Capítulo 26: ¿Quién más lo sabe?

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Encontró al grupo de pelirrojos, rubios, pelinegros y una castaña en el extenso jardín de la Madriguera. Lily estaba apartada del grupo, discutiendo con  Louis, pero nadie interrumpía nada; ella no era la única que estaba más apartada, también Keyla estaba apartada, recostada de espaldas mirando atentamente el gran grupo.

—¡Aria!— Llamó Roxanne— ¡Ven, Aria!

Ariadna miró a los Weasley, luego a Keyla. Ella estaba más sola, y necesitaba alguna compañía.

—¡Ya voy!— Respondió alejándose del grupo, se sentó a la derecha de Keyla y suspiró— Y bien ¿Qué te pasa?.

—¿Yo?— Preguntó Keyla señalándose, asombrada.

—¿Acaso ves a Rose aquí?— Respondió Ariadna rodando
los ojos—. ¡Pues si!

—Ah...nada, no me pasa nada— Respondió Keyla volviendo a fijarse en el grupo de Weasley.

—¿Crees que soy estúpida?— Dijo Ariadna cruzándose de brazos—, ésa la ocupo Rose más de una vez y siempre termina contándome todo.

—Si, pero yo no soy Rosebud— defendió Keyla de mal humor—. Sé que me metí la pata hasta el fondo con Fred Weasley.

«Siempre funciona» pensó Ariadna, sonriendo para sus adentros.

—La metiste un poco— admitió Ariadna encogiéndose de hombros—. No sé porque se pusieron tristes, casi siempre son felices cuando lo mencionan...menos el tío George, él perdió a su gemelo y a su patronus el dos de mayo de mil novecientos noventa y ocho.

—¿En la guerra mágica?— preguntó Keyla aún mirando a los Weasley, quienes charlaban animadamente—.  Juraría por mi nombre que no lo sabia.

—Realmente no sé por qué se pusieron así— Comentó Ariadna arrugando las cejas—. Jamás se han puesto tan tristes, más bien se rien de las bromas que solían hacer...todos menos el tío George, según Fred, él lo ve como a su hermano.

—Debe ser horrible perder a un hermano y que tu padre te vea como a uno.

—No soportaría perder a Rose, ni a Hugo.

—No puedo decir lo mismo porque jamás tuve hermanos— Keyla sonrió pesadamente.

—¿Quién más sabrá que somos "Malfoy"?— preguntó Ariadna después de un silencio en que se dedicaron a mirar a los Weasley.

—¿Por qué dices eso?— preguntó Keyla mirándola, y Ariadna le contó todo lo que había oído en el comedor, salteandose astutamente que sus tíos la habían aceptado a regañadientes—. Ni idea, siempre somos las últimas en enterarnos de todo ¿No lo crees?.

—Literalmente yo fui la última...digo, me desmayé— contestó Ariadna—. Aunque realmente ya me lo esperaba y me lancé un desmaius sin que nadie se diera cuenta.

—¿Así que no querías conocerme?— preguntó Keyla fingiendo estar molesta, aunque su sonrisa burlona no ayudaba mucho.

— Tenía miedo...eso es todo— admitió Ariadna; era la primera vez que admitía que tenía miedo respecto a lo que podía pasar en un futuro.

— ¿Por qué no vas con tus primos?— Preguntó Keyla después de otro silencio que pasaron cortando pedacitos de césped.

Ariadna se encogió de hombros, aún sabiendo que Keyla no podría verla, ya que estaba muy entretenida mirando a los Weasley.

—Siempre son ruidosos, y algo pesados, creo que por eso Victoire prefiere ir a la casa de su abuela materna— admitió Ariadna—. Yo prefiero ir de libro en libro y encerrarme en mi propio mundo.

—Yo no. Prefiero el ruido, después de toda una vida silenciosa y sin nada emocionante (a excepción de que me enteré quién era mi mamá, ah, y de que tenía hermanos) prefiero ir...jugar, correr. Cualquier cosa menos la paz aburrida.

—Yo soy más parecida a mamá, no podría decir que herede del señor Malfoy porque no lo sé— comentó Ariadna con pesar.

