Capítulo 24: ¡A la Madriguera!

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Estaban en el patio, habían echo galletas y las habían repartido entre Rose, Hugo, Ron y Hermione (Keyla y Ariadna ya habían comido unas cuantas y ya no tenían ganas de comer). Hugo había ido a visitar a un amigo muggle del pueblo mientras Ron y Hermione iban a trabajar, dejando a las tres chicas solas en casa.

Ahora estaban con Rose, recostadas una a cada lado de la pelirroja, mirando el cielo azul junto a un árbol de saúco.

—¿Qué es eso?— preguntó Keyla de pronto, sentándose en el fresco césped.

—¿Qué es que?— Preguntó Rose imitando la acción— Ah, lo del árbol...—murmuró algo disgustada.

—Ahí tallamos cosas importantes— Explicó Ariadna levantándose con energía—. Vengan, quiero tallar algo...

Rose y Keyla se levantaron y la siguieron hasta el otro lado del árbol, ocultando la vista de la casa. Ariadna sacó su varita.

—¡No puedes hacer magia fuera de la escuela!— replicó Keyla.

—No— Afirmó Ariadna sonriendo—, pero recordemos que vivo con mayores de edad, nadie lo sabrá nunca.

Levantó su varita y tocó en la corteza del árbol el mismo movimiento para hacer el encantamiento Wingardiun Leviosa. Keyla la miró interrogante y Ariadna se encogió de hombros.

—Digamos que es el hechizo favorito de papá, además de que él nos ayudó a esconderlo de mamá— respondió sonriendo. Luego añadió en voz baja:—. Rose tiene esa cara de disgusto porque siempre que pasa algo importante la obligo a tallar la fecha y una referencia a lo que pasó. No le gustó mucho cuando la obligué a tallar la fecha de su primer periodo..

Keyla sonrió y miró el árbol, ahora estaba al descubierto un gran conjunto de figuras y fechas.

—Ésta la hice la mañana que entré a Hogwarts, o sea, cuando me llegó la carta— Dijo Rose señalando una fecha 4/8/2017—. Mi cumpleaños.

—Ésta es la mía, la nuestra, mejor dicho— Añadió Ariadna señalando otra fecha junto a la anterior 4/4/2015—. Nuestro cumpleaños.

—Aquí está la de Hugo— siguió Rose señalando 5/3/2019—. La de Lily— 13/6/2019—. Cuando papá nos compró una escoba y aprendimos a volar—. Había una escoba y una fecha 15/6/2014—.  Hay muchas cosas, mira lo que quieras y pregunta si quieres.

Mientras Keyla miraba las fechas y signos, Ariadna revolvió entre los arbustos y sacó una navaja.

—Voy a tallar algo...— Dijo buscando un lugar libre. Sus ojos cayeron sobre un pequeño espacio libre—. Aquí.

Comenzó a tallar, Rose miraba sentada en una roca y Keyla junto a Ariadna. Ariadna pensaba en los últimos cuatro días...dibujo una A y una K. Luego una fecha: 6/7/21....para después poner algo en francés: Vous ne serez jamais seule, sœur.

(N/A: Jamás estarás sola, hermana).

— Es un bonito detalle— Comentó Keyla sonriendo—. Admito que no comenzamos con el pie derecho, pero al menos sé que te caigo bien.

Ariadna sonrió, había grabado el mensaje con la esperanza de que nadie más que ella y Rose lo pudieran leer, pero había olvidado que Keyla había estudiado en Beauxbatons.

—La tía Fleur nos enseñaba a los tres— Contó Ariadna—, siempre fuimos así de cultos...queríamos aprender hasta nueve idiomas diferentes: Latín, Francés, Griego, Griego antiguo, italiano, español, alemán, ruso y egipcio...digamos que se nos quemaron las neuronas y no aprendimos nueve, sino cinco o cuatro; practicábamos Quidditch, patinaje, baile, canto, música...queríamos aprender mil cosas a la vez.

—¿Por qué tantas cosas?— preguntó curiosa Keyla apoyándose en e hombro de Ariadna—. Yo de milagro aprendí francés, la abuela Cissy me castigaba: no me dejaba salir ni nada hasta que aprendiera cada frase, sino no lo aprendería.

—Entre Rose, Lorcan y Lyssander Scamander queremos viajar por todo el mundo— explicó Ariadna sonriendo—. Hugo no quiere ir, prefiere quedarse aquí y ser un Weasley más.

—¿Cómo qué «un Weasley más»?—Preguntó Keyla volteando a Ariadna para quedar cara a cara. Ésta se encogió de hombros.

—Los Weasley me decían que parecía alguien más, igual que a Victoire...ella prefiere leer, tranquilidad y paz, todo lo contrario a la Madriguera...yo tampoco era muy parecida a los demás que digamos.

—No importa, todos somos diferentes y nadie es nadie para decirnos cómo o quién debemos ser— Dijo sabiamente Keyla—. Lo peor de todo, es que la propia sociedad nos acostumbró a ser así. La mayoría sabe que nos hace daño por dentro, pero aún así seguimos siguiendo sus piezas de tablero.

—¡Rosebud! ¡Hugo! ¡Ariadna! ¡Keyla!— Gritó alguien desde la casa— ¡Preparen sus cosas para ir a la Madriguera!.

—¡Ya vamos!— gritaron las tres chicas mientras volvían entusiasmadas hasta la casa.

Al llegar a la habitación, Rose comenzó a parlotear entusiasmada.

—¡Ya quiero que todos los Weasley te conozcan, Key!— Dijo Rose guardando su ropa en el baúl—.  Victoire, Dominique, Louis, James, Albus, Lily, Molly, Lucy, Roxanne y Fred...¡Van a estar muy felices!.

—Aja ¿Y que se supone que les diga?— preguntó Keyla mirando a Ariadna y Rose acomodar de un lado a otro sus cosas, puesto que compartía ropa con Ariadna—.  «¡Hola, Weasleys! adivinen qué...¡Soy la hermana melliza olvidada de Ariadna! y además soy una Malfoy». ¡Me van a echar en cuanto diga "Malfoy"!— Añadió dejándose caer por completo en la cama de su cama.

—No lo harán— tranquilizó Ariadna sentándose a su lado—, conozco a mi familia. Si me aceptan a mí como...Atria Malfoy, te aceptarán a ti como Keyla Malfoy...o Keyla Granger-Weasley, no sabemos...en fin. El punto es que confío en que te aceptarán.

Keyla miró a Ariadna irónica.

—Okay...ya tengo todo listo— Terció Rose apoyando sus manos en su cadera—. Como ustedes comparten ropa no será mucho, así que llevaré las cosas abajo y le pediré a papá o mamá que las cargue en el auto.

Tomó su baúl y bajó arrastrándolo.

—Se cae en tres...— contó Ariadna mirando la puerta abierta—, dos...uno.

—¡Ay! ¡La conciencia de mi hermana!— Oyeron quejarse a Rose, luego el sonido del baúl cayendo por las escaleras. Al rato apareció Rose con cara de pocos amigos— ¡Solo fue el baúl!— Replicó cuando Ariadna y Keyla sonrieron burlonas—. Sigo sin entender cómo mierda siempre me caigo en el quinto escalón.

Y, farfullando por lo bajo, bajó de nuevo, pero ésta vez no se oyó ninguna caída.

—¿Cómo es eso de que siempre se cae en el quinto escalón?— preguntó Keyla levantándose para tomar el baúl de Ariadna.

—Entre Hugo y yo siempre le ponemos un hilito muy, muy fino pero muy resistente para que caiga...— explicó Ariadna—. Aunque la caída queda amortiguada por un hechizo, nunca se hizo daño.

Keyla se mordió un labio y negó con la cabeza.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora