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— Si, no hay más que vacas— Jesse grito desde una de las piedras observando los alrededores de donde se encontraban

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— Si, no hay más que vacas— Jesse grito desde una de las piedras observando los alrededores de donde se encontraban.— Hay una casa de vacas, grande, como a 3 kilómetros pero, no veo a nadie.

Walter y Mía se miraron entre sí para después dirigir su ojos hasta Jesse.

— ¿Una "casa de vacas"?.

— Si, donde viven.— le respondió a Walter con obviedad— las vacas. Bueno, como sea. Si, cocínenos aquí.

— Casa de vacas.— Walter dijo para sí mismo mientras colocaba unos ganchos de ropa en los retrovisores de la Rv. — Que dios me ayude.

Mía tenía el ceño fruncido mientras cubría sus ojos con su mano. El sol en Nuevo México era algo inimaginable, y más en los días de verano. Ella observó a Jesse que se acercaba hasta donde ellos estaban después de bajar de la roca.

La expresión de Mia cambio completamente cuando Walter comenzó a quitarse los pantalones y colgarlos en los ganchos.

— ¿Que haces?— Jesse pregunto junto a Mía.

— Es mi ropa limpia. No puedo llevar a casa oliendo a esto.

— Claro que puedes. Yo llego así.— Jesse le respondió. — Esos no te los vas a quitar, ¿no?— Pregunto apuntando a su ropa interior.

Walter giró dándoles la cara. Mía trato de no hacer una cara de desagrado que pudiera herir los sentimientos de Walter.

— Vamos, el tiempo avanza. — El señor White se adentró en el Rv dejándolos solos.

Los dos caminaron hasta la puerta y se quedaron parados junto a ella.

— Bueno, es tu turno.— Jesse la incito a copiar las acciones de Walter.

— En tus sueños, Pinkman.— Mía se adentró al Rv.

— Santo cielo — Jesse hablo para si mismo mientras reía cuando por fin había tenido claridad de la situación. Saco la cámara de video de su bolsillo y la encendió. — Te ves muy bien.— Jesse grabo el trasero de Walter. — Tu podrías ser uno de los mayores "homo" del mundo.

— Cállate y ayúdanos.— Mía le regaño mientras se colocaba junto a Walter.

Jesse movió la cámara al trasero de Mía, pero segundos después regresó al de Walter.— Así, nene, así.

— !Apaga eso!— Walter gritó arrebatándole la cámara de video. Mía solo rodó los ojos y siguió con su tarea.

...

Las horas pasaban y Mia se encontraba acostada en el asiento del copiloto con sus piernas sobre el posa brazo y su cabeza recargada con en el interior de la Rv.

Mía negó con la cabeza una vez más al ver a Jesse equivocarse en uno de los procesos y ver a Walter tener que arreglarlo. Básicamente esa era la rutina, Mía hacia todo lo que Walt le ordenase y Jesse... el estaba ahí.

Sober || Breaking BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora