Capítulo 28: Aprendiendo a perdonar...

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Dedicado a: Clibeland
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Fred, James, Albus, Louis y Hugo no dejaron pasar a Scorpius a la Madriguera mientras las chicas salían por la parte trasera hacia el pueblo.

En total eran nueve, pero llegaron rápidamente al cine (los cineastas se pusieron muy contentos por la cantidad de entradas y comida que compraron), compraron entradas para ver «Balada de Pájaros Cantores y Serpientes» y gran cantidad de comida.

—¿Por qué vinimos a ver esta película?— Susurró Keyla, que no entendía ni cinco por ciento de la película.

—En casa te voy a hacer leer y ver «Los Juegos del Hambre» y te vas a enamorar— Explicó Ariadna, susurrando, manteniendo los ojos en la pantalla.

—Si tú lo dices...— Susurró Keyla, y volvió a concentrarse en la película, ahora Snow estaba recibiendo a su prima con su camisa.

***

—Y ¿qué tal les fue?— Preguntó Hermione sirviendo la cena junto a Ginny, Fleur, Angelina y Audrey.

—Yo no entendí ni cinco de la película, pero se ve interesante— Respondió Keyla recibiendo el plato de pollo.

—En casa te voy a obligar a ver Los Juegos del Hambre, y vas a entender todo— Comentó Ariadna robándole una pequeña parte del pellejo del pollo—. Me encanta esta parte— Añadió cuando Keyla la miró fijamente.

—Me la iba a comer yo pero...— Comenzó a decir Keyla, pero Rose le pasó la suya— ¿Por qué me la pasas, Rose?

— A mí no me gusta— Respondió la pelirroja encogiéndose de hombros—, siempre se la doy a Aria o a Hugo.

Keyla se encogió de hombros y siguió comiendo. Tras el tintineo de los cubiertos con los platos, Ariadna miró a Rose. Ésta estaba algo afligida, se le notaba por cómo estaba sentada, y algo cabizbaja.

—¿Qué tal las cosas con Scorpius, Rose?—preguntó, provocando silencio en el comedor—. Te ves algo...rara.

—¿En qué sentido?— preguntó Rose volviéndose hacia ella, sonriente—, yo estoy de maravilla.

—¿Crees que soy estúpida, Rose?— preguntó Ariadna levantando una ceja, ignorando el «¡Cómo vuelvas a decir tal cosa en la mesa, te voy a coser los labios con un hechizo!» de su abuela Molly—. Sé que te pasa algo...— Recordó vagamente no haber visto a Rose después de volver de la heladería—, ahora que lo recuerdo, no te vi después de volver.

—Yo tampoco la vi.

—Yo no la vi.

—No la vi.

—Yo tampoco.

—A mí ni me miren, yo tampoco la vi.

—Yo ni sabía que había vuelto con nosotras, pensé que se había quedado en casa de su amiga muggle.

Comenzaron a murmurar Victoire, Dominique, Molly, Lucy, Roxanne y Lily entre ellas.

—Dejen de atormentar a la pobre Rose— calló Hermione cuando todas se habían vuelto hacía la pelirroja, quien estaba encogida en su silla—. Ahora es hora de comer, después podrán interrogarla toda la noche si quieren.

Nadie volvió a sacar el tema durante la cena.

—¿Cuándo llegan las lechuzas con las MHB, mamá?— preguntó Ariadna mirando a Hermione mientras entre todos levantaban la mesa.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora