Una luz azulada te acaricia la cara. Toco tu mano, fría, demasiado tiempo fría.
Aun recuerdo cuando vino la profesora McGonagall a decirnos que otra estudiante fue petrificada. En ese momento se me heló la sangre. Porfavor, suplique por mis adentros, que no sea ella. Y allí estabas, eras tú, eso era obvio, estabas ahí, lo que también parecía obvio; pero de alguna manera lejana. Tu piel estaba pálida, tu cara rígida y la mirada ida. Te acariciaba la mano, esperando devolverte el calor que tanto te caracteriza, devolverte esa vida. Te necesitaba, te necesitábamos. Ron y yo sabemos que estamos perdidos sin ti.
Durante nuestro segundo nos conocimos más, creo que hasta ahora no sabía lo que era tener una mejor amiga. Ambos encontramos apoyo en el otro. Durante mucho tiempo nos habíamos sentido extraños en nuestras casas, como que algo no acababa de encajar, algo en nosotros nos pedía, nos intuía, que tenía que haber algo más que el mundo Muggle. Hogwarts era mucho más para nosotros, era nuestro hogar, era aquel lugar donde podíamos ser nosotros, sin malas caras, sin juicios: auténticos y libres.
Volvimos a luchar y volvimos a ganar. Obviamente, sin ti no habría sido posible. Tu pista de los tubos y del basilisco nos ayudó en nuestra búsqueda, hasta entonces parecía que buscábamos en círculos.
Cuando la profesora Sprout y Madam Pomfrey pudieron usar las mandragoras para curar a los petrificados sentí que una losa enorme desaparecía. Esa noche no dormí. Había cogido el hábito de ir a verte a la enfermería. Escondido en mi capa de invisibilidad me queda observándote. Ahora ya no estabas rígida, el color había vuelto a tus mejillas, y podía oír tu respiración, sentir como te acomodabas a la cama de la enfermería. Te veías más viva, más tú.
Me encontraba en el gran comedor. Ron engullía, intentaba mantenerme animado, pero yo sabía que no estaría tranquilo hasta verte. Y de repente te vi allí, parecías muy pequeña en esa gigantesca puerta del gran comedor, con tu pelo rizado y una sonrisa sincera de oreja a oreja. Me levante, salte de la mesa, y te devolví la sonrisa. Aterrizaste entre mis brazos y sentí que por fin podía descansar, me sentí por fin ligero. Estabas delgada, pequeña y tus ojos parecían agotados; aun así te notaba cálida, con ese brillo en los ojos y esa sonrisa tan genuina.
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La escena del abarzo entre Harry y Hermione en el gran comedor me parece lo mas tierno de este mundo! ❤️
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¡Cien centellas! Eres Harry Potter
FanfictionMe dedicaste una sonrisa sincera y me sentí el hombre más afortunado del mundo. Un repaso de todos los libros/pelis con las escenas de cómo habría sido la historia de Harry y Hermione. Es un Harmione (Harry x Hermione). Los personajes no son mío...