Y así pasamos nuestro quinto año, escabulléndonos por los pasillos, huyendo de Finch en medio de la noche, besándonos en nuestro lugar especial, derritiéndonos por completo, simplemente asimilando todo lo que sentíamos, como si tuviéramos el mundo en nuestras manos, como si esos instantes fueran lo único que importaba.
Durante el día nos dedicábamos a mirarnos y sonreírnos en silencio, por las noches dejábamos que todo ese cariño se convirtiera en caricias y en "te quiero". Nos reíamos como niños, con ese humor sarcástico y a veces absurdo. Le mostré como colarnos a las cocinas de Hogwarts, y nuestros pícnics nocturnos se volvieron costumbre. Ella me enseñó los libros que le apasionaban, y yo le hacía preguntas solo para seguir oyendo su voz, para ver lo feliz que se ponía contándome todo lo que había aprendido. Se atrevió a volar, pese al miedo que tenía al inicio, notarla agarrada en mi espalda y el asombro en sus ojos era el mejor pago a todas esas noches sin sueño.****
A partir de aquí contiene lemón.
En la sala común de Gryffindor.
- Me preocupa la ED, están mejorando, pero al fin y al cabo son niños. No tendrían que estar preparándose para esto. - Dije mientras jugaba con el pelo de Hermione. Ella miraba el fuego con la mirada perdida, mientras apoyaba su cabeza en mi regazo. Mientras yo, con mi mano, le acunaba la cara, le gustaba esa sensación. Solía decir que mi mano era cálida y ese contacto le hacía sentir segura.
- Harry, tú también eras un niño y eres un niño. Solo estamos preparándolos, dándoles formas de protegerse. - Dijo sentándose sobre sus talones.
-Harry, ¿Crees que podrían echar a Dumledor? No creo que Hogwarts pueda soportar a Umbrigde de directora.
- Dumbeldore me dijo que la gente que tiene miedo hace tonterías, y está claro que el ministro está cagado de miedo. No quiere admitir lo de Voldemort, se puso como loco durante el juicio.
- Es Dumbledor. Debemos confiar en él, no lo pueden echar así como así. Y Harry, ¿Cómo llevas las clases con Snape?
- No puedo mentirte, lo llevo fatal, se me da realmente mal y no soy capaz de controlar mis emociones. Y obviamente sabe lo nuestro, intenté proteger alguno de mis recuerdos, pero aun así los vio. - Pensar en las clases era algo agobiante.
- Solo tienes que aprender a relajarte. - Dijo poniendo ambas manos en mis mejillas - Mírame a mí, solo tienes que respirar profundamente y dejar que todas tus preocupaciones salgan. - La cercanía de Hermione me estaba poniendo nerviosa, prácticamente estaba sentada a horcajadas de mí, y creo que había olvidado que soy un adolescente, no quería hacer ninguna tontería, pero me lo estaba poniendo muy difícil.
¡Por las barbas de Merlín que no sé de cuenta! Note como su cuerpo cálido se pegaba más a mí, y mi cuerpo respondió con más intensidad. Enredé mis manos en su pelo y la acerqué con ímpetu, a este punto mis hormonas estaban dominadme. Nos estábamos besando, pero no era como los otros besos, esta vez parecía que queríamos engullirnos el uno al otro, como si quisiéramos fusionarnos. Su determinación y excitación hizo que el león que había dentro de mí se apoderara de cualquier ápice de razón que quedaba. La tumbé debajo mío, tumbada en el sofá. Nos separamos unos breves segundos y pude notar su respiración agitada, notaba como llevaba el uniforme mal colocado y esa visión me estaba volviendo loco.
- No pares - Dijo con la voz cortada por la respiración y la agitación
¡Dios mío! No había manera de que me parara llegados a este punto, empecé a besarle el cuello, bajando por la clavícula y lamiendo el lóbulo de su oreja. Quería explorar todas las sensaciones que causaba en ella, cada ruido y cada ahogo que me entregaba.
Mi leona no se quedó atrás y empezó a jugar conmigo. Con las manos temblorosas pero valientes empezó a explorar mi torso, jugaba con sus dedos, recorriendo mi cuello hasta mi vientre. Jugaba con destreza, observando con poder todas las reacciones que causaba en mí. Acercándose peligrosamente a la línea divisoria de mis pantalones. Con fuerza me acero hacía ella y empezó a besarme el cuello de una manera dulce y perfecta.
Ambos sentimos la necesidad de coger aire y por unos segundos nos dedicamos a recomponernos, sin perder el contacto visual, diciéndonos con la mirada todo aquello que no podíamos decir en ese momento, por la vergüenza, y la timidez que sentíamos.
Un ruido se escuchó des de las escaleras y ambos maldijimos a quien estuviera bajando, de verdad que habría sido capaz de lanzarle un crucio en ese mismo instante. Ella me miro con dulzura y me dijo que no me preocupara, aun así algo dentro de mí seguía rugiendo, y tendría que ocuparme de ese asunto con una ducha muy larga y muy fría. Unos niños estaban bajando las escaleras, yo le había dejado la capa de invisibilidad a Hermione, así que solo me encontraron a mí, evidentemente acalorado y con cara de desquiciado.
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¡Cien centellas! Eres Harry Potter
Fiksi PenggemarMe dedicaste una sonrisa sincera y me sentí el hombre más afortunado del mundo. Un repaso de todos los libros/pelis con las escenas de cómo habría sido la historia de Harry y Hermione. Es un Harmione (Harry x Hermione). Los personajes no son mío...