— Son unos artistas— El hombre quito un mechón del rostro de Mía y lo pasó detrás de su oreja.— Es una pena.— El cargo el arma y le apuntó a la cabeza.
— Espera.— Walter trató de detenerlo.— Un minuto, espera. Escúchame, te enseñaré a preparar mi receta. ¿que dices? ¿Quieres cocinar como yo?.
Mía mantenía los ojos cerrados con miedo de tener aún el arma apuntando a su rostro.
— Nos perdonan la vida... y yo te enseño.
.........
Mia se quejo cuando la cinta comenzó a envolver sus muñecas. Ella se encontraba sentada fuera de la van, su espalda tocaba con las llantas del vehículo. Sus piernas no se encontraban atadas, tal vez ellos demasiado idiotas para pensar que Mia no tomaría aquello como una ventaja.
Ella podía escuchar un poco de la conversación que los hombres tenían con Walter. Podía escuchar todos los movimientos de cada uno de ellos.
Con dificultad se levantó del suelo y tratando de ser lo más silenciosa posible comenzó a buscar algo en el suelo que pudiera algo que pudiera servirle.
Su vista fue hasta una botella de cerveza rota que Jesse había bebido la noche anterior. Se agachó y comenzó a caminar hasta ella en sus rodillas. Clavando las pequeñas piedras en su piel que ella sabía que le harían moretones, pero aquello no era algo que le importase en aquellos momentos.
Después de muchos intentos de poder tomarla. Regresó al lugar donde se encontraba y comenzó a cortar la cinta. No era algo rápido, era claro, pero era su única opción en aquellos momentos.
Con paciencia y el sudor cayendo por su rostro y cuerpo. — Muévete, socio. No tenemos todo el día.— sus movimientos comenzaron a hacerse cada vez más rápidos desgastando con facilidad la cinta.
Cuando por fin pudo hacerlo. Suspiro con alivio y tomó sus muñecas entre sus manos debido a que la cinta había comenzado a cortarle la circulación.
Una gran explosión se escuchó desde dentro. Mía observo con terror desde fuera. Segundos después el señor White salió y cerró la puerta con rapidez. Ella sin sin saber que era lo que pasaba, comenzó a ayudarlo. Colocó su espalda en la puerta y comenzó a hacer presión. Disparos comenzaron a salir perforando la puerta por lo que ellos se agacharon aún ejerciendo presión.
Los dos se miraron entre sí y corrieron hasta Jesse que aún se encontraba inconsciente. Quitaron la cinta de sus muñecas y pies.
— Fuego.— Mía habló.
— No, no cree fuego.— Walter le respondió mientras trataba de despertar a Jesse.
— !No¡— Grito apuntando hacia la Rv.— ¡Fuego!.
Walter dejó a Jesse y corrió hasta el incendio. Trato de apagarlo con su zapato e incluso con su delantal, pero este ya estaba muy avanzado para que alguno de ellos pudiera apagarlo.
— ¡Vámonos!— Walter gritó cuando había regresado después de meterse unos segundos al Rv. Le entrego dos mascaras y con ayuda de Walter, Mía pudo meter a Jesse. Walter encendió el Rv y comenzó a alejarse del Lugar.
Mia abrasaba con fuerza el cuerpo de Jesse mientras que el señor White conducía con rapidez por los desiertos de Nuevo México.
Con una mano derecha mantenía su máscara y con su mano izquierda y sus piernas mantenía el cuerpo desvanecido de Jesse en el asiento junto a ella.
Los cuerpos, junto con los ingredientes sobre las mesas se deslizaban hasta el fondo del Rv, dejando un gran desastre que se intensificaba con forme los segundos pasaban.
Walter comenzó a perder el control al momento que el visor de su máscara comenzó a empañarse. Con su mano izquierda trataba de quitar el vapor de sus hijos pero este era en vano, ya que a medida que el comenzaba a desesperarse el empañó aumentaba.
— !¿Que hace?! ¡¿que está haciendo?— Pregunto Mía mientras se aferraba con fuerza al cuerpo de Jesse.— !Señor White!— Gritó al momento que el Rv se descarriló y terminó estancada fuera del camino.
Walter salió con rapidez del Rv, dejando a una Mía bastante aturdida y a Jesse que seguía inconsciente. El señor White quito su máscara y comenzó a toser a medida que el oxígeno limpio ingresaba a sus pulmones.
Con dificultad Mía salió tambaleante, despegó la máscara de su rostro y observó a su alrededor, centrándose en el Rv estancado a un lado del camino.
— !Ay Dios mío!— Walter exclamó cuando observó el Rv— ¡Santo cielo!.— Lanzó con fuerza su máscara de Gas. — !Diablos!— Comenzó a maldecir mientras tomaba su cabeza con desesperación.
Mia aún un poco aturdida lo observó mientras recargaba su mano en el vehículo para poder tener un poco más de estabilidad.
El sonido de las sirenas hizo que los dos se observaran entre sí. Sus miradas se llenaron de pánico al momento que el sonido comenzó a acercarse.
— Dios. Piensa, piensa.— Walter colocó sus manos sobre su cabeza.
— ¿Que vamos a hacer?— Mía pregunto mientras trababa se buscas una salida a su alrededor.
Walter se acercó al Rv y descolgó la camiseta que horas antes había colocado ahí y comenzó a abotonarse la camiseta.
Aguanto la respiración y se adentró nuevamente al vehículo. Mía lo observaba y seguía sus pasos a cada momento, pero cuando el señor White se adentró prefiero mejor esperarlo fuera.
Mia limpio su ropa pasando sus manos sobre ella. Sabía que esto no tendría algún impacto positivo pero era lo único que venía a su mente.
El señor White salió nuevamente con algunas cosas en sus manos. Una cosa que Mía notó con claridad fue el arma que era sostenía por el elástico de la ropa interior de Walter.
— !¿Que vamos a hacer?!— Mía grito cuando las sirenas eran más cercanas. Walter le ignoro.
— Vamos, vamos.— se dijo a si mismo cuando comenzó a abrir la cámara y presionar el botón de grabar.
— ¿Señor white?— Preguntó Mia una vez más detrás de él.
— Me llamo Walter H. White— Hablo hacia la cámara.— Vivo en Niágara Royal Lane 308, Alburquerque, Nuevo México 87104. A las entidades policiales: no estoy admitiendo crimen alguno. Le estoy hablando a mi familia.— Walter tapo la cámara con su mano y comenzó a llorar.
— ¿Señor white?— Mía lo observó con confusión y miedo.
Walter descubrió la cámara y comenzó a hablar nuevamente.— Skyler, eres el amor de mi vida. Espero que lo sepas. Walter junior, tu eres mi muchachote, Habrá... habrá unas cosas... cosas que descubrirán sobre mi en los próximos días. Solo quiero que sepan que por feas que se vean...
— !Señor White!— Gritó con desesperación Mía cansada de no ser escuchada.
— !Cállate!— Le grito en respuesta Walter.— lo hice con el corazón puesto en ustedes, Adiós. — Regresó la vista a la cámara despidiéndose.
Walter dejó la cámara y su cartera junto a ella mostrando su identificación. Walter observó a Mia que se encontraba junto al Rv observándolo. Tomó el arma y comenzó a caminar hasta el camino por donde las sirenas provenían.
— !Espere!— Mía grito tratando de detenerlo.— !¿Que hace?!.
Walter se colocó en el centro de la ruta y apuntó frente a él. Mía se quedó en el borde del camino observándolo. — !Señor White!, aún hay tiempo, podemos irnos.
— No hay otra opción, Mía.
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Sober || Breaking Bad
أدب الهواةCuando una chica decide vender metanfetamina estado un año sobria.