compañera tuya? Estoy embarazada, ni tú puedes ser tan cruel.

- ¡Eso no es un bebe! Harry destruyó todo lo que amaba. Draco ha cambiado, ibamos a ser algo, ibamos a construir un futuro junto, todo es diferente ahora... Pero podemos volver a los tiempos oscuros. Dónde todos estén en su lugar, especialmente tú.

Recordé que Draco había cambiado. Había conocido a Astoria, sangre pura, una chica de familia de clase alta. Astoria era buena, almenos había ejercido buena influencia en el joven Malfoy, había sido un gran apoyo para él. 

-Harry sabrá de esto Parkinson...

-Eso espero - Dice sonriendo - Pero ni tu, asquerosa sangre sucia, ni tu asqueroso mestizo estaréis aquí para verlo.

Me levanto torpemente, intentando afrontarla mientras siento un mareo y una contracción en el abdomen.

-Tienes que mantenerte en vida, si mueres antes de que venga Potter nos quedaremos sin cebo.

-Pansy... Esto es más complejo, ni yo ni mi bebe podemos vivir sin su magia... Moriré si no me dejas libre, y entonces no te seré de ninguna utilidad.

-No intentes manipularme - Ríe con histeria - Solo tenemos que probar el compromiso de Potter, tendremos que acelerar su visita aquí.

En ese instante noté una fuerte punzada en el estómago, un dolor que se extendió por todo mi cuerpo. Un crucio impacto directo a mi barriga, otro en mi pecho. Luché contra el dolor, mientras me retuerzo, intentando proteger mi abdomen con los brazos y piernas. Me retuerzo en la cama, sintiendo como el dolor punzante se vuelve ensordecedor. 

Algo rompe en el cielo, alguien o algo ha impactado en la frontera magica creada en la mansión. 

-Bien...- Dice Parkinson satisfecha- Sois tan predecibles. 

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¡Estamos de vuelta! 

No me odiéis mucho por hacerle esto a nuestros chicos ejjejeje Os prometí más emociones xD

¡Cien centellas! Eres Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora