Capítulo 30: La audiencia

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¡Piiip! ¡Piiip! ¡Piiip! ¡Piiip!.

—Apaga esa mierda...

—Quiero dormir, idiota, apaga eso.

—Hoy tenemos la audiencia en el ministerio...

—Prefiero quedarme aquí en lugar de ir a una estúpida sala helada....

¡Piip!  ¡Piip! ¡Piiip!.

—¿Esa cosa no va a parar?

—Nop...

—¡Pues arriba!.

—Tengo frio...

—Rose, hace días que pones esa excusa ¡Hacen treinta de calor y tú con frío!.

—¡Arriba!.

El despertador muggle comenzó a sonar otra vez a sonar; sabiendo que no le quedaría de otra, Ariadna se obligó a sí misma a levantarse y levantar a sus hermanas para la audiencia.

—¡Vamos, Keyla!— Dijo sacudiendo levemente a su reflejo, luego se dirigió hacia Rose, quien se estaba cubriendo hasta la cabeza con la sábana—. ¡Arriba,  Rose! hoy tenemos la audiencia en el Ministerio.

Ninguna se quería levantar. Ariadna se cruzó de brazos y pasó su peso a la pierna derecha.

»Luego la floja soy yo...« Pensó llendo a buscar una botella de agua helada y regresando al cuarto.»Hora de usar mi talento inútil«.

Sin decir nada, les largó un chorro a cada una. Ellas, por su parte, se sentaron de golpe y miraron con odio a Ariadna mientras ésta se acercaba al ropero y elegía la ropa más elegante para cada una.

—Ponganse esto mientras ayudo a mamá a preparar el desayuno, luego vuelvo y me cambio— Dijo mientras salía hacia la cocina, donde Hermione ya estaba vestida y arreglada preparando el desayuno.

—Buenos días, tesoro— Saludó Hermione tomando la avena— ¿Tus hermanas?.

—Buenos días, mamá— saludó Ariadna tomando unos vasos—, arriba cambiándose ¿Quieres ayuda?— preguntó sacando la chocolatada.

—No, gracias, Aria, es mejor que te vayas a arreglar— Respondió Hermione tomando la chocolatada y haciendo levitar los vasos y los platos de avena con leche—. Despierta a Hugo si es que está dormido.

Ariadna sonrió en señal de que lo haría igualmente; llevándose un vaso con agua, fue hasta la habitación de Hugo, pero se decepcionó cuando vio al pelirrojo ya listo para irse.

—Te gané— Dijo burlonamente Hugo tomando el vaso de la mano de Ariadna—, ve y vístete si no quieres que te moje...

—Atrevido salió el pelirrojo— Respondió Ariadna corriendo escaleras arriba—. Ayuda a mamá a preparar el desayuno, Hugo—Añadió mientras entraba al cuarto al tiempo que Hugo bajaba hacia la cocina.

—¿Ya estás lista, Aria?— Preguntó Keyla poniéndose un vestido azul claro.

—¿Acaso no ves que acabo de entrar?— Preguntó Ariadna cerrando la puerta para luego acercarse a su cama, donde reposaba su vestido lila—. Mamá ya preparó el desayuno, es mejor que nos apresuremos.

Se soltó el cabello y se puso el delicado vestido lila; finalmente esperó a que Rose se prendiera el cierre de sus jeans y bajaron a desayunar.

***

— Audiencia disciplinaria del 30 de julio— Comenzó a decir el suplente de Hermione, Alastor Burke. El escriba comenzó a escribir a toda velocidad—, por la custodia de Ariadna Meissa Granger-Weasley y Keyla Jennifer Malfoy, residentes en el número 24 de Chelsea Street y en la Mansión Malfoy. Nacidas el cuatro de abril del año 2004 en el hospital Hightower (N/A: ni idea de si existe o no ese hospital, me da flojera buscar uno), de Londres.

