Capítulo 8: Merodeadores

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¿A quién quería engañar? Sabía que todo ese rollo de solo amigos era mentira, sentía algo por Hermione, y no era amistad. No era cariño, No era el sentimiento de querer ser su amigo.

Sabía que no era normal soñar con Hermione, soñar con besarla, cosas que no debería soñar con su mejor amiga. Quería besarla. Me acostaba pensando en su rostro, quería pasar tiempo con ella, y sabía que con todo lo que estaba pasando era ser muy egoísta.

***

Nuestro quinto año llegó con cambios, demasiados cambios. La gente estaba nerviosa, muchos no querían aceptar la vuelta de Voldemort, y en parte lo podía entender, ninguno de nosotros estuvo en la Primera Guerra Mágica, pero aquello dejo a la gente con mucho miedo. Teníamos dos nuevos profesores en Hogwarts y por si eso era poco, mis dos mejores amigos fueron nombrados prefectos, lo que quería decir que pasaría menos tiempo con ellos.

Durante este tiempo empecé a hablar más con Luna, empecé a entender que había visto Ron en ella. A diferencia de lo que muchos pensaban, es una chica muy inteligente, es excéntrica, no lo voy a negar, pero ve las cosas con una claridad que los demás no podemos ver.

En el bosque prohibido.

- Hola, Harry

- Hola, Luna. No llevas zapatos, ¿No tienes frío? - Sabía que algunas chicas de su casa se dedicaban a molestarla, por eso a menudo perdía objetos personales. Aunque ella siempre mantenía su calma y bondad, era incorregible. Admiraba eso.

- Un poco. Mira, son cestrals. Me imagino que tú también puedes verlos. - Asentí con la cabeza, eso me hizo pensar en Cedric, y en Voldemort.

- Siento que este año todo va mal. Me siento siempre solo, y enfadado. Me da miedo volverme así. - No entendía muy bien por qué le confesaba esto.

- Tú no eres así Harry. Si yo fuera quién tú sabes, querría que te sintieras así, porque si estás solo, no serías una amenaza.

- Tienes razón. - No permitiría que me quitaran eso. El amor es algo de lo que Voldemort no sabe nada.

***

Estábamos en la Sala Común de Gryffindor, delante del fuego. Hablábamos sobre la orden del Fénix y los merodeadores. Según Sirius, los Merodeadores eran valientes hasta la muerte y fieles a sus amigos.

- ¿No sería genial? - Dijo Ron animado - Sé que fue una guerra, pero el hecho de pelear con tus amigos, luchar juntos.

- He de darle la razón a Ron - Dijo Hermione a mi lado

- ¿Quién eres tú y que has hecho con nuestra Hermione? - Ron rio asombrado.

- No digo que luchemos, pero creo que deberíamos estar preparados para cualquier cosa. Y ya que parece que nadie va a enseñarnos... - Puso sus manos en ambos lados de mi cara, me miro fijamente a la cara lo que hizo que se me acelerará el pulso, ¿Estaría todo rojo? - Harry, deberías enseñarnos!

- ¿Perdona? Esto debe ser una broma. Si solo soy un estudiante, y tampoco uno muy bueno.

- Harry has luchado contra cosas peores durante estos años. ¡Dios mío si eres el único aquí capaz de conjurar un patronus corpóreo! - Parecía que lo habían hablado, ya que Ron asentía a todo lo que decía Hermione

- Piénsalo amigo, seríamos como los merodeadores. - Eso era un golpe bajo, pero tenían razón, sería genial. Además no les pedía luchar, solo enseñarles.

- Está bien, sois muy obstinados cuando unís energías.

¡Cien centellas! Eres Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora