Capítulo 21: Hasta que el juez decida

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—¿Qué pasará?— Preguntó Hugo.

Keyla y Rose negaron con la cabeza. Todos estaban mirando con atención la puerta.

—Sera mejor entrar y averiguarlo— decidió Scorpius acercándose a la puerta.

— Vamos ...— coincidió Ariadna.

Scorpius abrió la puerta y entro seguido de los demás. La escena en el interior, los dejó con la boca entreabierta: Draco y Ron hablándose a gritos, Hermione llorando en un rincón, Narcissa mirando a su hijo con el entrecejo fruncido, Lucius bajando de las habitaciones con dos baúles...

—¡Papá!— Interrumpieron las mellizas, cada una tomando del brazo a un hombre.

—¡Papá!— Dijo Ariadna tratando de hacerse escuchar— ¿Que... qué pasa?

—¡Papá!— Dijo Keyla mirando a Draco mientras lo sostenía— ¿Por qué el abuelo baja con baúles? ¿Qué pasa?

Viendo que sus padres no reaccionaban y seguían gritándose, ambas se dirigieron a Hermione.

—Mamá...— Dijo suavemente Ariadna—. ¿Qué pasa? ¿Por qué papá discute con el señor Draco? ¿Por qué el señor Malfoy tiene mi baúl?

Hermione seguía sollozando con las manos sobre la cara, intentó decir algo, pero su llanto no se lo permitió.

—Anda, mamá...— Suspiró Keyla tomando las manos de Hermione. Luego miró a Ariadna— ¿Recuerdas la canción que te cantaba antes de dormir?

—Si, pero...¿Cómo sabes eso?— Preguntó Ariadna mirándola.

—Papá me la cantaba a veces— Respondió Keyla suspirando—, canta conmigo a las tres...uno...dos...tres.

Ambas comenzaron a cantar.

Recuérdame
Hoy me tengo que ir, mi amor
Recuérdame
No llores, por favor

Te llevo en mi corazón
Y cerca me tendrás
A solas yo te cantaré
Soñando en regresar

Recuérdame
Aunque tenga que emigrar
Recuérdame
Si mi guitarra oyes llorar


Ahora Hermione estaba quitándose lentamente las manos mientras cantaba muy bajo.

Ella con su triste canto te acompañará
Hasta que en mis brazos estés
Recuérdame

Recuérdame
Hoy me tengo que ir, mi amor
Recuérdame
No llores, por favor

Te llevo en mi corazón
Y cerca me tendrás
A solas yo te cantaré
Soñando en regresar

Recuérdame
Aunque tenga que emigrar
Recuérdame
Si mi guitarra oyes llorar

Ella con su triste canto te acompañará
Hasta que en mis brazos estés
Recuérdame

Hermione sonrió y abrazó a sus hijas, quienes correspondieron rápidamente, menos Keyla: ella parecía sorprendida. Ariadna se preguntó si era por la falta de afecto que tuvo por parte de los Malfoy.

—Vamos a arriba...— Susurró Hermione soltándose suavemente—. Allí podemos hablar tranquilas...

Ignorando los gritos y quejas, subieron juntas a la habitación de Ariadna, Rose y Keyla, se sentaron en la cama de Ariadna y Hermione suspiró.

—Draco quiere llevárselas a las dos a Francia, para que estudien en Beauxbatons.

Ariadna sintió algo frío en el estómago, la separarían de sus hermanos, primos y de su padre...de su familia. Sentía sus ojos arder, pero no se daría el lujo de llorar; no ahora, ya tendría tiempo para llorar a escondidas en el jardín o en el baño.

—¿A Beauxbatons?— preguntó lentamente.—¿Yo? ¿Lejos de los Weasley?...¿Lejos de mi familia?

Hermione volvió a sollozar, pero asintió.

—Por eso tu padre discute con Draco— Dijo secándose las lágrimas con la punta de la manga—, tampoco quiere que te lleven. Es más, prefiere que Keyla se quede aquí y que ellos puedan venir a verlas.

Ariadna miro a Keyla instintivamente, pero notó que su reflejo miraba el piso. Dudando, y con miedo, se levantó, pasó frente a Hermione, se arrodilló y la abrazó.

—Ni si quiera hice un esfuerzo para conocerte, Key— Dijo sobre el hombro de Keyla—, pero si una cosa no quiero, es que no nos vuelvan a separar. Y quiero ser tu hermana.

Keyla sollozó y abrazó a Ariadna, diciendo en solo un susurro:

—Y yo quiero tener una familia. No me importa quedarme o irme, solo quiero tener una familia.

Se quedaron así, sintiendo el cariño de la otra, hasta que Hermione dijo con voz ahogada:

—Vamos a platicar abajo.

Se separaron lentamente, se miraron a los ojos y sonrieron; Keyla movió los labios diciendo «Gracias». Bajaron juntas, el silencio reinaba en la sala, Rose, Hugo y Scorpius estaban sentados en el sofá frente a los Malfoy, Ron caminaba de un lado a otro mirando a la nada.

—¡Ah!— Suspiró el señor Malfoy levantándose—, mis nietas han tomado una decisión. Vámonos a...

—Nada de eso, abuelo— Interrumpió Keyla—, dentro de un año seremos mayores de edad y podremos decidir.

—Y no crea, señor Malfoy, que me iré y dejaré así como así a mí familia— Continúo Ariadna—. Usted no nos puede obligar solo porque es nuestro...abuelo—Añadió con dificultad.

—Yo elijo quedarme con mamá, mi padrastro— Dijo firmemente Keyla tomando la mano de Hermione —, y con mis hermanas y hermano— Añadió tomando la mano de Ariadna—. Además, papá y Scorpius viven aquí, no entiendo esa necesidad de enviarnos a Francia.

La cara de los Malfoy era un poema: Narcisa arrugó la nariz, como si estuviese oliendo una montaña de estiércol, Lucius miraba a Keyla con los ojos de par en par, como si ésta jamás le hubiese llevado la contraria; y Draco miro con el entrecejo fruncido a Hermione, como si ella lea hubiese metido esas ideas en la cabeza.

—Y no está a discusión...aún— Añadió Ariadna levantando las cejas—. Usted no es nadie más que un abuelo para Keyla, pero para mí, solo es el señor Malfoy, que no tiene ningún derecho sobre mí. Es más... ningún Malfoy tiene derechos sobre mí, porque estoy registrada como hija de Hermione Jean Granger y Ronald Billius Weasley— Añadió con decisión tomando con más fuerza la mano de Keyla—. Yo no me iré.

—Yo tampoco— Coincidió Keyla—. No planeo, ni quiero, irme de aquí. Este es el único lugar donde me he sentido amada...

—¿Amada?— Dijo Narcisa riendo—, deberías ser más agradecida, Keyla, nosotros te hemos criado...

—Si, pero sin la menor muestra de afecto— Interrumpió Keyla frunciendo el entrecejo—. Aquí sí me quieren, no como ustedes que prefieren tener dinero y posición a una nieta mestiza ¿Verdad?

Los dos Malfoy se callaron.

Ariadna miro su mano entrelazada con la de Keyla. ¿Desde cuando se llevaba tan bien con ella? Cuando antes era una especie de enemiga.

—Todo esto lo va a decidir un juez, tanto mago como muggle— Dijo de pronto Hermione sin soltar la mano de Keyla—. Ahora...¡Largo de mi casa!.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora