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Mia había decidido no participar aquel día para cocinar, la mayor parte eran los nervios y el miedo que sentía al saber que en algunos días, o antes, pudiera aparecer muerta y dejar a Hannah, o las ganas de no querer participar en otro homicidio

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Mia había decidido no participar aquel día para cocinar, la mayor parte eran los nervios y el miedo que sentía al saber que en algunos días, o antes, pudiera aparecer muerta y dejar a Hannah, o las ganas de no querer participar en otro homicidio.

Mantenía su máscara de gas sobre su rostro mientras estaba recargada sobre el marco de la pared observando todo el proceso.

— ¿Con esto basta?— Jesse pregunto mientras sacudía la pequeña bolsa con el cristal y el polvo de ricino.

— Con eso basta.

...

— ¿Y ahora que?— minutos después de recoger todo lo que habían utilizado ellos se encontraban conversando.

— Ahora fijamos la próxima reunión. En un lugar seguro y tranquilo. Lo haremos como siempre. Le vendemos los dos kilos de siempre y luego sacamos esto. "Por cierto Tuco, es una nueva fórmula que estamos manejando. ¿Quieres probarla?".

— Bien, ¿y qué tiene de nueva?— Jesse pregunto. — Por si nos pregunta. ¿Que me decimos?.

— No se. Lo que quieras. Que te droga como ninguna otra. ¿Crees que Mia vaya a costar vendérselo?. Ese degenerado aspira todo lo que le cae en la manos.

— Bien, y entonces le ponemos una pizca de esto.

— a las 48 horas o puede que a las 72... morira y parecerán causas naturales.

— ¿Le dará un infarto?— Mía ahora se unió a la conversación.

— Si, o como la gripe, quizá. — Walter le respondió— sus socios no notarán la diferencia y adiós a los problemas.

— Eso si Tuco no nos mata antes.— Jesse dijo.

El sonido en el teléfono de Walter hizo que el se levantara de su asiento y lo sacara de su bolsillo. Pero el tomó el teléfono equivocado teniendo que buscar el otro teléfono en su otro bolsillo.

— No digan nada.— Walter les pidió mientras presionaba el botón de contestar. — Hola, Hank. ¿Que tal?. — Walter se quedó callado unos segundos.— No, ¿por que?.

Mia y Jesse lo observaron esperando una mala noticia, pero unos momentos después el negó con su mano dándoles un poco de tranquilidad a ellos dos.

— Si, bueno, está bien.— Dijo por el teléfono. — Son cosas que pasan. No hay problema. No te preocupes. Hank, perdona, es que tengo que... bueno, me gustaría pero...

La cara de Walter al despegar su teléfono y ver la pantalla hizo que Mía y Jesse se acercarán a verlo de igual manera por la curiosidad que les causó.

La boca de Mía se abrió al presenciar aquella imagen. Jesse paso la mano por su ojos con nervios.

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— Me la llevo.— Walter dijo mientras corría hasta la cocina y tomaba el arma de Jesse.

— No, es mi arma. ¡la necesito!— Walter y Jesse comenzaron a pelear por ella.

— No si te largas de la ciudad. Márchate. Si tuvo mato a Gonzo, ahora vendrá por nosotros. Tengo que irme a casa. Mi familia.— Fue lo último que dijo Walter antes de salir corriendo de la casa.

Mia y Jesse se quedaron unos segundos en silencio. El corazón de mía palpitaba como loco.— vamos, Jesse, tenemos que irnos.

Jesse corrió hasta uno de los gabinetes de la cocina y comenzó a lanzar todo lo que se encongaba dentro.— ¡¿Que haces?!, tenemos que irnos.

Jesse saco una mochila roja de dentro. Abrió el cierre y Mía pudo observar el contenido. Fajos de billetes se encontraban en esta.

Jesse tomó la mano de Mía antes de salir corriendo hasta su coche.

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Jesse estacionó el coche frente la casa de Walter. Walter observó por la ventana al momento que escuchó el sonido del auto.

El salió de su casa corriendo se acercó hasta ellos.— ¿Que demonios hacen aquí?— Les dijo mientras se asomaba por la ventana.

Jesse giro la mirada hasta el mientras que Mía la mantenía al frente. Los ojos llorosos de Jesse hicieron que su mirada fuera hasta la parte trasera del coche.

Tuco se levantó del asiento trasero mientras tenía el cañón de la pistola reposada sobre la cabeza de Mía. — Súbete.

Walter se quedó unos segundos sin saber que hacer.— Súbete.— Tuco le ordenó una vez más. Walter subió al auto.

Tuco presionó la pistola en la cabeza Mia haciendo que ella tuviera que bajarla.— Vámonos.

Jesse arranco el coche y comenzó a conducir.

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Tuco tomó los teléfonos de los tres y comenzó a desmantelarlos con sus manos para después comenzar a lanzar las partes por el desierto.

Mia se encontraba sentada en la sombra junto con un vaso de agua a su lado. Observaba cada acción que Tuco hacia. El se acercó a el auto que se movía y se podían escuchar las patadas y quejidos de Jesse.

Abrió la cajuela y sacó a Walter tomándolo por el cuello de la camisa. — Fuera.— Tuco lo lanzó hacia el suelo.

Cuando estaba apunto de cerrar la cajuela Jesse grito tratando de salir.— !No te acerques!— Tuco cerró la cajuela dejando el brazo de Jesse fuera aplastándolo.

— Estáte quito, cabrón.— Tuco le grito mientras conseguía cerrar la cajuela.

— ¿Vas a dispararme, eh? ¡Pues disparame aquí!— Jessie grito. ¡Y espero sangrar como un cerdo!. ¡Asi tendrás que limpiarlo!.

Tuco abrió la cajuela y lo apunto con su arma. — Es tu coche imbecil. No voy a limpiar nada. Fuera.

Jesse salió del coche, Tuco lo lanzó al suelo al igual que Walter.

— Arriba.— Tuco les ordeno.

Walter y Jesse se levantaron del suelo.

Mia se levantó de su asiento para poder observar de una mejor manera. — No lo hagas, Tuco.— Walter pidió.

Walter y Jesse comenzaron a caminar siendo guiados por Tuco.— Tú también.— le grito a Mía haciendo que se les uniera.

Tuco empujó a Jesse haciendo que el cayera al suelo, comenzaba a hacerse costumbre aquellos actos hacia el. Mía lo ayudo a levantarse.

Sober || Breaking BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora