Capítulo extra: Que tú...¿qué?

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Era tres de agosto. Un día antes del cumpleaños de Rose. El día en que Ariadna tomaría miles de fotos sólo para ver una y otra vez la reacción de sus familias al enterarse de que Scorpius iba a pedirle matrimonio a Rose, y que ésta daría la noticia de su embarazo.

Como de costumbre, estaban en Chelsea Street, donde Rose y Scorpius vivian temporalmente hasta conseguir una casa. Era una celebración grande; estaban los Weasley, los Potter, los Spinna recién casados, los futuros señores Wattson, los futuros señores Dalinger y los Malfoy. La casa seguía tal cual, sólo que ahora contaba con unos globos rosas y rojos— obra de Ariadna y Keyla para "simbolizar" a Rose—. Las primas Weasley, a pesar de estar de novias o casadas, seguían siendo las mismas de siempre; todas menos Victoire, quien estaba casada con Teddy y esperaba a su bebé de tan solo dos meses.

Estaban en el jardín encantado con un hechizo repele-muggles; todas estaban sentadas en círculo, poniéndose al tanto de los últimos siete años. Se iluminaban con sus varitas, pues ya era de noche y no había de dónde iluminarse.

—¡Ten cuidado, Amy!— Gritó Molly mirando a una niña de cabello negro y ojos marrones— ¡Aléjate del bosque hasta que papá vaya contigo!

—¡Arthur!— Gritó Dominique a un niño rubio de ojos azules que se acercaba hasta unas espinas.— ¡No toques eso, pincha!

—¡No corras, Josephine!— Gritó Roxanne, deteniendo a una niña de cabello castaño y ojos negros.

—¡Tú igual, Ayelen!— Indicó Lucy a una nena pelirroja.

—Deja que se diviertan, Lucy— Dijo Keyla sonriendo de lado—, tú igual, Roxie. No se van a escapar por corretearse.

—Como tú no eres madre, Key— Ironizó Lucy rodando los ojos—, ya nos vas a entender cuando tengas mellizos.

—¿Por qué mellizos?— preguntó Ariadna levantando una ceja.

—Es algo genético— explicó Victoire mirando a las mellizas con atención—, una de ustedes tendrá mellizos porque ustedes lo son.

Keyla y Ariadna se miraron sonriendo.

—Bueno, señora Ariadna Wattson, me alegro saber que tendrás mellizos— Dijo Keyla, irónica.

Ariadna le dió un empujón.

—¿Y quién dice que tú no tendrás mellizos?.

Keyla arrugó la nariz burlonamente y se dedicó a mirar a Hugo con Amara. Ambos estaban muy enamorados, pero no tanto como Scorpius y Rose, esos eran como un nido de palomos. Éstos caminaban distraídamente por el jardín, mirando a sus sobrinos jugar e ir y venir de aquí para allá.

—¡A almorzar!— Llamó Hermione desde la puerta junto a Draco— ¡Vamos, Rosie, ven a soplar las velas!

Se levantaron como pudieron, las madres llamaron a sus hijos, y entraron juntos a la casa. Ariadna iba detrás de todos, preparando su cámara muggle para grabar todo el momento; sonreía mostrando los dientes bajo la mirada interrogante de Dylan.

—¿De qué hablaban con las chicas, Aria?— Preguntó Dylan rodeando su cintura.

—Les decía que dejaran que los niños corrieran— Contó Ariadna besando la mejilla de Hermione—. Lucy se excusó diciendo que aún no teníamos hijos, y Victoire añadió que esperaramos a que una de nosotras tenga mellizos.

—¿Pero por qué mellizos?— Preguntó Dylan entrando al comedor.

—Ella dijo que es algo genético— Explicó Ariadna encogiendose de hombros mientras tomaba asiento en su silla habitual—, ¡¿listos para la fiesta?!— Exclamó estirando el cuello— ¡Rose, sonríe para la cámara!

Mostró la cámara y comenzaron a cantarle a Rose, quien sonreía tontamente frente a la cámara. Finalmente, después de repartir pedazos de pastel, Rose llamó la atención de todos junto a Scorpius.

—Tengo algo que decir— Dijeron al unísono—. Tú primero.

Ambos elevaron una ceja, pero aún así, tomaron una bocanada de aire.

—Estoy embarazada.

—Rose, desde que te ví en el andén...— Scorpius paró de repente, asimilando la noticia—. Que tú...¿Qué?

Ariadna llevaba rato grabando, mirando todo por la cámara. Rose soltó una carcajada y lo abrazó.

—¡Estoy embarazada, rey Escorpión!— Repitió chillando— ¡Rosebud Elizabeth Granger-Weasley está embarazada!

Hermione estaba llorando, al igual que Keyla, que daba empujones a Ariadna para que llorara, aunque ella contenía las lágrimas.

—¿Qué me ibas a decir, Scorp?— Preguntó Rose separandose.

Ahora Scorpius suspiró, sacó una caja roja de su bolsillo y se arrodilló frente a Rose.

—Diría que esto es algo anticuado, pero tú vales esto— Abrió la caja, mostrando un anillo plateado con las iniciales "R&S" grabadas—. Desde que te conocí en el andén cuando teníamos once años me cautivaste, desde entonces planeaba lograr que fuéramos amigos. Desde luego, no lo permitiste a la primera. Pero teníamos una conexión en común: Albus y Ariadna. Ellos me dieron el valor suficiente para hablarte y hacerte creer que sólo éramos amigos. Poco a poco comenzamos a acercarnos; pero yo caí más en tus encantos, me enamoraste. Ariadna afirmaba que tú también, pero no lo quise creer hasta el 2020, cuando aceptaste ir al baile conmigo y te me confesé. Ese mismo año comenzamos a salir y nos enteramos de que seríamos hermanastros. Aún así, jamás dejé de pensar en ti. Quiero que seas la mujer que ame hasta el final de mis días, quiero que seas la madre de mis hijos, la que me dé rabietas, la que grite, la mujer con la que despierte cada mañana. Así que, Rosebud Granger-Weasley, ¿aceptarías casarte conmigo?

Ahora era el turno de Rose de quedarse estática. Levantó la vista y recorrió todo el comedor. Ariadna le hacía señas para que reaccionara rápido. Poco después, Rose volvió a fijarse en Scorpius, se llevó una mano a la boca, y asintió ferozmente.

—¡Sí, sí, sí, sí!— Chilló saltando levemente— ¡Por supuesto que sí, Scorpius Hyperion Malfoy!

Todos se abalanzaron para abrazar y felicitar al próximo matrimonio Malfoy Weasley, y por el próximo nacimiento del hijo de éstos dos. Ariadna afirmó mil veces que jamás borraría el video, y que de ser posible lo mandaría a hacer un CD. Keyla no paraba de mirar el anillo y pavonearse entre la pareja, siempre igual de empalagosa. Draco, Hermione y Ron no paraban de pisarles los talones, felicitandolos por el matrimonio y por el embarazo de Rose.

Ese mismo día, Ariadna no pudo dejar de sonreír, pasar el día junto a sus hermanas y hermanos; así como tampoco pudo dejar de coquetear con Dylan. Rose estaba igual, no podía creer que se casaría con el hombre que siempre había deseado.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora