Después de aquella traumática experiencia para Mía, las cosas habían cambiando demasiado. ¿Es tonto repetir como su vida a cambiado su vida en el último año? Claro, dejando fuera volverse una narcotraficante y ser testigo de asesinatos y actos de violencia.
Mía se había distanciado de los dos hombres que la habían "arrastrado" a aquel mundo. La palabra arrastrado entre comillas, ya que ella no había puesto alguna resistencia alguna.
Jesse después de los alternados constantes entre el y Walter, había comenzando a trabajar más alejado de sus compañeros. Los dos hombres habían tenido un poco de simpatía con la chica dándole su porcentaje habitual aunque ella mantuviera su distancia por algún tiempo.
Aunque los eventos pasados no parecían afectar y atormentar la mente de Jesse, o a menos así el no lo expresaba. Por lo que ella tenía entendido, Jesse mantenía una supuesta relación con su vecina.
La presencia de Mía comenzaba a retornar los sucesos que mucho trabajo había tomado olvidar. Tal vez aquella era la razón de comenzar una formalidad con su vecina, ella no tenía algo que ver con su vida ilegal y peligrosa, eso le mantenía en paz y le daba aquella sensación de satisfacción que sin duda necesitaba.
Aunque de Mia siempre estaba presente.
Ella nunca dejaba su mente y eso había debatirle si aquellos segundos bienestar compensaban el duelo que vivía todos los días al saber las consecuencias de sus acciones sobre Mía.
Aunque las similitudes de las dos mujeres no era algo que Jesse había pasado por alto.
Las dos eran hermosas, de eso no había duda. Las dos tenían un pasado inestable por las sustancias recreativas. Ambas en recuperación, y el rasgo más importante, las dos habían caído por un chico que las llevaría a la perdición.
Aunque para Mía las cosas en el ámbito amoroso no habían sido del todo brillantes. El estar alejada de los negocios sin duda le había traído varías cosas buenas. Como el pasar más tiempo con Hannah y sacarla de la casa de su madre por al menos unas cuantas horas.
Pero sabía que no podía seguir recibiendo de la venta de droga sin si quiera aportar con su presencia. Por lo que tarde o temprano comenzaría a estar en los negocios nuevamente.
No era algo que ella consideraría como el mejor trabajo del mundo, pero era mucho dinero para apenas a ver terminado la preparatoria, y con una pequeña niña con una enfermedad nada costeable, las horas invertidas no pesaban al momento de recibir su paga.
Los riegos eran muchos, eso era obvio. Pero mientras más riegos corrieron más rápido podrían conseguir el dinero y salir de aquel mundo, o hasta que Walter muriera, aunque ese no es el punto.
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Mía frunció el ceño al momento que sus pies se detuvieron frente a las puertas de cristal con letras rojas que escribirán las palabras; " Mejor llama a Saúl".
No sabía si era el slogan de aquel abogado, el letrero neón con la palabra; "abierto" como si de restaurante se tratase , o el gran inefable de la estatua de la libertad sobre el techo del local.
Abrió la puerta al ver a Walter dentro del establecimiento.
Los lloriqueos de bebés impacientes, el sonido de la televisión, y una gran mujer quejándose por el teléfono mientras sus hijos corrían alrededor del lugar inundaron los oídos de Mia.
— ¿Que rayos estamos haciendo aquí?— Pregunto mientras se sentaba junto a Walter que vestía unas grandes gafas de sol, una gorra y una camiseta de rojos abotonada hasta el cuello.— ¿y por que estás vestido así?.
— Badger está en prison.
Mía tomó un largo suspiro mientras dejaba que su cabeza se recargara en la pared.— ¿y que estamos haciendo aquí?.
— Consiguiendo un abogado.
Una gran carcajada salió de la boca de Mía, pero al ver la seriedad en el rostro de Walter decidió callar. — ¿Estas bromeando verdad?.
— El pidió este abogado.
— ¡Claro que iba a pedir este abogado!— Mía le respondió con obviedad.— A veces me sorprende lo idiotas que pueden ser. Nunca espero nada de ustedes, pero aún así logran decepcionarme— Paso su mano por su rostro.— Walter... este es el tipo que sale en televisión con una policía Sexy y actores claramente sacados de una tienda de abarrotes, porque no le hacemos un favor al pobre chico y le ahorramos la humillación de tener a un abogado como ...
— ¿Mayhew? ¿Señor Mayhew?— La mujer de la recepción habló por los altavoces interrumpiendo a Mia. Los dos se quedaron callados observando a su alrededor en la espera que alguien se pusiera de pie.
— Soy yo.— Walter llegó a la conclusión después de recordar que aquel era el nombre falso que había dado al llegar. Mía rodó los ojos y se levantó de su silla siguiendo el paso de Walter.
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Sober || Breaking Bad
FanfictionCuando una chica decide vender metanfetamina estado un año sobria.