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— ¿Podrías dejar de hacer eso?— Mia pregunto mientras cubría su nariz

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— ¿Podrías dejar de hacer eso?— Mia pregunto mientras cubría su nariz. Jesse se encontraba fumando cristal con las ventanas arriba de su coche.

— Tu haces esta mierda.— Jesse le respondió.

— No es eso.— Mía bajo la ventana dejando salir el humo.— Llevó dos años limpia.— Mía le explicó con un poco de vergüenza.

Jesse bajo su ventana y guardó su pipa. — Yo entrare primero.— Jesse tomó el arma de la guantera y la observó. Tardo unos segundos antes de salir del coche.

Mia se quedo en el asiento esperando a que el entrara. Podía apenas observando desde donde ella se encontraba, pero aún así, ella se encontraba nerviosa.

Su pie comenzó a golpear el suelo con repetición, sus manos habían comenzando a sudar. Su vista fue hasta la pipa y a la bolsa de cristal a su lado. Observó al frente y pudo ver a Jesse recargado sobre la pared de la casa, tenía los ojos cerrados y la pistola sobre su pecho.

Los ojos de mía fueron una vez más hasta la pipa, la tomó entre sus manos y tomó el encendedor. Colocó la pipa en sus labios y cuando estaba apunto de encender la mecha el sonido del cristal roto la alertó.

Jesse ya se encontraba dentro de la casa, por lo que era el momento de Mía de entrar. Dejo todo como se encontraba y salió del auto. Miro a ambos lados de la calle antes de salir corriendo hasta la casa.

Entro por la ventana rota cuidando de no cortarse. Observó todo su alrededor, escuchó los pasos de Jesse por lo que ella lo siguió. Todo se encontraba destrozado, comida podrida y basura por todos lados.

— ¿Hay alguien en casa?— Jesse pregunto con la pistola alzada. Nadie respondió.— ¿Hola?.

Después de eso los dos comenzaron a buscar por todo el lugar, dinero o el cristal. Mia trataba de no tocar la mayor parte de las cosas.— ¿Estás seguro que alguien vive aquí? Esto es asqueroso.

Jesse tomó asiento en el sillón, parecía que los dos empezarían a esperar. El sonido de una puerta hizo que los dos se alternaran, Jesse apunto hasta el sonido mientras que Mía tomaba algo con lo cual defenderse.

Del pasillo salió un pequeño Niño. Su rostro se encontraba manchado y solo vestía un pañal y una camiseta de manga larga. Mía y Jesse ocultaron sus armas al momento que lo vieron caminar hasta la televisión y encenderla.

"Está noche, recibirán un novedoso juego de cuchillos... Hojas de acero inmejorables. Todas las líneas están ocupadas. 89 dólares. Pueden acomodarlos en 15 cómodos plazos y la oferta solo durará hasta..."

oye, ¿hay alguien en casa?— Jesse le pregunto al niño cuando tomó asiento junto a él. — ¿Donde están tus padres? ¿Están aquí?.

Jesse se levantó de su asiento y le unido a Mía que ocupara su lugar. Mía observó al Niño con más atención. Jesse fue a cerciorarse que nadie se encontraba en la casa y cuando estuvo seguro regresó hasta la sala. Tomando asiento junto a Mía.

— ¿Como te llamas?— Mía pregunto. Una vez más el pequeño no respondió.

— Yo me llamo Diesel.— Jesse le dijo haciendo que Mía lo mirara con confusión. — Oye, ¿no prefieres ver otro programa?.

— Si, Cambia el canal.— Mia le ordenó haciendo que Jesse se levantará y se acerca al televisor. Jesse comenzó a cambiar el canal pero todos los canales estaban fuera de señal hasta que regresaron al canal inicial.

Mia bajo la mirada al momento de entender la situación. Jesse se acercó nuevamente a ellos.

— ¿Cuando van a volver tus padres a casa?— Jesse pregunto sin volver a obtener una repuesta.— ¿Tu padre, el señor spooge? ¿Cuando va a volver?.

— Tengo hambre.— El Niño dijo viendo a los ojos de Mía. Ella soltó un gran suspiro desde lo más profundo de su pecho. Sus ojos se unieron con los de Jesse que de igual manera tenían un aire de tristeza y pena.

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— ¿Por que compraste esto?— Mia pregunto al momento de ver las compras en la mano de Jesse.— Es un Niño, ¿no había nada mejor que pan, malvaviscos huntables y refresco?— Se quejó enojada viendo el contenido de la bolsa.

— Solo... dale de comer.— Jesse le pidió tratando de no discutir. Mía rodó los ojos mientras comenzaba a prepararle un emparedado.

Le entrego la comida al Niño y sirvió el refresco en un vaso de plástico. Los tres tomaron asiento en la mesa y observaron al pequeño Niño comer. El Niño tenía una pequeña sonrisa en su rostro mientras en el borde sus labios tenía malvaviscos.

— Oye,— Jesse cubrió sus ojos.— Cucú.— Jugó con el. El Niño sonrió un poco más haciendo que el corazón de Mía se encogiera.— ¿No?.— Jesse espero unos segundos antes de cubrir su rostro una vez más y después descubrirlo.— Cucú.— El Niño ahora sonrió más haciendo que Mía Y Jesse copiaran su acción. — Por Dios.

— ¡Tengo la mano destrozada!— un grito hizo que Jesse y Mía se alertaran. Jesse cargo El Niño mientras que Mia tomaba la comida y lo dejaban en la habitación donde principalmente estaba.

— Bien, quédate aquí, ¿si? ¿De acuerdo? Lo digo en serio?— Mía cubrió al Niño con una sábana. Los dos salieron de la habitación dejando la puerta cerrada.

Jesse saco su pistola una vez más. Los gritos se escuchaban con más fuerza a la vez que los dos se acercaban. La puerta de abrió dejando entrar a una pareja que se encontraba peleando.

Jesse salió de su escondite y golpeó al hombre. La mujer levantó los brazos mientras comenzaba a gritar.— Cállate, ¡Cállense! Los dos.

Sober || Breaking BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora