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— Esto era todo lo que estaba en el departamento de mi hermano.— Mía dejo las cosas sobre la cajuela del señor White.
El observó todos los frascos y botellas que se encontraban en el.— Creo que es todo lo que necesitamos.— El le sonrió sin mostrar los dientes. Mía solo asintió con la cabeza mientras observaba los contenedores en la cajuela del auto. Ella observó a la izquierda, donde se encontraba Jesse sentando, observándolos. — ¿No vas a ayudar?.
El soltó un suspiro y le dio un trago a su cerveza antes de ponerse pie.
— Mira esto. Un frasco de recuperación estilo Kjeldhal de 800 ml. Es una pieza que no abunda.— Walter les mostró el frasco. — Tenemos el instrumental habitual, vasos de precipitados, una magras de Erlenmeyer, pero aquí la pièce de résiste: un frasco de fondo redondo, termorresistente, y de 500 ml.
Mía y Jesse intercambiaron miradas de confusión.
— yo cocino en uno de esos, uno grande.— Jesse señaló el recipiente de cristal en una de las cajas.
— ¿De estos?— Walter lo tomó. — Esto es un matra aforado, no es para cocinar.
— Si, yo lo hago.
— No debes. Este frasco se para hacer mezclas generales y la valoración de sustancias. No se coloca al fuego. Para eso está el frasco termorresistente Mía se alejó de ellos y tomó asiento en el lugar que anteriormente Jesse se encontraba. Ella tomó la cerveza que se encontraba ahí en el bebedero de aves. ¿No aprendiste nada conmigo en Química?.
— no, me reprobaste. ¿No te acuerdas?.
— No me pregunto por que.— Mía se burló de el.
Jesse le dirigió una mirada a Mía,— !Hey¡, eso es mío.— se refirió a la cerveza en sus manos.
Mía rodó los ojos antes de darle un trago.
— Y te dire otra cosa. Esto no es química. Es un arte.— Jesse le informó a Walter. — Cocinar es un arte. Y lo que yo hago es de lo mejor, así que no quieras enseñarme.
— la mentafetamina qué haces es basura.
Mía le dio una trago más a la cerveza mientras los observaba discutir. No iba a mentir, era algo entretenido de ver y sabía que esta no sería la primera vez.
— Vi tus instalaciones ridículas. Nosotros ya no haremos basura. Produciremos un producto puro y estable... sin adulteraciones.— Esto último lo dijo observando a Mia.
— ¿Por que me ves a mi?— pregunto a la defensiva.— No soy la idiota que le pone chile en polvo.
— El chile es lo que hace que quieran más.— Jesse defendió su receta. — Es mi sello.
— !Ya no!— Walter le interrumpió.
— Si, bueno, ya veremos. — Jesse observó el interior y tomó lo que parecía ser una bolsa de basura negra.— ¿Que rayos es esto?.
