Se encerraron en el cuarto en el momento exacto en que varias lechuzas se apoyaban en el alfeízar de la ventana; todas con cartas de familiares.
—Ignora a esas estúpidas lechuzas; tenemos un problema aún mayor— Replicó Keyla masajeandose la sien, notando cómo Ariadna se apresuraba a ir junto a la ventana— ¿No se te ocurrió nada mejor que pedirle?.
—No, fue lo primero que se me ocurrió y lo primero que dije— respondió Ariadna alejándose de la ventana y sentándose en su cama—. Ahora tendremos que conocer a una posible madrastra...
—¿Y quién será la culpable?— Recriminó Keyla sentándose en su cama, mirando furiosa a Ariadna.
—No te pongas a gritarme ahora, Keyla— Interrumpió Ariadna apoyando la cabeza entre sus manos—, ya tengo suficiente de todo...
***
—¿Cuando dices que vendrá «Lectora Compulsiva», papá?— preguntó Scorpius a la hora de la cena.
Ariadna y Keyla no se hablaron en el resto de la tarde desde que recibieron las cartas de los Weasley, los Potter y amigos del Colegio.
—Cuando termine su divorcio, es decir, después de que termine el curso— Respondió Draco cortando su trozo de carne— ¿Y a ustedes se les salió el lado mini Granger o les pasa algo?— Preguntó notando como ambas castañas comían con el entrecejo fruncido.
—Ambas cosas— respondieron Keyla y Ariadna sin mirarse.
—Enojadas y sincronizadas; cada vez me dan más miedo—comentó Scorpius sonriendo de lado en un pobre intento de aliviar la tensión.
—Scorpius, a ti todo te da miedo— respondió Ariadna mirando al rubio, que frunció el entrecejo y se cruzó de brazos.
—Lo que me faltaba...— Suspiró Draco, apoyando la cabeza entre sus manos—. Su madre vendrá con nosotros al andén para despedirlas y nos veremos a final de curso después. Provecho y permiso—dicho esto, se levantó arrastrando levemente la silla y subió hasta su habitación, donde cerró la puerta un poco fuerte.
—¡Ahora hicieron enojar a su padre!— Retó Lucius golpeando levemente la mesa— ¡No quiero oír ningún quejido en lo que queda del día hasta que vayan a la estación! ¡Arriba, ahora!.
—Pero abuelo...— comenzaron a quejarse.
—Ya oyeron a su abuelo, ¡arriba!— Interrumpió Narcisa mirando ceñuda a sus nietos, quienes se levantaron de un empujón y subieron arrastrando los pies, cada uno a su habitación—. Son idénticos a Draco...— Ariadna oyó quejarse a su abuela—, los tres son iguales, igual madre o no.
Ariadna frunció el entrecejo, esperó a que Keyla entrase en la habitación y cerró la puerta de un golpe fuerte, al tiempo que sus abuelos gritaban:
—¡No azotes la puerta, Atria!
—¡Atria seré cuando mis padres se casen!—gritó Ariadna abriendo un poco la puerta— ¡Y eso jamás pasará!—volvió a cerrar la puerta de golpe y se volvió hacia Keyla, quien la miraba entre sorprendida y asustada— ¿Qué?— preguntó demasiado bruto a como quería hacerlo—. No empieces a darme sermones y ayúdame a empacar para mañana.
Keyla sacudió levemente la cabeza, se acercó hasta su baúl vacío y comenzó a guardar las cosas desparramadas.
«Odio ser Malfoy...odio ser Weasley porque nadie me ama realmente...odio mi familia...odio Hogwarts por tratarme mal...odio ser Atria Calipso Malfoy y Ariadna Meissa Granger-Weasley» Pensaba Ariadna mientras metía sus cosas en su baúl« Ya tuve mucho durante un año...¿Qué haré después? ¿Llamarme Ariadna Malfoy Granger o qué? Debo estar soñando... ojalá todo fuera un sueño y siguiera desmayada...»
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¿Yo? ¿Una Malfoy?
FanfictionAriadne Meissa Granger- Weasley siempre fue diferente a su familia, aunque sea parecida a su madre, no tenía ojos cafés ni ojos azules como los de sus padres, sino que eran de un extraño color gris frío. Con 11 años recién cumplidos su físico comien...