Capitulo 6: Viaje a Hogsmeade

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Por suerte era viernes, lo que significaba viaje a Hogsmeade. Ariadna y Scorpius habían quedado en pasar todo el día juntos con Sophia, Alexandra, James y Albus, querían que Rose se les uniera, pero se había negado a hablarles en toda la semana.

Cuando estaban por irse, se les unieron Hugo y Lily.

—¿Rose no ha cambiado de opinión?— preguntó Albus desanimado.

—No...se niega a ir con nosotros y puso la excusa de que se quedaría todo el día en el castillo a estudiar— Comentó Lily acomodando su mochila naranja sobre su hombro—¿Vamos? Me muero por ver de nuevo la casa de los gritos.

— Pero si ya la viste en cada viaje a Hogsmeade—Dijo Hugo mientras salían rumbo al vestíbulo.

—Seh, pero igualmente es interesante— Respondió Lily rodando los ojos.

—Además ustedes dos no deberías estar aquí—dijo James—, están en segundo año aún.

—Ser hijos de héroes de guerra tiene sus beneficios, siempre y cuando no le digamos a nadie de nuestro año que vamos a Hogsmeade sin necesidad de estar en tercer año—dijo Hugo encogiéndose de hombros.

James suspiró y siguió caminando. Salieron todos juntos hasta los terrenos de Hogwarts y fueron por el camino hasta que se encontraron en Hogsmeade.

—¿Vamos a las tres escobas?—Preguntó Alexandra recogiendo su cabello negro—. Si seguimos aquí, me moriré de calor.

—Vamos—dijo Ariadna empujando a Lily, quien había abierto la boca para protestar—. Vamos a pedir cerveza de mantequilla y luego vamos a la casa de los gritos, a Honey Dukes, y ya veremos qué otra cosa hacemos... además tengo que comprar otra pluma.

Fueron hasta Las tres escobas, Lily pidió dos cervezas de mantequilla, una para ella y otra para Rose.

—Es una lástima que no sean pareja— dijo de golpe Albus.

Se habían sentado en una mesa medio alejada de las demás para poder charlar tranquilos con vista a la ventana.

—¿Por qué lo dices, Al?— Preguntó Ariadna tomando una de las galletas que Rosmerta les había traído.

Albus se encogió de hombros.

—Solo digo, además hacen linda pareja.

—¿Eres idiota o te pagan?— dijo Hugo con el ceño fruncido—. Sabes que Rose estaría muy molesta y triste.

—¿Pero porque Rose se pondría así?— preguntó Sophia confusa.

—Fácil—respondió Hugo—. Ya toda mi familia sabe que le gusta Scorpius.

Scorpius estaba levemente sonrojado.

—¿Y tú cómo sabes si le gusta o no?—preguntó Alexandra con una botella de cerveza de mantequilla en la mano.

— Tía Luna me ayudó en eso— Respondió Hugo encogiendose de hombros.

—¿Desde cuando le crees a tía Luna?— preguntó Lily.

— Oh, vamos, Lilu— replicó Hugo—. Sí, está bien que tía Luna no esté del todo cuerda, pero es muy buena leyendo emociones o algo así dijo papá.

— O dejamos este tema de lado—amenazó Ariadna al notar la incomodidad de Scorpius—. O pediré una ronda de la bebida más caliente que tengan aquí— Dijo con una maliciosa sonrisa.

—Dejamos el tema de lado— Dijeron Albus, James, Lily, Alexandra y Sophia; ya era seguro que Ariadna no pensaría dos veces en cumplir una amenaza.

Pasaron una hora en las tres escobas y se fueron a la casa de los gritos, donde Lily salió corriendo luego de que James se pusiera su capa invisible y la asustara por la espalda; luego fueron a Honey Dukes, James y los chicos se entretuvieron comprando dulces mientras que las chicas veían vestidos, ropa y algunas otras cosas en una tienda frente a Honey Dukes por un solo motivo: Cada año se organizaba un baile luego de que los exámenes terminaran y solo se les permitían ir a los de cuarto año en adelante, a los de tercero solo si los invitaban personas de otros cursos mayores.

—¿Y tú qué te pondrás para el baile, Aria?—Preguntó Lily mirando maravillada un vestido con escote de corazón color verde mar.

—No lo sé...—Respondió Ariadna mirando el vestido que miraba Lily—¿Que tal si me ayudan a elegir algo?—Preguntó mirado a sus amigas.

—¡Manos a la obra!—Exclamó Alexandra empujando a Ariadna a un probador vacío— ¡Sophie, Lily; traigan vestidos para Ariadna!.

Dentro del probador, Ariadna se miraba una y otra vez en el espejo; había crecido mucho, no solo de estatura, también veía un pequeño bulto en su vientre bajo y tenía sus mejillas un poco más gordas de lo normal; sus granos no ayudaban mucho, tenía uno cerca de su labio y estaba rojo, otro cerca de su ojos derecho y otro bajo el ojo izquierdo. Estaba tan concentrada mirándose, que no se dio cuenta de que ya habían tres vestidos colgando en el perchero, se apresuró a ponerse uno por uno y salir para pedir la opinión de sus amigas.

—Mmm...— Sophia miraba el quinto vestido que Ariadna se había probado—. No, te hace ver más alta de lo que ya eres.

—Concuerdo—Dijo Lily—.  Aunque de por sí ya eres bastante alta, heredaste eso de Tío Ron.

Ariadna suspiró y se metió de nuevo al probador, James, Albus, Scorpius y Hugo ya estaban sentados con ellas y ella seguía entrando y saliendo sin encontrar un vestido que le quedara bien.

A la sexta vez que salió, los chicos ya no estaban.

—¿Donde estan los chicos?— preguntó Ariadna asomando la cabeza por la cortina del probador.

— Los obligué a irse— Respondió Alexandra—. Se supone que es de mala suerte ver a una chica antes del baile.

—Eso solo cuenta en las bodas, Alex— Respondió Lily rodando los ojos.

— Igual, los obligué a irse... Ahora cuenta el chisme.

Ariadna salió totalmente del probador.

— Si me dicen que no me queda, no iré al baile— amenazó cuando se quedaron mirándola embobadas.

— Ese es el vestido...— dijo Sophia sonriendo—¡Ariadna Granger-Weasley ya tiene vestido!—salto de su silla levantando los puños.

— Lo llevamos— dijo Alexandra en el mostrador a la mujer que atendía,  señalando a Ariadna.

Salieron de la tienda con una bolsa cada una, Lily iba a ir con Hugo, habían hecho una especie de pacto o algo así entre primos para ir juntos a los bailes cuando no habían encontrado pareja, aunque ni siquiera deberían ir, pero según ellos "tenían el permiso de McGonagall".

«Hoy tengo que ir a la torre de Astronomía» Pensó Ariadna mirando su reloj« Será mejor apurarme y pedirle a James la capa»

Llegaron a Hogwarts a la hora de la cena, cada una dejo sus vestidos en sus dormitorios y se apresuraron a ir a cenar.

—Oye, James— llamó Ariadna antes de que James se sentara en la mesa de Gryffindor—¿Crees que podrías prestarme la capa para ésta noche?.

—¿Para qué, querida prima?— dijo James imitando a un caballero mientras hacía un reverencia.

—No preguntes o le diré a tía Ginny que rompiste su taza favorita—Amenazó Ariadna.

— De acuerdo, de acuerdo— James levantó ambas manos en señal de paz—. Espera...— metió su mano en el interior de su túnica—. Ten.

Le la capa y se alejó rumbo a la mesa roja.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora