Lily estaba desconsolada, aún siendo consolada por sus primas estaba realmente devastada.
—Lo...lo que sigo— Dijo después de un largo silencio—. Sin entender...es como Louis se enteró...pero alguien tuvo que haber... dicho que yo me...— Ahogó un sollozo—, con más chicos...¡cuando es falso!
Volvió a hundir la cara entre sus manos.
—Nosotras te creemos, Lilu— Dijo Rose corriendo la larga cabellera de la cara de su prima—. Sabes que siempre vamos a estar aquí para ti...
— Siempre tendrás a unas primas en quien confiar...— Siguió Ariadna tomando la mano de la pequeña de los Potter—. Nos tendrás cuando quieras.
***
Ya había pasado una semana desde el baile; la pelea de Louis y Lily; la pelea entre Sophia, Alexandra y Ariadna; la declaración de Rose y Scorpius, y desde que Lily sacó su secreto a la luz de solo dos primas.
Ariadna ya se había cansado de tratar de razonar con Sophia y Alexandra, y simplemente suspiraba cuando se cruzaban. El baile había sido algo divertido, loco, triste y lleno peleas para los Weasley y los Potter. Louis se negaba a dar explicaciones a James y a Albus; y Lily se negaba a hablar con los demás Weasley, en especial con los Delacour.
Ya se acercaba su último castigo en la biblioteca.
» Al menos podré ver libros y descansar « Se decía Ariadna.
En la tarde del castigo, después de ver a Rose y a Roxanne practicar Quidditch, se dirigió a la biblioteca acompañada de su prima y hermana; quienes tuvieron que marcharse para que Madame Pince no le extendiera el castigo a Ariadna por llevar ayuda.
Por suerte no estaba la mujer con cara de buitre, solo estaba ella. Entró a la gran biblioteca y se sentó a esperar a que llegara la bibliotecaria con sus instrucciones.
Diez minutos...quince minutos...veinte minutos... veinticinco minutos...media hora...
Sin señales de Madame Pince en media hora, Ariadna ya se comenzaba a aburrir.
Estaba a punto de sacar un pergamino y dejar una nota explicando que se cansó de esperar e irse, cuando vio un pergamino sobre el escritorio de Madame Pince. Extrañada, se levantó y lo recogió.
"Señorita Granger-Weasley:
Lamento hacerle esperar, surgió una urgencia, que no es de su incumbencia, y tuve que machar. Le dejé unos libros en una mesa cerca de la sección prohibida para que los limpie y ordene hasta que no quede ninguno. Espero que cumpla con su castigo, yo solo espero lo mejor.
Madame Pince"
Suspiró y de dirigió hasta la sección prohibida; donde efectivamente había una mesa con tres pilas de libros viejos, nuevos y sucios. Sabiendo que se quedaría media hora, o tal vez más, ordenando; se puso a trabajar sin quejarse.
" Propiedades de las plantas acuáticas y su uso en la fabricación de pociones", " Ciencias muggles", "Movimientos de los astros y su influencia en su vida cotidiana"..." Recetas de pociones avanzadas".... Ariadna hubiera encontrado muy interesantes esos libros de no ser si se viera obligada a dejarlos de lado y seguir en lo suyo.
Ya llevaba una hora puliendo, acomodando y obligándose a sí misma a ignorar la tentación de quedarse leyendo mientras arreglaba todo con magia; cuando solo le faltaba media pila de libros. Al cabo de media hora más, solo le faltaban tres libros, y los tres trataban del mismo tema: Defensa Contra las Artes Oscuras.
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¿Yo? ¿Una Malfoy?
FanfictionAriadne Meissa Granger- Weasley siempre fue diferente a su familia, aunque sea parecida a su madre, no tenía ojos cafés ni ojos azules como los de sus padres, sino que eran de un extraño color gris frío. Con 11 años recién cumplidos su físico comien...