Capítulo 35: Una Madrastra

855 49 6
                                    

— ¡Tres, dos, uno! ¡Feliz año nuevo!— Gritaron Lucius, Narcisa, Draco, Pansy, Daphne, Theo, Blaise, Keyla, Ariadna y Scorpius mirando la hora en la gran pantalla plana que estaba frente a la mesa.

—¡2021, sorpréndeme!— Gritó Keyla alzando los brazos.

—¡Eso! ¡A ver con qué nos sorprendes ahora!— Continuo Ariadna recordando todo lo que había pasado en solo un año.

Draco río nervioso y bebió una copa de vino. Scorpius se levantó y se puso en medio de sus hermanas, apoyándose en sus hombros.

—No tengo idea de que nargles pasará éste año, pero no quiero más hermanos ni hermanas— dijo riendo, mirando a su padre.

—No, no tendrás eso— Respondió Draco esquivando a Theo, quien le quería dar un abrazo de oso—. Pero puede que tengan madrastra.

—Que vamos a tener...¡¿Qué?!— Gritó Ariadna, causando el silencio en todo el comedor, a excepción del televisor— ¿Una madra...una madras...? ¡¿Una madrastra?! ¡Ni siquiera somos huérfanas de madre!.

—¡No grites en la casa, Atria!— Retó Narcisa frunciendo el entrecejo.

—Momento incómodo...— Murmuró Pansy poniéndose junto a Blaise, su marido.

—¿Cómo que madrastra, Draco?— preguntó Daphne molesta y dolida— ¿Tan rápido olvidaste a Tori?.

—¿Qué significa eso, Draco?— preguntó Lucius fulminando con la mirada a su hijo.

Ariadna y Keyla miraban a su padre molestas. ¿Cómo que madrastra? tenían madre, padre y padrastro, fin del asunto.

—Vayan arriba, tengo que explicar unas cosas aquí abajo— dijo Draco después de un incómodo silencio.

— ¿Por qué no subes con las chicas y Scorpius, Amara?— preguntó Pansy mirando a una niña de trece años, morena de cabello negro y ojos verdes.

—Si, mamá— respondió Amara levantándose de su silla y subiendo con Scorpius, Ariadna y Keyla detrás.

—Tu también sube, Nahitan— Ariadna oyó la voz de su tío Theo, ordenándole a su hijo de diez años de cabello rubio y ojos negros.

Llegaron al cuarto y cerraron de un portazo justo cuando Draco decía:

—Ella y yo planeamos estar juntos éste año, cuando terminen los trámites del divorcio...

«De todas las cosas con las que pudo haber caído, cayó con que tendré una madrastra» Pensó Ariadna sentandose pesadamente en su cama.

***

—Debe estar loco.

—Ni lo digas.

—¡No quiero una madrastra!.

—¿Tengo cara de que quiero una?.

—Tenemos la misma cara, idiota, ¡Claro que tienes cara de no querer una!.

—Ya sé que tenemos la misma cara, hurona, pero es que...¡Ay, no se que hacer!.

—Primero, no me digas hurona, cerebrito, y segundo...yo tampoco se qué vamos a hacer si papá se casa de nuevo.

—¿Ya pensaste en Scorpius?.

—Nop.

Estaban tumbadas boca arriba en el nevado jardín de la Mansión, con los brazos y piernas extendidas, como si quisieran hacer angelitos en la fría nieve. Eran algo infantiles en ese aspecto.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora