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— Hola, señor White. Llamamos de AT&T. ¿Esta contento con su actual servicio de larga distancia?— Mía golpeó su frente con la palma de su mano. Jesse le alzó los brazos sin saber que hacer.— porque si no, me encantaría... hablar lo antes posible....
— Hola, hola. Habla Walter White.— Jesse y Mia soltaron un suspiro cuando la voz de Walter se escuchó en el otro lado de la línea.
— Dijo que estaba prácticamente muerto. Que moriria en seguida.
— Escuche, estoy desayunando con mi familia... y no me gustan están llamadas de mercadeo.
— ¡Que lastima! ¿Adivine que? ¡Todavía no está muerto!— Jesse gritó acercándose al teléfono.— apoye la oreja contra el trailer y lo oí dando vueltas.
Mia frunció el ceño cuando Jesse comenzó a vaciar la bolsa de marihuana sobre la mesa y tomando la bolsa para llenarla de hielo.
— Creo que está despierto e intenta irse.— Mia le informó.
— ¿Donde está? ¡Estoy volviéndome loco!.
— Cálmate.
— !¿Calmarnos?! ¡Hay un hombre secuestrado en el Rv y uno muerto!— Mía le gritó con enojo.
— ¿Va a ayudar a arreglar esto?. Tenemos cabos sueltos.
— ¡Cálmate!— Hablo en susurro. — Ire para allá después de clases.
— ¿Después de clase? !No mienta!— Jesse grito con la bolsa de hielo sobre su ojo.— ¡No vaya! Diga que esta enfermo.
— Escuche, no me conviene.— Mia golpeó la mesa cuando Walter comenzó fingir otra vez. — No estoy interesado. Y le agradecería que no vuelva a llamar.
— Jodete.— Mía lo maldijo colgando el teléfono.— ¿Por que me llamaste a mi primero?.— Le preguntó enojada recargando sus brazos sobre la alacena.
— ¿A quien se supone que deba de llamar?.— Pregunto mientras apretaba la bolsa sobre su piel.
— No lo sé, no a mi.
El teléfono sonó una vez más. La contestadora de Jesse comenzó a escucharse.
1,4,8, 3 al 3 al 6 al 9. Representando a la ABQ. ¿Que pasa, perra? Déjalo tras el tono.
Los dos se miraron entre sí y después a el teléfono.
.........
— !No puedo dejarte solo 5 Minutos por que arruinar todos!— Mia le gritó a Jesse. Ella había salido aproximadamente una hora antes para ir al supermercado, los dos no habían comido nada desde el día de ayer y aunque la culpa no dejaba de comerlos ellos aún seguían siendo humanos y tenían hambre.
— No es mi culpa, yo. Estaba en el baño.— Jesse le respondió mientras en sus manos estaban las cuerdas que anteriormente fueron utilizadas por atar al sujeto.
— ¿Eso es maquillaje?— Mía se acercó a él y pasó la mano por la mejilla de Jesse.
— No.— Le respondió quitando su mano rápido.
— ¿Que vamos a hacer ahora? Walter va a matarnos... o peor, que la policía lo encuentre.
El auto de Walter se estacionó frente a la casa de Jesse. Los dos se miraron con pánico. Mía tomó las cuerdas de las manos de Jesse y las aventó al Rv.
— Ayúdenme— Walter les llamó. Los dos se aceraron hasta la cajuela donde el se encontraba.
El cuerpo del sujeto se encontraba ahí. Mía soltó un suspiro.— Gracias a Dios.
— Cuando pienso que no podrían ser mas idiotas, aún así no dejan de sorprenderme.— Jesse y Walter cargaron el cuerpo hasta el interior del sótano de Jesse.
— Yo ni siquiera estaba aquí.— Mía se defendió— Tu nos dijiste que estaba muerto, fue tu idea dejarlo en el Rv, esto es tu culpa.
— ¿y ahora que?— Jesse cambio de tema mientras que los tres observaban al sujeto respirar con dificultad.
Mia negó con la cabeza mientras salía del sótano seguido de Walter y Jesse.
— Me voy— Mía tomó sus llaves y su bolso.— Llámenme cuando los dos hayan solucionando todo esto. Idiotas.
Mia azoto la puerta antes de salir. Camino por las calles del vecindario hasta llegar a la parada de autobuses.
Mientras esperaba por el autobús tomó tu teléfono y comenzó a revisar su mensajes, nada. No había algún mensaje o llamada de su hermano.
Minutos después el autobús llegó y ella subió a el. Después de un corto recorrido llegó a su casa y entró a su habitación desvaneciéndose en la cama.
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Mia fue despertada por el sonido de su celular. Con dificultad lo tomó entre sus manos y respondió la llamada.
— ¿Hola?.
— yo, ¿podrías ayudarnos con algo?— La voz de Jesse se escucho del otro lado de la línea.
— ¿con que?, escucha no estoy interesada si esto tiene que ver con deshacernos de cuerpos o algo parecido así que...
— Escucha, no puedo hablar tanto tiempo así que, no te lo pido como un favor, es una orden.
Mia abrió los ojos cuando aquellas palabras salieron de la boca de Jesse.— ¿Disculpa?.
La voz de Jesse no se escuchó más por el teléfono ya que el había cortado la llamada.
