Una mañana de abril en la que el viento de la primavera recorría las hojas de los árboles del bosque prohibido, despertó Ariadna, como siempre era la última en despertar. Volteó de mala gana a ver las camas de sus compañeras, y como de costumbre estaban vacías. Suspiró y se obligó a si misma a levantarse.»Vamos Ariadna« se dijo mentalmente» Si tus padres y tíos fueron héroes de guerra y pasaron meses sin saber nada de sus familias, tú puedes mover el trasero de la cómoda y calentita cama e ir a clase antes de que la profesora Huppert te regañe como la otra vez«
Se levantó pesadamente y se apresuró a cambiarse antes de la regañaran por llegar tarde a clases y más aún cuando se aproximaban sus MHB para pasar al sexto año en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Alisó como pudo su cabello que por suerte era un poco liso con unas cuantas ondas de los hombros para abajo, se puso la túnica y bajó lo más rápido posible a la sala común; se sorprendió al ver que todo estaba todo apagado. No había fuego en la chimenea ni luz, ni siquiera las ventanas dejaban pasar la escasa luz, le pareció muy extraño, normalmente había una luz verdosa que iluminaba la habitación lujosa y un débil fuego en la chimenea, pero el silencio reinaba en toda la sala.
Ariadna bajo las escaleras en silencio, pensando en una excusa para la primera clase, su menos favorita del lunes: Historia de la Magia. Desde que Binns decidió dar clases a los primeros tres cursos, sus clases las daba una profesora de cabello rubio ceniza de ojos marrones, que siempre llevaba un abrigo muggle color verde opaco, unos jeans gastados y unos cuantos collares simples; normalmente daba unas lecciones tremendamente aburridas y otras veces les dejaba dormir e incluso jugar si todos tenían sus deberes al día. Por supuesto, Ariadna no era su alumna favorita ni mucho menos la primera de la clase, era más bien la segunda porque siempre llegaba tarde a las clases; era como una especie de maldición.
—¿Hola?— dijo—. ¿Qué pasó aquí que no hay luz?.
— ¡Sorpresa!— gritaron sus compañeros de curso saliendo detrás de los lujosos y finos sofás con globos—. ¡Feliz cumpleaños, Aria!
Aria, su apodo. Se lo ganó cuando Hugo no podía pronunciar su nombre.
Flash Back
— Adi...Adi...— llamaba el pequeño Hugo de 3 años entrando a la habitación de su hermana mayor de siete años, donde jugaba con su hermana Rose de cinco años.
La habitación era simple, con dos camas chicas pero lo suficientemente grandes como para unas chicas que pronto serían más grandes y atléticas que las demás chicas de su edad, sabanas de un rosa pastel y algunos peluches de ositos, elefantes, perros, gatos y demás. Había dos escritorios frente a la ventana, donde habían unos papeles con dibujos y cuentas y unos cuantos colores desparramados por aquí y por allá. El ropero era algo simple, ni muy grande ni muy pequeño.
Sobre la alfombra estaban Rose y Ariadna jugando a las muñecas cuando Hugo entró torpemente llamando a sus hermanas.
— Adi... Adi...Ouse...Ouse— llamaba.
—¿Qué pasa Hugo?— dijo Ariadna tomando la mano de Hugo para que no cayera.
— Adi, Mami...
No hizo falta que se lo dijeran dos veces y se fue de la habitación rumbo a la sala, donde estaban sus padres.
—¿Paso algo, mamá?— preguntó cuando sus padres dejaron de discutir.
— Ari, tesoro, ¿por que no llevas a Hugo para que jueguen los tres?— dijo dulcemente Hermione, aunque estaba roja de furia.
— Si, mamá.
Ya era una costumbre que pelearan y como siempre ella mantenía alejados a sus hermanos para que no oyeran los gritos de sus padres. Subió las escaleras sin mucho animo hasta que llegó frente a la puerta.
ESTÁS LEYENDO
¿Yo? ¿Una Malfoy?
FanfictionAriadne Meissa Granger- Weasley siempre fue diferente a su familia, aunque sea parecida a su madre, no tenía ojos cafés ni ojos azules como los de sus padres, sino que eran de un extraño color gris frío. Con 11 años recién cumplidos su físico comien...