Mía se encontraba junto a Jesse en una sala de juntas de un buffet de abogados. Jesse tenía todo su cuerpo recargado sobre la mesa mientras que ella observaba todo el lugar a su alrededor.
Los dos se encontraban ahí por que habían solicitado a Jesse aquel día. Ninguno de los dos sabía, ya que en la carta no venía la razón, pero Jesse le pidió q Mia que lo acompañase, incluso aunque Mía no supiera nada de Leyes, pero aunque ella se lo repitió más de diez veces, Jesse seguía creyendo que ella la persona más inteligente del mundo, claro, después de Walter.
Todo parecía demasiado caro y refinado. Lo más cercano que ella podría pensar que fuera elegante era el banco, que había asistido pocas veces.
La puerta se abrió dejando entrar a lo que parecía ser un abogado, por el traje caro que portaba.— ¿Listo?.— le pregunto a Jesse.
— Si, claro, ¿para que?— Jesse respondió. La puerta se abrió nuevamente dejando ver a una pareja de esposos. La expresión de Jesse cambio cuando los vio entrar a la habitación. Mía los observó a ambos sin entender. — otra intervención no, por favor.
La mujer observaba con pena a Jesse, mientras que el hombre observaba a Mia con confusión.
— Jesse Bruce Pinkman según el artículo 47-8-13 del código de propiedad de Nuevo México esto es un aviso para que desaloje la propiedad situada en el 9809 del Margo, Albuquerque, 87104.
— Espera, ¿que? ¿Me echan de mi propia casa?— Jesse pregunto con enojo. Mía bajo la mirada con incomodidad.
— Es de tu tía Ginny.
— ella me la dio.
— Nunca te la dio, Jesse.— el hombre le negó.—
—Le permitieron residir allí. Pero sus padres siempre han sido propietarios.— Ahora Mia conecto todos los puntos. Ellos eran los padres de Jesse.
— Ya lo hablamos, ¿Si? Venderé la casa y repartiremos el dinero.— Jesse les recordó. — Ese fue el trato. ¿Que demonios?.
— Lo qué pasa es que eres fabricante de speed.— su padre lo acusó. — ¿Tu novia sabe?.
Mía abrió los ojos mientras trataba de mirar a otro lugar y no ponerse nerviosa.
— no es verdad. ¿Que?. — Jesse les respondió.
— Vino un agente de la brigada antidrogas a buscarte, Jesse. Se presentó en nuestra casa.
Mía y Jesse se miraron entre sí, — Jesse le ha estado ayudando...
— Y podría meterme en un buen lío por decírselos.— Jesse siguió la historia de Mía. — Así que de nada.
— Estuve en el sótano. — Su madre hablo. Haciendo evidente su mentira.— Estaba preocupada, así que decidí entrar... y encontré tu laboratorio.
— ¿Tienen una copia de las llaves?— jesse pregunto incrédulo.
— la fabricación de sustancias prohibidas... es un delito de segundo grabado.— El abogado les mostró fotos del sótano. — y según la ley federal de incautaciones el gobierno puede quedarse con la casa.
— Pero si allí ya no hay nada. Ya lo saque todo.
— Hijo, no podemos evitar que arruines tu vida... pero no vas a arrastrarnos contigo.
— Desaloje la casa en 72 horas. Si no, sus padres me han autorizado a contactar a las autoridades. ¿Esta claro?. ¿Tiene alguna pregunta?. — Todos se quedaron callados.— Tres días, señor Pinkman.
Jesse salió de la habitación dejando a Mía junto con el abogado y los padres de Jesse. El abogado junto al esposo salió de la habitación dejando a las dos mujeres dentro de la habitación.
— ¿Tu eres la novia de Jesse?— La mujer rubia preguntó.
Mía asintió con la cabeza.
— por favor no dejes que haga algo malo, ha echado demasiadas cosas a la basura por era droga que... tengo miedo de que haga alguna estupidez.
Mia simplemente tomó su bolso y salió por la puerta por donde había entrado. Trago de buscar con la mirada a Jesse, pero el ya no se encontraba ahí.
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Mía marco por quinta vez en el día el número de Jesse. Desde aquel día con los abogados y sus padres; Mia no sabía nada del paradero de Jesse.
Trato de buscarlo en su casa, pero como lo suponía, el no se encontraba ahí. Llamo a Walter un par de veces al su segundo teléfono, pero de igual forma ninguno de los se reportaba.
Mía trato de no darle más vueltas al asunto y dejarlo pasar por algunos días. No tenía por preocuparse por Tuco o alguien que pudiera lastimarlo. Así que rápidamente descartó aquella opción.
Aún tenía una buena cantidad de dinero, pero si ella quería conservar sus ahorros, tendría que comenzar a cocinar en más tardar una o dos semanas.
Tomó su teléfono una vez más en busca de algún mensaje, nada, como los últimos tres días. No sabía si era el hecho de que Jesse se encontrará afectado por la situación de sus padres, o las drogas que ella sabía perfectamente que el consumía.
Algunas veces era difícil, trabajar con todos esos químicos, e incluso estar presente cuando Jesse la consumía, era algo que hacía las ansias comenzaran a recorrer todo su cuerpo, pero había sudo fuerte, al día de hoy tenia 1 año y medio sin drogas, por lo que estaba orgullosa, pero no había días que su cerebro la inundara con la idea de volver a consumir un poco.
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Sober || Breaking Bad
FanfictionCuando una chica decide vender metanfetamina estado un año sobria.