— ¿Ella? ¿Sutton? — Preguntó Walter apuntando a su ex alum que ahora era la mesara que tomaba la orden a unas mesas de ellos.
— Si, quiero decir... no, su hermano.— Jesse le explicó.— Ahi viene.— Jesse se callo al momento que la mujer de acercó a ellos.
— Bienvenidos, ¿que desean ordenar?— Preguntó sin ánimos. En sus manos una pequeña libreta y una pluma que utilizaba para escribir las órdenes. Al quitar la mirada de su libreta pudo reconocer a la persona que estaba frente a él. — Señor White, tiempo sin verlo.— Mía lo saludo con familiaridad ante la presencia de su profesor.
— Hola, Mía— Saludo con nerviosismo— ¿Algo que nos recomiendes?— Walter disimulo observando la carta.
— La comida apesta.— Respondió con sinceridad. Continuó mascando el chicle sin importante la importancia de sus palabras.
— ¿Tienen café?.— Preguntó una vez más.
— Es de ayer.— Walter asintió con la cabeza haciendo que ella lo apuntara.— ¿Tú?— Se dirigió hacia Jesse. El negó con la cabeza.— ¿Te conozco?.
Jesse y Walter se miraron entre sí.— No... no lo sé.
Mía alzó los hombros mientras se retiraba de la mesa.
— ¿Estas loco?— Walter le reclamo por lo bajo.
— No es mi problema, yo.— Jesse se defendió mientras fruncía el ceño.— Tu fuiste el que me buscó a mi. Lo necesito.
Mia regresó con la la jarra de café y una taza. Le extendió la taza y comenzó a servir el líquido sobre ella.— ¿Algo más?.
Los dos negaron con la cabeza. Mía estaba por retirarse pero fue detenida por Walter.— hey— le llamo.
— ¿Si?.
— ¿Crees que podrías comunicamos con tu hermano?— Pregunto de manera directa haciendo que Jesse se ocultará entre esos grandes y flojas mangas.
— ¿Les debe dinero?— Pregunto Mía.
— No.— le respondió.
— ¿Entonces para que quieres a mi hermano? Si quieren droga el ya se retiró de eso...
— ¿Donde está?— Jesse pregunto al escuchar aquello.
— No lo se, prisión tal vez.
— ¿Que?— Jesse pregunto mientras observaba con frustración y confusión.
Mía los observó con el ceño fruncido.— Si no les debía dinero, ni tampoco querían comprar, ¿que es lo que querían?.
— Estamos empezando un negocio...— Jesse le explicó haciendo que Walter golpeara su pierna debajo de la mesa. El se quejó haciéndose callar.
— ¿De cristal?— Mía preguntó sin alguna pena. Walter negó con la cabeza rápidamente. — y querían que mi hermano formara parte.— Llegó a la conclusión.
— No...— Walter negó con rapidez deteniéndola.
— ¿Que necesitan?— Mia dejo la cafetera sobre la mesa.
— Distribución y materiales.— Jesse le respondió haciendo que Walter lo pisara una vez más.
Mía asintió— puedo ayudarles.— Walter asintió y antes de que el comenzara a hablar una vez más fue interrumpida por Mía— Pero quiero formar parte.
— ¿Que? ¡No!.
— !Si¡— Walter y Jesse se contradijeron al mismo tiempo.
— Esta bien,— Walter cedió mientras miraba a la mesa.— Pero no puedes decirle de esto a nadie.
— ¿Cree que soy estúpida?— Mía comenzó a quitarse su delantal dejándolo en en suelo.
— ¡¿Que haces?!— Gerry pregunto acercándose a él.
Mía tomó la jarra de café y la arrojó al suelo. Derramando todo el café y pedazos de vidrio esparcidos por todo el suelo.
— !¿A caso estás loca?! — Su jefe le gritó mientras que observaba todo el desastre.— !Estas despedida!.
— No, yo renuncio.— Mía tomó su bolso del perchero y antes de salir le mostró el dedo de en medio de sus ambas manos.— Jodete, Gerry.
Mía salió del lugar siendo seguida de Walter y Jessi que aún según aturdidos por la situación.
— ¿Que carajos fue eso?— Jesse pregunto mientras azotada la puerta del lugar.
— ¿cuando empezamos?.
— Lo antes posible.
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— Aquí tienes, mamá— Mía le entrego la bolsa de medicinas a su madre. Había gastado los últimos 100 dólares en su tarro de ahorros para poder comprar las medicinas.
— Gracias— Ella las tomó y se adentró a la cocina. Mía observó a su alrededor con incomodidad.— ¿Donde está Hanna?.
Al instante que Mía pregunto por su sobrina ella entró corriendo por la puerta trasera.
— !Mia!— la pequeña infante grito de la emoción al ver a la su tia frente a ella.
Mía cerró los ojos al momento que el cuerpo de la pequeña chico contra su pecho, la envolvió entre sus brazos y la alzó girándosela unas cuantas veces.
— Te extrañe.— Hannah susurro en su oído.
— Yo también.— Mía la dejó en el suelo antes de ver a su madre por la puerta.
— ¿Sabes algo de Thomas?— Pregunto sin alguna censura por el padre de la pequeña niña frente a ella.
Mia trato de evadir el tema invitando a su sobrina a que se adentrara a su habitación, la pequeña sin cuestionarlo siguió las órdenes de su tía.
— Te he dicho que no hables de él frente a Hannah.— Le regañó mientras apretaba las asas de su bolsa de cuero barato.— y no lo sé, lo último que me dejo fueron las llaves de su departamento.
Su madre asintió para después adentrarse a su habitación.— Cierras cuando te vayas.
Hannah mordió sus labios y se dirigió a la puerta cerrándola detrás de ella. No podía esperar el momento en poder salir de aquel lugar junto con Hannah.
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Sober || Breaking Bad
FanfictionCuando una chica decide vender metanfetamina estado un año sobria.