» Jueces del Wicengamot: Alastor Ignatius Burke, suplente de la ministra Hermione Jean Granger de casada Weasley; Hannah Rowling, jefa del Departamento del Registro de Magos y Brujas; Patrik Galp, director del Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Escribiente del tribunal, Primrose Furk. Testigos de las defensas, Hermione Jean Weasley, Ronald Billius Weasley y Draco Lucius Malfoy.

Dejó de hablar, dando señal que podían sentarse. Ariadna y Keyla estaban en el medio de la sala circular de piedra oscura, sentadas junto a la otra mientras que sus padres estaban a cada lado de ellas. El ministro sacó otro pergamino y lo desenrollo:

—Ariadna Meissa Granger-Weasley y Keyla Jennifer Malfoy fueron registradas como hijas de Draco Lucius Malfoy y Hermione Jean Granger el cuatro de abril del 2004 ¿Eso es cierto?— preguntó mirando a los nombrados.

—Sí— respondieron ambos serios.

—¿Aún sabiendo que la señora Weasley estaba casada con Ronald Billius Weasley?— preguntó curiosamente.

— Esa noche (en una fiesta del Ministerio) Ronald y yo tuvimos una pelea, yo me emborraché al igual que el señor Malfoy y una cosa llevo a la otra— explicó Hermione pacientemente.

—¿Quiere decir que ese encuentro no fue planeado?— preguntó Hannah Rowling, una bruja rechoncha de cabello negro.

—Efectivamente, yo no planeé ese encuentro con el señor Malfoy— Asintió Hermione.

—¿Aún sabiendo del riesgo,  por qué registraron a una de sus hijas como hija de Ronald Billius Weasley y Hermione Jean Granger?— preguntó Burke.

—Habíamos llegado a un trato con la señora Weasley— explicó Draco serio—: cuando nacieran Ariadna y Keyla, una sería Malfoy y la otra Granger-Weasley, pero eso cambiaría cuando cumpliesen 16 años.

—¿Es decir que su identidad como Malfoy se sabría cuando Ariadna y Keyla cumplieran 16 años?— preguntó un mago bajito del tribunal.

—Si— respondió Hermione.—, con Ariadna tardó un poco más pero sí.

Alastor asintió y revisó otros pergaminos.

—Usted está casada con el señor Ronald Weasley, señora Hermione Granger, eso supone un gran problema, dado que el señor Ronald no es el padre biológico de Ariadna y Keyla— Dijo fulminando con la mirada a Ron y a Hermione por sobre el pergamino—.  Según el decreto número 73 de la Comisión de Nacidos Magos y Brujas establece claramente que, en nuestro caso, de ser posible tanto el padrastro como el padre tienen derecho a tener custodia compartida de los menores de edad.

Ariadna trago espeso; sabía perfectamente qué podía significar «custodia compartida».

— Creo, señor Burke— Interrumpió Hannah para hacerse oír entre los murmullos de los demás magos y brujas del tribunal—, que el veredicto final debe tomarse sin la presencia de las menores— miró de reojo a Ariadna y Keyla.

—Si...si... si— Vaciló Burke mirando inquisitivo a las gemelas, luego dijo con tono más seguro:— Sí. Que las señoritas Ariadna Weasley y Keyla Malfoy salgan de la sala, por favor.

La bruja más cercana a la puerta la abrió, dando paso a las mellizas, quienes ya se habían levantado y caminaban con la cabeza arriba. La puerta se volvió a cerrar.

Los familiares que habían esperado afuera se apresuraron a preguntar, pero al notar que venían solas se volvieron a sentar cerca de la puerta.

Ariadna miró de reojo a Scorpius, éste miraba a Rose sin disimular, y la pelirroja se examinaba los pies mientras se acariciaba distraídamente el corto cabello pelirrojo.

Al cabo de unos diez minutos, Hermione, Ron y Draco salieron seguidos de los demás jueces del Wicengamot. Hermione tenía lágrimas en los ojos sin expresión alguna, miró a las gemelas (quienes se habían levantado al igual que los Weasley y los Malfoy), para luego abrazar a Ron y llorar.

¿Yo? ¿Una Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora