¡Cien centellas! Eres Harry Potter

Capítulo 18: El Velo De La Muerte

Me encontraba de rodillas al suelo, todo a mi alrededor parecía estar en silencio. Me ardía  la cicatriz y notaba mi mente lejana, a esa profundidad no podía sentir nada, no podía ver nada, solo sentía dolor. Intentaba taparme la cicatriz, pero el dolor venía de dentro. Podía escuchar las voces de Hermione, Ginny y de Ron de fondo, pero no lograba entender que me decían.
Me encerré en el baño y empece a vomitar, notando como mis manos se ponían cada vez más frías y sudorosas y como todo mi cuerpo se sacudía. Y de repente vi algo que hizo que se congelara el alma, dejando que la angustia lo eclipsara todo.

En mi visión podía ver a Sirius siendo torturado por Voldemort, este le lanzaba un crucio tras otro, mientras le preguntaba sobre mí. Era demasiado doloroso, Sirius era el padre/hermano/tío que nunca había tenido, era la única familia que tenía, era mi esperanza de huir de los Dursley y del mundo muggle. No podía perder a nadie más, no a él.

No sé si llegue a desmayarme del dolor, pero unos segundos más tarde tenía la mejilla enganchada al frío suelo del baño. Me recompuse y limpié cara y boca. Podía notar aun el sabor amargo en el fondo de la boca y una fuerte angustia en mi pecho.

- Amigo, ¿qué ha pasado? - dijo Ron siendo el primero en acercarse a mí.

- ¿Qué has visto? - dijo Ginny preocupada mientras sujetaba a Hermione de los hombros.

- Harry, me has dado un susto de muerte - dijo llorando mientras se lanzaba a mí.

- Tranquila, estoy bien creo...

-¡No lo estas! Nunca te habíamos visto así, no sabes la impotencia que he sentido, no sabía como ayudarte, solo podía verte sufrir y quedarme en silencio.

La abracé más fuerte, estrechándola contra mi pecho, mientras ella se iba calmando.

- Tengo que irme - dije con cautela, sabía que Hermione desataría su ira, pero tenía que averiguar si Canuto estaba bien.

- Ni creas por un segundo que te iras sin darnos explicaciones - dijo Hermione

- Tiene razón Harry, no sé que ha pasado, pero esto es más grande que tú y que nosotros. - dijo Ron decidido

- Tiene a Sirius - sentencie - en el ministerio

- Harry, no puedes dejarle entrar, puede manipularte - dijo Ginny con firmeza - y no me digas que no lo sé porque si hay alguien que lo entiende esa soy yo. Se las cosas que hace cuando está en tu mente, logra confundirte, usa tus miedos en tu contra. Ir sería un suicidio.

***

Al final conseguimos llegar al Ministerio, con algunos miembros de la ED.
Allí nos encontramos con el señor Malfoy, Bellatrix y Greyback. Ginny tenia razon, todo habia sido una trampa y yo habia llevado a un grupo de adolescentes al nido de las serpientes. El propósito era claro, coger la profecia y salir de allí lo mas rapido posible, no entrar en batalla a menos que fuera estrictamente necesario. Por desgracia Bellatrix no tenia los mismos planes y des del inicio busco confrontarnos, el señor Malfoy amenazo a Ginny.

Corrimos con desesperación a través de los pasillos del ministerio, como ratones en un laberinto.

***

Notaba los brazos de Lupin sujetándome con fuerza, intentando contenerme, mientras yo dejaba salir todo el dolor que había en mí. No recordaba haber sufrido de esa manera. Hermione lloraba abrazada a Ginny mientras escuchaba mis llantos desgarradores.

Sirius se había ido.

Bellatrix jugaba y reía al rededor nuestro como una niña loca todo eso le parecía graciosos, era una cínica y una asesina. El dolor que había en mí se transformó en ira, corrí tras ella, dejando que ese dolor se convirtiera en rabia, ahora no parecía estar mal, destruirla parecía lo correcto. Note como esa oscuridad crecía en mí, y por primera vez, deje que me inundara. Me dejé llevar por todas esas imágenes, por todo ese dolor y perdida que había vivido y que sabía que habitaba en mí.

La per seguí lanzando crucios. Se burlaba de mi. Un hechizo me hizo caer al suelo y empece a escuchar una voz en mi cabeza.

- Lo tienes que decir en serio, Harry. Ella lo mató. Se lo merece. Tú sabes ese encantamiento, Harry. - dijo una voz dentro de mí. Era Voldemort, quería usar el Avada  kedabra con Bellatrix, ¿y si yo era como él?

- Harry, lo que importa no son sus parecidos. Son sus diferencias. - escuché una voz conocida. Era Dumbledore. Tenía razón, yo tenía cosas por las que luchar, tenía, amigos, tenía amor. No estaba solo.

Era como tener una batalla en mi cabeza. Sabia que era lo correcto. Voldemort queria que Dumbledore me matara. Era todo parte de su juego.

- Tú eres el débil, nunca conocerás el amor, ni la amistad, y siento lástima por ti. - gruñí intentando sacarlo de mí. Y de repente sentí como todo ese peso abandonaba mi cuerpo.

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Pobre Harry :(