—Yo tampoco sé mucho de él...siempre andaba con su hijo, Scorpius, pero supongo que es muy orgulloso— suspiró Keyla, luego se volvió hacia Ariadna—. Perdona si incomodo o algo pero...¿Cómo es mamá,  exactamente?

Ariadna miró a Rose, luego a Hugo, y luego a Keyla se nuevo.

—Bueno es...muy, muy inteligente, le encanta leer, estudiar y enseñar lo más posible. Es algo mandona, pero todas las madres lo son...es un poco orgullosa al momento de admitir su derrota, pero siempre logra pedir perdón (después de un tiempo, claro).

—No tienes idea de la suerte que tuviste— Suspiró Keyla mirando el césped—. Yo habría dado lo que fuera por criarme con mamá y un padre que me quiera...o con una familia grande para no aburrirte nunca.

Ariadna miro a los Weasley, ahora estaban formando un amplio círculo y se gritaban entre risas.

—¿Quieres ir y probar a los Weasley?— Preguntó Ariadna sonriendo mientras miraba a Keyla.

Ésta la miró con los ojos casi como platos y la boca entre abierta.

—¿Lo dices en serio?— Preguntó acercándose más a Ariadna, expectante. Ariadna penso que se le iban a salir los ojos— ¿Crees... que me incluirán?

—¡Pero claro que sí!— exclamó Ariadna moviendo la mano, restandole importancia al asunto—, y si no lo hacen les voy a partir la cabeza.

—Oye, cálmate, leona— Dijo Keyla golpeándola suavemente en el hombro—, creo que por eso estas en Slytherin, la casa de los leones.

—¿Leones?— preguntó Ariadna fingiendo estar ofendida— ¡Gryffindor es de leones, Slytherin de serpientes, Hufflepuff de tejones y Ravenclaw de águilas!

—Bueno, bueno no me pegues— Chilló Keyla mientras se levantaba y corría hacia los Weasley.

Ariadna sonrió, negó con la cabeza y se levantó para perseguir a Keyla.

—¡A que no me atrapas!— Gritó Keyla mirando sobre su hombro.

—¡A que sí!— Respondió Ariadna corriendo aún más rápido.

Keyla reía hasta tropezó con Fred y cayó sobre él y  Victoire; luego Ariadna tropezó con éstos y quedaron apilados.

—¡Muévete, Aria!— se quejó Fred.

—¡Yo soy Keyla!

—¡Y yo soy Ariadna!

—¡No importa quién sea quién, solo muévanse!— Replicó Victoire haciendo ademán de dar patadas.

Ariadna se levantó como pudo y ayudó a Keyla a levantarse; Fred ayudó a Victoire, quien se quitó la larga melena de la cara (como su madre solía hacerlo) y sonrió.

—¿Qué estaban haciendo como para que...— Miró a una y a otra, como pensando quién era quién, y continuo:— Keyla se caiga así sobre Fred?.

—Intentaba conversarla de que viniera— Respondió Ariadna atandose el cabello con la liga que usaba de pulsera.

—Pensabamos que eras tú, y que querías estar un tiempo a solas para pensar o algo así— admitió Lucy entrecerrando los ojos y sonriendo—. Son idénticas.

—¿No será porque tenemos la misma cara?— Dijo pícaramente Keyla sonriendo de lado—. Ni siquiera estamos vestidas iguales.

Ariadna se miró, ya ni recordaba que se había puesto hace una horas. Tenía una remera gris tormenta, unos vaqueros de jean y zapatillas rosa viejo. Luego miró a Keyla, ella tenía una remera azul pastel, unos pantalones cortos color negro y unas zapatillas gris.

—¿Por qué siempre nos confunden si jamás tenemos la misma ropa?— preguntó Ariadna arrugando el entrecejo— Menos ésta mañana, ambas estábamos igual.

—¡¿Quién quiere jugar Quidditch?!— Gritó Lily dando saltos hacia el grupo.

Todos gritaron un gran «¡Yo!», cada uno buscó una escoba y se pasaron la tarde jugando...pero Ariadna no podía dejar de pensar en quien más sabía que era hija de Draco Malfoy.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora