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- Cuatro libras, cuanto libras

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- Cuatro libras, cuanto libras. No bastaba con dos libras.- Jesse le reclamó a Walter mientras cambiaba por la cocina de su casa.- Necesitamos 300 cajas de an analgésicos. No hay tantos enanos en el mundo. - Jesse tomó asiento junto a Mía en la isla del la cocina.

- No necesitamos pseudofedrina. Vamos a preparar fenilacetona en un horno tubular... y luego lo reduciéndosela hasta obtener cuatro libras de metanfetamina.

- ¿Sin pseudo?- Jesse pregunto. Mia lo pensó por algunos segundos.

- Sin pseudo.

- Entonces tienes un plan.- Jesse hablo feliz.- Si, señor White... es la ciencia, perra!- Exclamó mientras golpeaba la mesa.

- Bien.- Walter le extendió una nota.

- ¿Que es esto?- Mia se acercó a él y observó la hoja.

- es la lista de ingredientes. Algunos rubros van a ser difíciles de encontrar.

- Un autotransformador... seis litros de hidrometilimina.- la segunda la leyó con dificultad.- Dos honors tubulares de 35 m y m.

- Se dice "m.m" por mililitros.- Mia le corrigió apuntando su error.

- Uno de 70 mililitros sirve, pero hay pocos.

- ¿Cuarenta gramos de nítrate de torium?- Jesse pregunto.- Señor White, no puedo ni pronunciar esto.

- ¿Sabe que? No cuenta conmigo.- Jesse se levantó de la Mesa.- Me mudo para Oregón. Esto es...

- Jesse... escucha.- Walter lo detuvo tomándolo por los hombros.- Hoy es el primer día del resto de tu vida.

-¿Que haces?- Pregunto mientras veía las manos de Walter en su cuerpo.

- Es el primer día del resto de tu vida. Pero ¿que tipo de vida sería?, ¿sería una vida de miedo y llena de privaciones en la que no crees en ti mismo?.

- No se.

Jesse le respondió haciendo que Mía riera debido a la expresión de confusión en su rostro.

- Escucha... necesitamos estas cosas... y solo tú puedes conseguirlas.

Jesse soltó un suspiro antes de salir por la cocina con la lista en sus manos.

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- ¿"Cabaña del sudor"?- Mia pregunto mientras cargaba una pesada caja con los diferentes químicos que necesitaban. Esta había sido una idea de Walter, engañar y a su esposa y familia para poder pasar días cocinando cristal sin alguna preocupación.

- Si.- le respondió mientras dejaba la maleta en el suelo.

- Yo ya estoy sudando, ayúdanos.- Jesse le pidió mientras trataba de cargar un gran tanque de gas.

- El honro de 70 mililitros- Walter apuntó al artefacto de caratula gris.- es excelente, muy buen trabajo.

- ¿Es el hidrógeno producido electrónicamente?- Preguntó poniendo la mano en el tanque que segundos atrás habían colocado.

- Como lo pediste.

- Estoy impresionada, Jesse.- Mía halagó con una sonrisa mientras observaba todo a su alrededor.- En verdad. Hiciste un gran trabajo.

Mia apretó el hombro de Jesse. El sonrío debido a las palabras de Mía.- Todo esto fue difícil de conseguir y es caro.

- ¿Donde está la metilamina? No la veo.

- Fue con lo que tuve un problema.

- ¿cual problema?- Mía quito la mano de su hombro que había estado descansando ahí por algunos segundos.

- Pude comprar todo lo otro... pero esto no es fácil.- explicó.- La tienen resguardada. Y tengo unos profesionales que la pueden conseguir... pero quieren 10 000.

- No importa, tienes dinero.

- Tenía por que lo gasté casi todo. Me quedan como 2000 porque todo esto es caro.

- ¿Los ladrones dijeron de dónde iban a robarla?- Walter pregunto.

- En una venta de químicos en el sur de la ciudad. Tienen guardias, cámaras de seguridad y puertas de acero. Por eso cobran tanto. - Walter observaba detrás de Jesse y mantenía la vista fija en ese punto.- ¿Que?- Preguntó cuando Walter camino hasta el.

Tomó un juguete que se encontraba en una de las cajas. Lo sacudió y se escuchó como si aquello contuviera arena. Era un juguete que Mia nunca había visto en su vida.

- ¿por que no la robamos nosotros?.

Jesse y Mia rieron.- ¿Si?, ¿como vamos a hacer eso?- Jesse pregunto.

- Con esto.- Walter le extendió el juguete a Mía.

...............

- ¿Como es que se llama?- Jesse pregunto observando cómo Walter abría los juguetes y le sacaba el polvo que estaba en su interior.

- Termita.

- ¿Eso puede abrir una cerradura?. - Mía preguntó. - Por que se supone que es una cerradura de este tamaño.- Mía junto sus dos manos y trato de simular el tamaño de la cerradura.

- En la Segunda Guerra Mundial los alemanes tenían el cañón más grande del mundo. Se llama el
Gustav... y pesaba mil toneladas. El gustan disparaba proyectiles de siete toneladas y lograba objetivos precisos a 40 kilómetros.- Walter río.- Podrías bombardearlo un mes... sin poder inhabilitarlo.... pero.- Walter comenzó a vaciar toda la termita en una pequeña bolsa- si hubieran acercado a un hombre con una bolsa de esto. Hubiera atravesado diez centímetros de acero y hubiera destruido el cañón para siempre.

Walter sacudió la bolsa en sus manos para después lanzársela a Jesse. Que fue empujado por Mía cuando la bolsa golpeó su pecho. Walter comenzó a reír. Jesse le regresó la bolsa una vez más mientras rodaba los ojos.

- Así que si... va a atravesar cualquier cerradura que encontremos.

.......

Las horas habían pasado y la noche había caído por toda la ciudad. Pronto sería la hora en la que habían planeado el atraco así que todos habían comenzando a prepararse.

Mia se cambio de ropa antes de llegar nuevamente a la casa de Jesse. Walter ya se encontraba ahí y solo era cuestión de minutos para que comenzara el plan.

Los tres estaban a punto de salir por la puerta, pero Mia fue detenida por Jesse antes de que ella pudiera dar un paso fuera de la casa.

- Tu no vas.- Jesse se paró frente a ella con la mano frente el.

- ¿A que te refieres con que yo no voy?- Mía
Pregunto tratando de dar un paso al frente, pero Jesse se lo impidió una vez más.- Señor white, ¿podría decirle a Jesse que me deje salir?.

- el tiene razón.- Walter le respondió.- Tú esperaras aquí hasta que lleguemos.

Mia rodó los ojos.- idiotas.- les dije antes de cerrar la puerta en sus caras.

Sober || Breaking BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora